El presidente Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney se han disputado a lo largo de agotadores y costosos meses de campaña electoral el apoyo de los electores para ocupar los próximos cuatro años la Casa Blanca.
Obama, felicitó hoy a su rival republicano por su “enérgica” campaña y se mostró confiado en lograr los votos necesarios para seguir cuatro años más en la Casa Blanca.
Obama habló brevemente con los periodistas tras realizar una visita no anunciada a una oficina de la campaña demócrata cercana a su casa de Chicago, desde donde llamó por teléfono a voluntarios del estado de Wisconsin para agradecerles por “trabajar duro” en su nombre.
Los más recientes sondeos de intención de voto daban casi empatados a ambos contendientes, pero son los electores y no las encuestas los que decidirán en última instancia quién es el ganador de unos comicios que, incluyendo las campañas para la elección de gobernadores y legisladores, se espera que sean las más costosos en la historia de EE.UU.
Ambos candidatos presidenciales se emplearon a fondo los últimos días en un maratónico esfuerzo, Obama por movilizar una masiva concurrencia a las urnas de los estadounidenses—según estadísticas mayoritariamente demócratas —, y Romney, por conseguir el apoyo de los votantes independientes y de electores que en el pasado respaldaron al partido rival.
En la mira han figurado principalmente estados como Pennsylvania, que Romney quisiera arrebatar a Obama, y los más reñidos, a los que hasta último momento se les considera como indecisos: Colorado, Iowa, New Hampshire, Nevada, Florida, Virginia, Carolina del Norte y Ohio, donde demócratas y republicanos se atribuyen el triunfo por igual.
Ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin vencer en Ohio, y a lo largo de la campaña Obama estuvo allí 20 veces, en tanto que los electores del estado fueron bombardeados con más anuncios electorales que los de ninguna otra parte del país: más de 200 mil a lo largo de toda la campaña.
Según el comité demócrata, Obama llegó a registrar un millón 800 mil votantes en los estados claves para los comicios, casi el doble de los que los que inscribieron en los comicios de 2008, y sus voluntarios tocaron a la puerta o llamaron por teléfono a 125 millones de votantes.
Pero la victoria por estados resulta ser más importante que el número total de votos que obtengan los contendientes en los comicios, puesto que el sufragio popular sólo ayuda a determinar qué candidato recibe los votos de los delegados electorales de ese estado. En todo el país son en total 538, de modo que se necesitan al menos 270 para ser proclamado presidente.
Cuatro veces en la historia del país ha sucedido que el candidato con menos votos populares ha sido el ganador de la presidencia, la más reciente de ellas en las elecciones del 2000, cuando George W. Bush obtuvo menos votos de la ciudadanía (47,9 por ciento) que el demócrata Al Gore (48,4 por ciento), pero fue el vencedor con 271 votos electorales.
De acuerdo con la Constitución de EE.UU., si ambos candidatos terminan empatados con igual número de votos electorales (269) es entonces la Cámara de Representantes (ahora controlada por los republicanos) la que definiría el ganador, mientras que el Senado (con mayoría demócrata) tendría la responsabilidad de escoger al vicepresidente.
Fuente: Voz de América