La presidenta brasileña Dilma Rousseff fue reelegida para dirigir para un segundo mandato en el quinto país más grande del mundo, tras una reñida contienda y una campaña hostil y llena de altibajos.
La representante del izquierdista Partido de los Trabajadores derrotó al aspirante de la oposición Aecio Neves, candidato del Partido de la Social Democracia.
Los resultados oficiales publicados este domingo por el Tribunal Superior Electoral muestran que Rousseff ganó 52% de los votos, mientras que Neves obtuvo un 48% de los votos.
Cerca del 99% de los votos habían sido contados, pero la diferencia de votos entre los dos ya era mayor a la cantidad de votos que quedan por contar.
La victoria de Rousseff extenderá el poder del Partido de los Trabajadores, que ha ocupado la presidencia desde 2003.
En la última década los gobiernos auspiciaron programas sociales que ayudaron a sacar a millones de brasileños de la pobreza y robustecieron la clase media.
La elección arrojó los resultados más cercanos desde el retorno de la democracia a Brasil después del fin de la dictadura militar en 1985. Hace tres semanas, los dos resultaron en primero y segundo lugar en los comicios de primera vuelta.
Rousseff apostó a que la gratitud de los brasileños por un decenio de progreso podría más que sus temores ante un escenario económico incierto. Neves aseguraba que de ganar las elecciones presidenciales mantendría todos los programas sociales.
Ambos llegaron casi empatados al final de una campaña enconada y llena de altibajos.
Los que apoyaron a Rousseff afirmaron que sólo ella continuaría con los compromisos sociales que beneficiaron a los pobres.
“Nos esforzamos tanto para mejorar la vida de las personas que no vamos a dejar que nada en este mundo, ni la crisis, ni el pesimismo les quite lo que conquistaron”, dijo Rousseff antes de votar en la ciudad de Porto Alegre. “Brasil ha cambiado para mejorar la vida de las personas”.
La contienda fue candente e impredecible. Rumbo a los comicios de primera vuelta, un accidente aéreo que mató a un candidato lanzó a la sucesora Marina Silva por momentos al primer lugar en sondeos. Luego los resultados de la primera ronda de Neves, senador y ex gobernador del estado de Minas Gerais, sorprendieron y unificaron a la oposición.
La división entre los dos candidatos fue clara en las últimas tres semanas de la campaña. Analistas dicen que la elección presentó un dilema de escoger darle continuidad a programas de inclusión social con Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), o abrir paso a un nuevo proyecto macroeconómico favorable al mercado para alentar el crecimiento con Neves, del Partido de la Social Democracia.
Durante la última década, el PT encabezó una profunda transformación en Brasil al ampliar programas de bienestar social que ayudaron a sacar a 40 millones de personas a escalar de la pobreza a la clase media.
Sin embargo, en los últimos cuatro años, bajo el gobierno de Rousseff, el país padeció un crecimiento económico débil y entró en recesión.
Luego Neves recibió críticas por un escándalo de corrupción dentro de la petrolera paraestatal Petrobras donde un ex ejecutivo involucrado testificó que el PT recibió dinero por sobornos. Rousseff niega haber conocido del esquema y repitió constantemente a los brasileños que votar por Neves sería un “retroceso” a la era en que Brasil registraba altos índices de inflación y desempleo.
Karla Brandao, una enfermera de 47 años, dijo que votó por Rousseff porque sintió su vida mejorar en la última década desde que Luiz Inacio Lula da Silva, predecesor de Rousseff, colocó al Partido de los Trabajadores en el poder.
“Tenía muchos problemas en mi vida y el gobierno de Lula me echó la mano”, dijo Brandao, al referirse a programas sociales como Bolsa Familia, que entrega pagos mensuales un programa en efectivo a las familias más pobres de Brasil. “Dilma continuó con las políticas de Lula y eso es suficiente para mí”.
Fuente: AP