El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con una treintena de empresarios de México, Estados Unidos y Canadá, así como representantes de sectores automotrices, manufactureros e industriales de los tres países, a quienes presentó el proyecto del Istmo de Tehuantepec y el corredor Interoceánico que perfiló como el mecanismo de integración comercial de Norteamérica, con principal zona de impacto en la costa este de Estados Unidos.
Al ofrecer garantías para la inversión, y luego de que todos los gobernadores de los estados involucrados en el tramo del corredor (Oaxaca, Veracruz, Tabasco y Chiapas) detallaron las ventajas de cada entidad, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, destacó el potencial del sureste mexicano e incluso pidió a empresarios exponer su punto de vista sobre México, ante lo cual respondieron con comentarios positivos al proyecto.
En el fuerte de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz, en un acto que se alargó por cerca de dos horas y media, López Obrador expuso durante casi 50 minutos la importancia de concretar una integración comercial y económica de Norteamérica, que calificó como estratégica para los tres países.
“Son muy buenas las relaciones con Estados Unidos. No nos podemos pelear porque hay una relación histórica de amistad y de oportunidades mutuas que aprovechar”, sostuvo el mandatario al agradecer a Salazar ser un enlace con el gobierno de su país.
El tabasqueño advirtió que si continúa la tendencia actual, “se va a producir en mediano plazo un desequilibrio muy desigual y riesgoso, porque el que haya hegemonías no nos conviene a los que queremos vivir en paz”
Si mantenemos ese desequilibrio y no hacemos nada, insistió, “¿cómo se buscaría el predominio?, pues a través de lo bélico, y nosotros no queremos eso, así de claro y de sencillo. Entonces, preferimos un vecino económica y comercialmente fuerte, no un vecino fuerte en lo militar”. Además, reiteró que “el equilibrio y lo comercial significa estabilidad política”.
Luego de la renovación del tratado comercial, ahora como el Tratado de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el Presidente dijo que con este instrumento hay muchas posibilidades para el desarrollo de la región. Y México “tiene condiciones para la inversión inmejorables”.
La principal ventaja comparativa, explicó, son las distancias y los costos por fletes. Por eso, llamó a apostar a producir más en la región y ser más autosuficientes.
También ponderó su política para buscar un equilibrio de crecimiento en el país, ya que mientras el norte crecía a un ritmo de siete por ciento anual, el sur no lo hacía, por lo que ahora se invierte en el sureste como nunca antes. Tan sólo en la refinería de dos bocas y el tren maya se destinan 25 mil millones de dólares.
Además, señaló que toda la exportación mexicana se va hacia Texas y California, pero si se replican inversiones como la anunciada el jueves por la empresa Constellation Brands, e instala un par de plantas más en el sureste, podrá tener la capacidad para atender todo el mercado de la costa este de Estados Unidos. “El proyecto del Istmo tiene ese propósito”, apuntó.
En tanto, ante la crisis generada por la invasión rusa a Ucrania, agregó que el corredor del Istmo incluye ventajas en transmisión de gas que, refirió, podrían derivar en exportación del energético desde Veracruz a Europa.
A la vez, recordó la reciente resolución de la Corte sobre la reforma eléctrica, lo cual consideró como un ejemplo de legalidad, que pese a que el máximo tribunal calificó al autoabasto como “fraude legal”, adelantó que buscarán el diálogo y opciones antes de iniciar procesos judiciales.
Tras retomar su crítica a los contratos petroleros en los que no hay inversión, a los gasoductos, y al mecanismo de simulación de autoabasto, dijo que lo que busca su gobierno es la inversión extranjera, para la cual ofreció facilidades, pero sin especulación como en el sector energético.
Fuente: La Jornada