EL presidente Barak Obama aumentó ayer la presión sobre su homólogo ruso, Vladimir Putin, por su papel en la crisis de Ucrania. EE UU apuntó a Rusia como cómplice necesario del derribo, el jueves, de un avión comercial de Malaysia Airlines si se confirma que, como sospecha la Casa Blanca, los responsables fueron los rebeldes prorrusos.
Obama pidió tiempo para determinar el culpable del ataque, en el que murieron 298 personas, y avisó de que será necesaria una investigación internacional para identificar a los responsables. No culpó a Putin en ningún momento. Pero enumeró una serie de indicios que señalan a los grupos que buscan la secesión del Este de Ucrania e, indirectamente, implican a la Rusia de Putin.
El misil, dijo el presidente de EE UU, partió de una zona controlada por los prorrusos armados con material ruso. Rusia entrena y arma a estos rebeldes, continuó. Y en los últimos meses estos han derribado otros aviones. La responsabilidad de Putin es por haber alentado o, como mínimo, no haber frenado la violencia en la región que ha llevado a la matanza.
“Sabemos que van muy armados y que están entrenados. Y sabemos que [este hecho]no es un accidente. Esto ocurre por el apoyo ruso”, dijo Obama en rueda de prensa en la Casa Blanca. “Un grupo de separatistas no puede derribar aviones de transporte o, como dice, derribar aviones de caza sin un equipamiento avanzado y un entrenamiento avanzado, y esto viene de Rusia”.
Obama instó a Putin a detener el flujo de armamento y combatientes hacia Ucrania procedentes de Rusia. Si el presidente ruso acepta, la violencia “parará”, dijo. “Él ejerce el control sobre la situación y, hasta ahora como mínimo, no lo ha ejercido”.
El derribo del Boeing 777, en el que murieron personas de 11 nacionalidades, internacionaliza la crisis. Coloca a Putin bajo los focos de la sospecha de EE UU y parte de la Unión Europea. Y dispara la tensión por el conflicto de Ucrania, que estalló el pasado invierno tras las protestas que llevaron al relevo del Gobierno de este país y la anexión de la península ucrania de crimea por parte de Rusia.
Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York, la embajadora norteamericana, Samantha Power, expuso a sus homólogos los argumentos de EE UU. Power dijo que el avión malasio, que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur, “fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un Sa-11, operado en una localidad en manos de los separatistas del Este de Ucrania”.
“Debido a la complejidad técnica del SA-11, es poco probable que los separatistas pudieran operar el sistema sin la ayuda de personal experto”, añadió. “Por lo tanto, no podemos descartar una ayuda técnica de personal ruso en el uso de estos sistemas”.
Obama, que el miércoles impuso una nueva ronda de sanciones a Rusia por el papel de este país en la desestabilización de Ucrania, ofreció a Putin la posibilidad de relajar la presión si retira el respaldo a los rebeldes prorrusos y acepta el diálogo con el Gobierno de Ucrania. Pero también avisó de que EE UU todavía dispone de margen para reforzar las sanciones. El mandatario descartó una intervención militar más allá del compromiso de defender a los aliados de la OTAN de la región, entre los que no figura Ucrania.
Las reticencias de la Unión Europea a endurecer las sanciones impacientan a EE UU. “Europa se juega mucho, no sólo el pueblo ucranio”, dijo el presidente.
“Son los europeos quienes deben liderar en esto”, dijo en una entrevista a la cadena PBS Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y posible candidata a la Casa Blanca en 2016. “Era un vuelo de Ámsterdam a Kuala Lumpur sobre territorio europeo. Debería haber indignación en las capitales europeas”.
La diplomacia europea se muestra cauta hasta esclarecer quién derribó el avión de Malaysia Airlines. Pero el papel de Rusia en este conflicto es cada vez más contestado. “Estos hechos han mostrado una vez más que lo que se requiere es una solución política y que, por encima de todo, también Rusia es responsable de lo que está ocurriendo en Ucrania”, argumentó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, ante los periodistas. Sin querer pronunciarse sobre las consecuencias de este hecho, la canciller consideró probado que los separatistas “están fuertemente armados y hay muchas indicaciones de que algunas de esas armas vienen a través de la frontera con Rusia”.
Con matices, las fuentes diplomáticas consultadas comparten ese diagnóstico y creen que la tragedia del avión, que impacta de lleno en la UE —más de 200 de los 298 fallecidos eran europeos—, servirá como revulsivo. “Éste es otro duro ejemplo de por qué es tan urgente poner fin a este conflicto”, aseguró la alta representante para Política Exterior,Catherine Ashton.
El derribo del avión se ha producido poco antes de la reunión que mantendrán los ministros de Exteriores el próximo martes en Bruselas, en la que aprobarán nuevas sanciones contra Rusia. A falta de nuevas propuestas, los ministros se limitarán a aprobar lo que les pidieron los jefes de Estado y de Gobierno el pasado miércoles, sin medidas adicionales derivadas de este suceso. “A lo mejor algún país miembro quiere plantearlo, pero hay que esperar a que termine la investigación, y lo que tenemos que aplicar ya es bastante significativo”, asegura un alto cargo comunitario.
Incluso las diplomacias de los países más beligerantes con Putin abogan por ceñirse a lo indicado por los jefes de Estado y de Gobierno. Los ministros deberán aprobar una extensión de la lista de sancionados, de forma que a los 72 individuos y dos empresas existentes hasta el momento se les sumen otras compañías rusas responsables de minar la soberanía ucrania. La lista no se conocerá hasta finales de julio.
Fuente: El País