La condena del máximo representante de la iglesia Católica fue enfática, las mujeres que abortan, en sus palabras, contratan a un sicario para “resolver un problema”. Además, el Papa añadió que un acto como la interrupción del embarazo no puede ser “terapéutico, civil o simplemente humano”, pues “suprime una vida inocente e indefensa”.
Ante los fieles reunidos este miércoles en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comparó la práctica del aborto con quien resuelve “un problema” contratando a un sicario.
El pontífice hizo una reflexión sobre el quinto mandamiento: “No Matarás” y entonces condenó la supresión de la vida humana en el seno materno “en nombre de la salvaguardia de otros derechos.
“Pero ¿cómo puede ser terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su inicio?”, cuestionó Francisco.
Y agregó:
“¿Es justo suprimir una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema? ¡No, no se puede!”.
Según el pontífice, los padres que están “en estos casos dramáticos”, lo que necesitan es “una verdadera cercanía, verdadera solidaridad”, para afrontar la realidad “superando los comprensibles miedos” y en lugar de ello, “lo que reciben son rápidos consejos para interrumpir el embarazo”.
“Un niño enfermo, como cualquier persona necesitada y vulnerable, más que un problema es un don de Dios, que nos puede sacar de nuestro egoísmo y hacernos crecer en el amor”, remató.
Francisco consideró que “todo el mal del mundo, desde las guerras a la cultura del descarte, se podría resumir como un desprecio a la vida” y afirmó que toda violencia y daño contra la vida “provienen del miedo”.
El Papa explicó que el hombre “rechaza la vida”, porque tiene ídolos como “el dinero, el poder y el éxito”, que son “parámetros equivocados para valorar la vida”.
No es la primera vez que el Papa arremete contra la interrupción del embarazo que, en distintas ciudades del mundo, incluida la Ciudad de México, es una práctica legal y considerado un derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
En junio pasado, durante un acto con asociaciones familiares en el Vaticano, Francisco calificó el aborto como un “homicidio de niños” y lo comparó con prácticas nazis para “purificar la raza”, pero “con guante blanco”.
En un mensaje improvisado, el Papa dijo que “los hijos son el don más grande” y deben ser “acogidos como vienen, como Dios los manda, como Dios los permite, aunque a veces están enfermos.
“He escuchado decir que está de moda, o al menos es habitual, en los primeros meses de gestación hacer ciertos exámenes, para ver si el niño no está bien, o tienen algún problema. La primera propuesta en ese caso es ‘¿lo rechazamos?’”, lamentó, aludiendo al aborto.
Francisco reprochó que este “homicidio de niños” es “para tener una vida tranquila” y recordó que cuando era joven, una profesora de Historia enseñaba lo que hacían en la polis griega de Esparta cuando nacía un niño con malformaciones: “Lo subían a una montaña y lo arrojaban abajo.
“Y nosotros quedábamos perplejos ‘¡Pero ¡cómo se puede hacer eso, pobres niños!’ Es una atrocidad. Hoy hacemos lo mismo”, afirmó Jorge Bergoglio, y puso como ejemplo que “no se ven muchas personas con enanismo” porque “el protocolo de muchos médicos, muchos, no todos” es plantear el aborto.
Con información de EFE