El cineasta serbio Emir Kusturica no oculta su admiración por el popular y polémico ex presidente de Uruguay José Mujica, sobre quien realiza un documental, El último héroe, que tiene mucho que ver con sus propios ídolos de juventud.
“Desarrollé una visión particular del mundo vinculada a la gente que admiré desde joven, desde el Che Guevara hasta (Fidel) Castro”, dijo en una entrevista con la Afp durante las jornadas finales del rodaje de su película en Montevideo, que se inició hace cuatro años.
“Como no pude hacer nada con ellos dos (…), cuando escuché hablar de un presidente que manejaba su tractor y arreglaba su casa, me dije: ‘Éste es mi personaje’. Y no estaba equivocado”, aseguró el director de 62 años.
El documental transcurre entre conversaciones de Kusturica con Pepe Mujica, un personaje tan aplaudido en el mundo por sus mensajes de austeridad como criticado en su país por su gestión de gobierno entre 2010 y 2015. También muestra varios de sus viajes para participar de cumbres políticas.
Para Kusturica la “experiencia” de vida de este ex guerrillero de 81 años, que estuvo 14 años preso y se reconvirtió para ser diputado, senador, ministro y llegar a la presidencia, “sintetiza” las historias “complicadas” de muchos países.
Pero, además, quiere mostrar su “profunda conexión con la tierra”. “Está conectado casi religiosamente con la tierra”, resume sobre Mujica, a quien filmó varias veces en su chacra, una finca rural a las afueras de Montevideo.
“A alguna gente en Uruguay no le gusta lo que hace, lo cual es natural”, dice Kusturica. Y “aunque es popular alrededor del mundo, no es tan popular como yo desearía”, subraya el también director de un documental sobre el mítico Diego Maradona, estrenado en 2008.
Durante su mandato, Mujica promulgó varias leyes que fortalecieron los derechos individuales, como la que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, la que despenalizó el aborto y, tal vez la más famosa, la que busca regular el mercado de la mariguana recreativa para su producción bajo tutela del Estado.
Sin embargo, algunos de los compromisos que asumió durante su campaña electoral, como una reforma educativa reclamada desde todos los estamentos sociales o una reforma del Estado que permitiera reducir el peso del empleo público en las cuentas del país, quedaron en el tintero.
Mujica por Kusturica
Ganador de dos Palmas de Oro en Cannes en 1985 (por Papá está en viaje de negocios) y 1995 (Underground), entre decenas de premios internacionales, Kusturica revela que su película mostrará a Mujica “en el último día de su presidencia (…) preparándose para transferir el mando a otra persona”.
La Afp siguió una jornada de rodaje en la casa del ex presidente.
El cineasta monta la escena que filmará en un día caluroso. En ella participan algunos jóvenes a los que quiere mostrar escuchando al ex mandatario, que les explicará cómo cultivar la tierra.
Allegados comentan que Mujica le tiene “mucha paciencia” a Kusturica.
El director serbio camina detrás de las cámaras que siguen a los jóvenes. El Pepe espera frente a su casa, las manos apoyadas sobre una azada, y cada tanto mira su reloj hasta que se ve enfocado por las lentes y le toca actuar.
De sombrero, camiseta remangada, pantalones largos, lentes negros y sandalias viejas de goma, de pie a la sombra de un roble, Mujica observa a los jóvenes que vienen por un camino polvoriento. Se saludan y el grupo sigue su marcha para ingresar a la famosa chacra, por la que pasaron personajes ilustres luego de que el entonces presidente alcanzara fama mundial.
Luego de unos 45 minutos, el rodaje de la escena culmina. Los dos se disponen a conversar.
Por primera vez en estos años, Kusturica le pregunta a Mujica sobre su familia. Hablan de la muerte. Y Mujica le regala al director serbio una hoja con la letra del tango La última curda traducida al inglés.
Kusturica lee y le propone a Mujica usar el tango en la película.
Kusturica por Mujica
Al día siguiente, durante un homenaje a uno de los fundadores del partido que integra, el Frente Amplio, Mujica dice a la Afp que el documental permitirá que “a Uruguay lo conozcan, porque tiene mucho que aportar al mundo”.
“Kusturica no sé lo que va a hacer, porque es medio…”, se interrumpe Mujica mientras mueve su mano al lado de su cabeza en señal de locura, “… medio genial. Pero lo respeto mucho”.
El mensaje que espera que transmita la película, dice, es “humildad y compromiso”.
El director serbio estimó que, como muy pronto, su película estará lista para el festival de Venecia de 2017.
Fuente: AFP