Por Angélica Jocelyn Soto Espinosa/ Cimac
A pesar de la existencia de un marco normativo local y federal para proteger a las mujeres de la violencia y la explotación sexual en el estado de Tlaxcala, los niveles de violencia empeoran porque las instituciones y la sociedad buscan ocultar este flagelo.
Esta es una de las tesis que las académicas Blanca Suárez San Román y Dalia Barrera Bassols exponen en el libro “Violencia de género, violencia de tres generaciones”, producto de una investigación de campo de más de seis años.
El libro publicado por el Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza (Gimtrap) presenta un análisis sobre la situación de violencia que enfrentan las mujeres de diferentes edades y ocupaciones en 12 municipios de Tlaxcala.
De acuerdo con cifras del Observatorio de Violencia Social, Género y Trata de Personas, a cargo del Colectivo Mujer y Utopía, en la publicación se destaca que en la entidad 2 mil 249 mujeres y 21 niñas fueron víctimas de violencia entre 2008 y 2009.
Sobre la edad de las víctimas, 187 casos se concentran entre los 20 a 24 años; 410 entre los 25 y 29 años, y 355 casos entre 30 a 34 años, con lo que se observa que 961 de las mujeres están en edad reproductiva.
La investigadora Guadalupe Huacuz Elías, presentadora del libro, cuestionó el impacto de las políticas públicas con perspectiva de género en el estado, e instó a que se fiscalicen los recursos etiquetados para el cumplimiento de las metas contra la violencia.
En el libro se incluyen entrevistas a mujeres que manifestaron que para el acceso a la salud y a la justicia enfrentan el desinterés y la misoginia de los prestadores de servicios, quienes las someten a interrogatorios agresivos, cuestionan su sexualidad, y obstaculizan con prejuicios sus denuncias.
Algunos funcionarios sensibilizados, comentaron las autoras, también revelaron su preocupación por las trabas que el sistema judicial les impone para el registro de denuncias argumentando que dan una “mala imagen al estado”.
San Román y Bassols mencionaron que esta situación sucede como consecuencia de las redes de poder que se han entretejido entre agresores y políticos. También aseguraron que el eje del control sobre las mujeres es la concepción de la sexualidad, ya que a una mujer que tuvo relaciones sexuales, aún sin su consentimiento, se le aísla, juzga, rechaza y desprotege.
Además, la violencia se perpetúa –comentaron– por medio de la construcción de las identidades de género y el “ideal del amor romántico” en las jóvenes.
La investigación reúne testimonios de mujeres que evidencian en sus relatos cómo la violencia contra ellas tiene un origen estructural que inicia en la institución familiar, dijo la especialista María J. Rodríguez Shadow.
El libro muestra cómo experimentan las mujeres todas las violencias en todos los ambientes: la familia, la escuela, el trabajo, las instituciones y el espacio público.
Por lo que se necesitan los recursos de todas las instituciones de los tres niveles de gobierno para poder disminuir el problema de la violencia con eficacia y sin simulación.
Sobre el proceso de investigación, Blanca Suárez indicó que la idea del proyecto inició en 2008 con la elaboración de un diagnóstico participativo en los municipios con mayor población femenina en Tlaxcala.
Las investigadoras determinaron que la violencia, especialmente en el sector salud y educativo, es la principal problemática que enfrentan las mujeres del estado, por lo que desarrollaron talleres y capacitaciones para sensibilizar a funcionarios y población en general.
Fuente: CIMAC Noticias