El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) eligió a Pedro Sánchez como su nuevo secretario general, con lo que el político madrileño recupera el sillón del principal líder de la oposición y aspirará, tal y como prometió en campaña, a defenestrar del poder al derechista Mariano Rajoy y al Partido Popular (PP).
Sánchez superó en más de 10 mil votos a su principal rival, la andaluza Susana Díaz, la gran derrotada de la noche a pesar de haber tenido a lo largo de los últimos meses el apoyo de todo el aparato del partido. Se abre un nuevo escenario político no sólo en el PSOE sino en todo el país, que podría verse abocado a un nuevo adelante electoral.
Con una alta participación electoral, en la que votaron más de 120 mil personas, es decir el 80 por ciento de los militantes socialistas, finalmente se despejó la gran incógnita que había en torno al futuro liderazgo del partido. Los candidatos eran tres políticos de larga trayectoria en el partido: el ganador, Pedro Sánchez, que ya había sido dos veces candidato a la presidencia del gobierno y que fue ampliamente derrotado por el PP; la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que gozaba del respaldo de líderes históricos como Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, y, finalmente, el ex presidente del gobierno vasco Patxi López.
Sánchez fue respaldado por más de 6 mil votantes, lo que supuso un 49,5 por ciento de los votos. Frente a los 52 mil de Díaz, que representó algo más del 40 por ciento, mientras que López sumó 13 mil votos, lo que representó un 10 por ciento del electorado socialista. Fue una victoria incluso mayor a la que auguraban las encuestas, que advertían de una batalla cuerpo a cuerpo que se resolvería con uno o dos puntos de diferencia. Pero finalmente Sánchez superó con creces a Díaz, que reconoció su derrota y felicitó a su oponente. La victoria de Sánchez fue por amplía mayoría en prácticamente todos los territorios del país, salvo en Andalucía y Aragón, donde ganó Díaz, y en el País Vasco, donde logró más votos López.
Sánchez, de 45 años, economista de profesión y dedicado a la política desde muy joven, recupera el sillón de secretario general que ocupó entre el 2014 y el 2016, en los que protagonizó dos campañas electorales en las que obtuvo los peores resultados en la historia del partido. A pesar de los malos resultados, la irrupción en el escenario político de las dos formaciones emergentes Podemos y Ciudadanos permitió que el PP no lograra la mayoría absoluta, con lo que se abrió la posibilidad de un gobierno de coalición que finalmente fracasó tras el voto negativo de Podemos.
Fuente: La Jornada