En la segunda ronda, el candidato del Partido Acción Ciudadana ha obtenido el 60,66% de los votos, con el 90,62% de las juntas electorales procesadas.
El Gobierno del periodo 2018-2022 en Costa Rica ha sido definido este 1 de abril en segunda ronda electoral. Con el 90,62% de las juntas electorales procesadas, el candidato oficialista Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana, se adelanta en el recuento con el 60,66% de los votos.
Por su parte, según informa el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), su rival Fabricio Alvarado —del Partido Restauración Nacional— ha alcanzado un 39,33% de los sufragios en estos comicios, que han concluido con cifras preliminares de participación de 66,91% (33,09% de abstencionismo).
Unos 3,3 millones de costarricenses fueron convocados a acudir a las urnas para elegir entre ambos candidatos luego de que Costa Rica concluyera sus comicios el pasado 4 de febrero sin que ninguno se acercara al 40% de votos necesarios para tomar el cargo del mandatario Luis Guillermo Solís.
En esos comicios, Fabricio Alvarado, de 43 años, quedó en primer lugar con el 24,99% de los votos, mientras que Carlos Alvarado, de 38 años, alcanzó un 21,63% de los sufragios.
Los candidatos
Ambos candidatos comparten el mismo apellido sin ser familiares. Fabricio Alvarado es un diputado cuya popularidad subió después de oponerse a una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que instó al Estado costarricense a garantizar a las parejas del mismo sexo todos los derechos, incluyendo el matrimonio.
Por su parte, Carlos Alvarado, exministro en dos carteras diferentes, dijo que con su elección se “decide” avanzar en ciertos temas, como “hacer el tren eléctrico, la sectorización del transporte, las estaciones intermodales, la planificación urbana y ciudades más sostenibles y resilientes”. También aseguró que será una decisión sobre si “montamos a todas las personas en la ola de oportunidades de la Cuarta Revolución Industrial“.
Los retos a enfrentar
En ambas de sus propuestas figura como prioridad la atención del creciente déficit fiscal, que en el 2017 cerró en un 6,2% del PIB y que el actual Gobierno ha buscado frenar con la implementación de un paquete tributario que incluye la conversión del impuesto de ventas en un impuesto al valor agregado (IVA).
Sin embargo, más que un reflejo de las propuestas de campaña, estas elecciones probablemente se han visto influenciadas por los altercados verbales entre los candidatos, sus posturas religiosas, sus promesas en torno al aborto y a la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales), y por un fuerte escándalo de corrupción conocido como el ‘cementazo’, que ha salpicado a integrantes de varios partidos políticos.
Fuente: RT