Otro calvario de verano en AeroMéxico

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Al buscar sacar ventaja de la temporada vacacional de verano, la empresa Aeroméxico sobrevendió decenas de lugares, con lo que afectó decenas de usuarios, entre ellos ancianos y discapacitados. La aerolínea dirigida por Andrés Conesa ofertó pasajes de más hacia destinos como Tijuana, Chicago, Dallas y Miami, entre otros.

Lo anterior provocó que decenas de personas que compraron en tiempo y forma sus boletos –incluidos diabéticos, ancianos, discapacitados y niños– tuvieran que recomprar tickets en otras aerolíneas (pagando de su dinero) o esperar más de 24 horas para alcanzar un sitio en vuelo posterior.

Las denuncias de dicha práctica surgieron desde el sábado 12, pese a lo cual la compañía sigue realizándola: El viernes 18, María Dolores Becerra, de 65 años, terminó en urgencias debido a una lesión que sufrió durante el tiempo que Aeroméxico la hizo esperar de más.

La mujer tenía un boleto hacia la ciudad de Dallas, pero su asiento fue revendido por la propia empresa. Al intentar solucionar su problema, la señora se tropezó.

Sin embargo, ningún empleado de Aeroméxico ofreció ayuda y la mujer tuvo que seguir recorriendo mostradores, salas y haciendo filas para intentar que la empresa cumpliera la parte del contrato de compraventa que le correspondía.

Horas después, cuando la mexicana al fin llegó a su destino, el dolor de un pie era insoportable. Las azafatas tuvieron que sacarla en silla de ruedas y la familia de la mujer la llevó enseguida al área de urgencias del hospital de Baylor.

Ahí, los médicos le dijeron que tenía un esguince y, hasta este día, se ve obligada a usar muletas para desplazarse.

En el primer vuelo del miércoles 23 en la ruta Distrito Federal-Tijuana, programado para las 6:10 horas, la aerolínea vendió 11 boletos extra sin informar a los pasajeros afectados.

De este modo, los últimos que intentaron documentar equipaje –pese a que aún estaban a tiempo– fueron impedidos de abordar el avión. Por ello la aerolínea no ofrece alguna compensación.

La única respuesta de la empresa fue instruir a los clientes afectados a apuntarse en una “lista de espera”. Para ser considerados, una hora antes de cada vuelo, deben preguntar en mostradores si hay un asiento vacío.

Los viajeros deben repetir el procedimiento con cada vuelo, por lo que no pueden abandonar el aeropuerto.

Los afectados, sin embargo, tienen pocas oportunidades de lograr su objetivo: en cada vuelo se suman los “sobrevendidos” de los vuelos anteriores con los sobreofertados del actual.

Así, en el vuelo de las nueve de la mañana del mismo miércoles 23, la cantidad de gente en lista de espera aumentó, en vez de disminuir hasta sumar 16 relegados.

Para el vuelo 188 a Tijuana, de las tres de la tarde, había ya 20 boletos sobrevendidos, según denunciaron pasajeros que, a pesar de haber comprado su boleto con semanas o incluso meses de anticipación, aún esperaban una oportunidad para entrar al vuelo.

“Salieron con que el vuelo estaba sobrevendido y que no teníamos asientos. Fui con una supervisora para decirle que nos teníamos que subir porque mi mamá es diabética, tiene 83 años y no podía estar esperando: ¡Ella tiene que comer a sus horas!”, asegura María Eugenia Maldonado, una de las afectadas.

Ante la presión de Maldonado, la supervisora ofreció buscar algún pasajero que “voluntariamente” se bajara del avión a cambio de descuentos y viajes gratis.

“La supervisora dijo llamarse July, le pregunté su apellido, la llamaron y ya no me contestó”, asevera la pasajera.

Empleadas de mostrador de Aeroméxico admitieron que la irregular práctica es promovida por la empresa con el fin de minimizar pérdidas por los eventuales pasajeros que llegan a perder sus vuelos.

Mediante redes sociales, usuarios ya han alertado a la Procuraduría Federal del Consumidor acerca del problema. La Profeco ha conminado a levantar quejas formales.

Además, la dependencia ha recordado que Aeroméxico está obligada a  compensar a los pasajeros que ha discriminado. A la fecha, la aerolínea no se ha pronunciado oficialmente al respecto.

Fuente: Apro

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