La petrolera mexicana firma una carta de intención para quedarse con la mayoría del astillero, con lo que se concreta la promesa de construir ahí dos ‘floteles’ para los mexicanos
Por Salvador Camarena/ El País
Petróleos Mexicanos ha dado hoy vía libre a la compra del 51% de las acciones del astillero gallego Hijos de J. Barrera de Vigo, la mayor factoría naval privada de Galicia. Esta transacción representa un golpe maestro por parte de Pemex, que con una sola operación concreta la promesa de contratar a navieras gallegas la construcción de dos hoteles flotantes (floteles).
Los detalles de la operación no han sido informados oficialmente, pero una fuente de la petrolera ha confirmado hoy miércoles a EL PAÍS que ya se ha formalizado el acuerdo, tejido desde la visita a México de Alberto Nuñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia a principios de abril. El acuerdo contempla que el astillero seguirá gestionado por ejecutivos gallegos, según fuentes próximas a la operación.
El convenio resuelve además un impedimento legal que había retrasado la operación esbozada por Pemex y los astilleros gallegos desde el anterior Gobierno mexicano, cuando se realizó la promesa de contrato de los floteles. La fuente explicó que el nuevo Gobierno encontraría muy difícil llevar a buen término la oferta original pues la petrolera podría incurrir incluso en problemas legales por no licitar la operación. Ahora, al ser dueña y tener control del astillero, Pemex ya puede decidir con total autonomía la construcción de los floteles.
La petrolera estaría ganando además la posibilidad de que marinos adquirieran experiencia en la construcción de naves, así como destinar el mantenimiento de otros barcos de la flota de Pemex a los astilleros gallegos.
Cuando Feijóo estuvo en México telegrafió la operación. “México tendrá más barcos gallegos y Galicia, más inversión mexicana”, dijo el presidente de la Xunta el 15 de abril, tras entrevistarse con el presidente Enrique Peña Nieto. En esa ocasión se habló de que el monto de las operaciones supondría una inversión de 240 millones de dólares.
Con esta operación, destacó la fuente, “Pemex transfiere tecnología hacia México y tiene la intención de detonar la industria naviera mexicana”. La transacción, aseguró, representa un “bajísimo costo pero es sobre todo una buena transacción para ambos partes”. La carta de intención se firmó en la mañana de este miércoles, tiempo de México.
Distintas fuentes dan por hecho que el empresario vigués José García Costas se mantendrá como presidente de la compañía. García Costas y la armadora de buques de atún Albacora eran hasta ahora los accionistas mayoritarios de la compañía, con un 20% cada uno, seguidos de otro empresario vigués, Francisco González Viñas, anterior presidente del astillero. Sobre este último pesa una acusación de la fiscalía de Vigo, que le imputa el falseamiento de la contabilidad de la factoría y de la situación que derivó en que la empresa entrase en concurso de acreedores, declarado en julio de 2011.
La factoría gallega, santo y seña de la construcción naval durante la pasada década, lleva más de dos años paralizada, sin encargos y en una delicada situación económica, que afectó con dureza a unas 400 pequeñas empresas auxiliares del sector en la ría de Vigo. La compañía logró salir del concurso el pasado septiembre, tras una ampliación de capital de 10 millones de euros, que suscribieron en un 40% García Costas y el representante de Albacora Ignacio Lachaga. Previamente los acreedores habían sufrido una quita del 80% de la deuda total, estimada en 71 millones, un aplazamiento de cuatro años para el cobro del restante 40%.
El concurso de Barreras, que marcó el declive del sector naval en la ría de Vigo, ha acabado con una denuncia de la fiscalía, que consideró culpables al expresidente González Viñas y al consejero y exdirector económico financiero Fernando Vilariño Barreiro. El fiscal Juan Horro, en un informe emitido el pasado enero, concluyó que ambos eran los responsables de que la contabilidad de la compañía recogiese “de modo sistemático unos saldos deudores inexistentes que no cabe menos que considerar una seria irregularidades contable”. Ante la “gravedad de las conductas imputadas”, el fiscal solicita para cada uno de ellos una inhabilitación de tres años.
Barreras llevaba semanas intentando sin éxito lograr un aval para construir uno de los buques hotel de Pemex, lo que imposibilitaba que se cerrase la operación.
Fuente: El País.com