Obama y Castro inauguran nueva era Cuba-EU

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El presidente Barack Obama iniciará una nueva era en la historia de las ríspidas relaciones entre Estados Unidos y Cuba con un viaje a la isla en pos de dos objetivos aparentemente contradictorios: consolidar su política de flexibilización y a la vez impulsar a los líderes socialistas de la isla a torcer el rumbo.

La visita de Obama a partir del domingo corona su ambicioso experimento diplomático: después de medio siglo de hostilidad, los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría mantienen contactos regulares.

Acompañado por su familia, el presidente estadounidense paseará por las calles de La Habana Vieja y se reunirá con el mandatario Raúl Castro. Asistirá a un partido de béisbol y se reunirá con disidentes políticos.

Funcionarios de la Casa Blanca dicen que Obama no minimizará las diferencias profundas y persistentes. Sus declaraciones serán pasadas bajo la lupa para ver hasta qué punto promueve las reformas y los derechos humanos.

Obama también se reunirá con disidentes políticos. Sus experiencias viviendo bajo un régimen unipartidista podrían explicar por qué muchos cubano-estadounidenses ven el viaje de Obama como una deplorable capitulación ante un sistema cuyas prácticas van en contra de los principios democráticos tan fundamentales para Estados Unidos. Sin embargo, esa posición poco a poco se está convirtiendo en minoritaria entre los cubano-estadounidenses, e incluso entre la población de Estados Unidos en general.

Aquí un vistazo a las medidas de que el presidente Barack Obama ha tomado para relajar las restricciones a Cuba:

— Levantó restricciones de viaje para que los estadounidenses puedan ir a Cuba de manera independiente en viajes educativos, “de pueblo a pueblo” en vez de con grupos organizados. Sigue en pie una prohibición al turismo.

— Eliminó la prohibición sobre transacciones financieras cubanas que puedan pasar por instituciones bancarias estadounidenses, lo que en efecto había aislado a Cuba del sistema financiero mundial.

— Permitió a los ciudadanos cubanos abrir cuentas bancarias en Estados Unidos y usarlas para enviar remesas a su país.

— Sacó a Cuba de la lista de países con seguridad portuaria inadecuada, facilitando el tráfico naval entre los dos países.

— Aprobó “licencias generales” para viajes de estadounidenses a Cuba, con lo que los norteamericanos que viajan por razones autorizadas no tienen que esperar a tener un permiso de antemano.

— Inició la restauración del servicio postal. El primer embarque aéreo salió de Estados Unidos justo antes del viaje de Obama como proyecto piloto.

— Autorizó a algunas líneas de cruceros a ir a Cuba. Aguardan la autorización de las autoridades cubanas.

— Llegó a un acuerdo para restaurar vuelos comerciales. El Departamento del Transporte está por otorgar las primeras rutas.

— Autorizó la exportación de productos sumamente ansiados en Cuba, como materiales de construcción y repuestos de tractores. Sin embargo, tal comercio no ha comenzado aún.

— Permitió a los ciudadanos cubanos empezar a devengar un salario en Estados Unidos sin tener que iniciar el proceso de inmigración, siempre y cuando no tengan que pagar un impuesto aparte en Cuba.

— Reabrió la embajada estadounidense en La Habana. Cuba también reabrió su embajada en Washington.

— Dejó en libertad a tres cubanos que habían estado encarcelados en Estados Unidos. Al mismo tiempo, Cuba dejó en libertad al estadounidense Alan Gross.

— Se reunió aparte con el presidente cubano Raúl Castro en Panamá, en el primer encuentro cara a cara de los líderes de ambos países en décadas.

— Inició intercambios de alto nivel entre funcionarios de Cuba y Estados Unidos.

— Aumentó la cantidad de dinero que los estadounidenses pueden enviar a Cuba: de 500 a 2.000 dólares cada tres meses. Poco antes, Obama había derogado un tope de 1.200 dólares anuales sobre las remesas.

— Permitió a viajeros estadounidenses regresar de Cuba con mercancías por un valor de 400 dólares, incluyendo tabaco y alcohol, siempre que no superen los 100 dólares en total.

— Sacó a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo.

— Autorizó la exportación de algunos equipos de telecomunicaciones, inclusive software, hardware y servicios.

— Exhortó al Congreso, aunque sin éxito hasta ahora, a levantar el embargo comercial que pesa sobre Cuba.

— Permitió las visitas familiares ilimitadas de cubano-estadounidenses, antes de que Washington y La Habana anunciaran sus planes de normalizar relaciones.

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