La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico pide que no se bajen más los salarios en los países en crisis
“Las rebajas salariales que se han impuesto en particular en los países europeos más afectados por la crisis están mostrando sus límites en la mejora de la competitividad e incluso son contraproducentes porque agravan el riesgo de pobreza y tienen un efecto depresivo sobre la demanda”, según apunta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre empleo. “Mayores ajustes salariales a la baja en los países más afectados corren el riesgo de ser contraproducentes”, subraya en su informe anual sobre empleo.
Ese riesgo, apunta, es particularmente importante en un contexto de inflación próxima a cero, en alusión directa a la situación que se da en la zona euro, porque contribuye poco a la creación de nuevos empleos, mientras que “incrementa el riesgo de pobreza y deprime la demanda agregada”.
En España los salarios han caído un 1,8% anual de media desde 2009, un ajuste solo superado por Portugal, Grecia e Irlanda que ha ayudado a restaurar la competitividad de la economía, en palabras de esta organización. Pero la OCDE también apunta en su nota sobre España que estas rebajas salarialses han sido dolorosas para trabajadores y familias, especialmente aquellos con salarios más bajos.
El problema con estas bajadas de salarios es que el recorte de los costes “no se ha traducido totalmente en dinámicas de precios más bajos que promovieran la competitividad y reforzaran la producción y el crecimiento del empleo”. Es decir, que las empresas no han trasladado a precio la menor masa salarial, porque han preferido dedicar ese dinero a mejorar su rentabilidad, pero también por falta de competitividad en los mercados.
Por eso, para los autores del estudio es hora de continuar con las “reformas estructurales” que hagan saltar los obstáculos a una competencia efectiva en los mercados de productos que permitan sacar beneficios de las que se han hecho en el terreno laboral, y que potenciarán la generación de nuevos puestos de trabajo.
Concretamente sobre España la OCDE destaca la creación de empleo pero se muestra preocupada por el alto paro juvenil y por la persistencia de paro de larga duración: un 52,3% del total de desempleados que corren el riesgo de ser parados estructurales.
La valoración de la reforma laboral de 2012 es positiva, pero la OCDE pide más avances para luchar contra la temporalidad y la segmentación laboral. Las recomendaciones pasan por acercar los costes de despido entre distintos tipos de contrato, reduciendo el coste de despido para los fijos o subvencionando a cargo del Fogasa parte de éste.
Fuente: Cinco Días