El hallazgo de los restos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, es un “parteaguas” en la investigación del caso y reabre las esperanzas de que se encuentre la verdad sobre el paradero de las víctimas, señaló el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), organismo que participó en la confirmación del descubrimiento.
Mercedes Doretti, directora para Centro y Norteamérica del mencionado equipo, resaltó el hecho de que los restos del estudiante no se hayan encontrado en el basurero de Cocula, lo cual “es una diferencia importante sobre la versión oficial que existía” en el gobierno anterior, y destacó el rol que ha tenido en las indagatorias el fiscal especial del caso, Omar Gómez Trejo.
“Es un parteaguas esta identificación, pero también toda la investigación desde que llega este fiscal. Nosotros hemos señalado muchas irregularidades en las investigaciones anteriores, las hemos hecho públicas, y en este caso también corresponde apoyar a este fiscal, porque creo que sí está trabajando de manera muy seria. En este momento hay más esperanza de que podamos saber exactamente qué pasó y que se pueda hacer un proceso de justicia”, indicó la experta en entrevista con La Jornada.
Doretti explicó que existe un nivel de coincidencia de 99.99 por ciento entre la familia del estudiante y los restos, hallados en la barranca de La Carnicería entre el 25 y el 26 de noviembre de 2019, correspondientes a un hueso del pie derecho.
Asimismo, explicó que el material biológico en cuestión forma parte de un conjunto de más de 130 fragmentos óseos encontrados en un radio de 200 metros. De ese total, 32 eran “claramente humanos”, y sólo tres tuvieron los elementos necesarios para su análisis en la Universidad de Innsbruck, Austria, pues los demás eran muy pequeños o estaban muy dañados por su exposición a altas temperaturas.
Las tres muestras seleccionadas se entregaron el 2 de marzo a la mencionada institución austriaca y los resultados llegaron a mediados de junio. Tras recibirlos, el EAAF los confirmó, luego de realizar una serie de cálculos estadísticos adicionales basados en la población mexicana y la familia del estudiante.
“A partir de todo este trabajo, y bajo la coordinación del fiscal Gómez Trejo, se fue el domingo a ver a la familia de Christian, con el subsecretario Alejandro Encinas. Lo que más me preocupaba era que no se filtrara la noticia antes de que pudiéramos hablar con ellos, para que al menos pudieran tener la oportunidad de enterarse de la manera correcta, con toda la información de la que disponíamos y en privacidad, y no por los medios de comunicación”, indicó.
“Esta identificación acompaña todo el proceso nuevo de investigación, que en gran medida empieza con la designación de Gómez Trejo. Esperamos sí avanzar esta vez hacia la verdad de lo sucedido, y la verdad sobre por qué no se pudo saber antes, es decir, qué establecimiento de responsabilidad hay en las investigaciones anteriores, por qué no pudimos llegar a estos resultados 5 años atrás, con el dolor que eso significa para las familias de los muchachos”, dijo Doretti.
Tras resaltar que en la barranca de La Carnicería todavía hay más elementos por buscar y por analizar, por lo que la indagatoria debe seguir, la especialista argentina llamó a ser sensible con la familia de Christian Rodríguez Telumbre.
“Ellos tienen que recibir esta información, que es en sí misma extremadamente dolorosa: cómo se encuentran estos restos, en las condiciones que se encuentran y demás. Son cosas muy difíciles de aceptar, y si encima esto sucede muchos años después, y con un proceso de muchas irregularidades, eso aumenta enormemente la angustia y el dolor de las familias. Ojalá que este caso sirva para abrir la luz sobre muchos otros que siguen todavía sin aclararse”.
“Evidencia muy fuerte” de la identidad de Rodríguez
A través de un comunicado, el EAAF señaló que, de las tres muestras enviadas a Innsbruck, “no pudo obtenerse ADN de una de ellas; sobre la segunda muestra se obtuvo un perfil genético parcial insuficiente para resultados concluyentes; y la tercera arrojó un perfil genético completo (ADN autosómico de STR)”.
Sobre este último se indica lo siguiente: “según los datos de frecuencia de alelos de la población caucásica establecidos por la GMI, los datos genéticos nucleares tienen al menos mil millones de veces más probabilidades de ser observados en la hipótesis de que los restos no identificados procedan de un hijo biológico de la madre y del padre, y de un hermano biológico completo de las [tres]hermanas completas de la persona desaparecida, en comparación con que los restos no identificados sean originados por un individuo no relacionado”.
Lo anterior, dijo el EAAF, significa que el resto óseo analizado tiene al menos mil millones de probabilidades más de pertenecer al estudiante desaparecido que a una persona no relacionada a esta familia. El informe de Innsbruck concluye que “los procedimientos de comparación genética familiar utilizando datos de STR autosómicos dieron evidencia muy fuerte de que los perfiles de la víctima mencionado anteriormente coincide con este grupo familiar”.
El Laboratorio de Genética Forense del EAAF “revisó los resultados enviados por el laboratorio de Innsbruck, coincidiendo con las conclusiones del dictamen. Además, realizó un dictamen complementario, con cálculos estadísticos adicionales sobre probabilidad de parentesco y genética poblacional (para esto realizó un cálculo de razón de verosimilitud de los resultados obtenidos y aplicó tablas de frecuencia alélicas para población mexicana).
“El resultado obtenido por el EAAF arroja un porcentaje de parentesco superior al 99.99 por ciento, teniendo en cuenta las variables estadísticas aplicables a este caso”, manifestó.
Fuente: La Jornada