Miles de personas indignadas por el megaescándalo de corrupción en Petrobras marchaban en Brasilia y otras 19 ciudades del país contra el gobierno de Dilma Rousseff, en las primeras de cientos de protestas convocadas este domingo por todo Brasil, constató la AFP.
Los organizadores esperan que las cifras crezcan a lo largo del día al irse sumando miles de manifestantes en más de 400 ciudades del país, el doble que en la primera gran marcha contra Rousseff del 15 de marzo, que convocó a más de un millón de manifestantes. Pero por ahora la convocatoria parece ser menor.
La policía estimó que unos 19.000 manifestantes han salido a las calles este domingo, mientras los organizadores dan cuenta de 48.000, según las cifras de cada ciudad recopiladas por el portal de noticias G1.
“Vinimos por todo lo que está sucediendo en Brasil y este gobierno no está haciendo nada. El pueblo tiene que mostrar persistencia y manifestar su indignación, su insatisfacción”, dijo a la AFP una de las manifestantes en Brasilia, Dianira Loubet, una instructora de yoga de 75 años.
Como en la anterior protesta, muchos manifestantes visten la camiseta amarilla y verde de la selección brasileña y reclaman el ‘impeachment’ (destitución) de la presidenta que comenzó su segundo mandato hace poco más de tres meses.
“Fuera Dilma”, “Fuera PT”, “La culpa es de las estrellas”, “Gobierno de corruptos”, rezan algunas de las pancartas. Un grupo reclama una intervención militar, tal como ocurrió en las protestas del 15 de marzo.
“El principal objetivo es obtener la destitución de Rousseff, o su renuncia”, dijo el politólogo Fabio Ostermann, uno de los líderes del Movimiento Brasil Libre (MBL) que organiza las protestas, en una entrevista telefónica con la AFP.
“La elección no da a la presidenta un salvoconducto para hacer lo que quiera. Su omisión con el escándalo en Petrobras la coloca en una situación de mucha irresponsabilidad (…) El cargo de presidente de la República debe estar por encima de cualquier sospecha”, dijo Ostermann, que tiene 30 años y vive en Porto Alegre (sur).
Trece senadores, 22 diputados, dos gobernadores, el tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y exfuncionarios del Poder Ejecutivo son investigados por su presunta participación en una red de corrupción y sobornos en la estatal Petrobras que movió unos 4.000 millones de dólares en la última década.
Rousseff enfrenta asimismo dificultades en el frente económico, con una economía casi estancada y una inflación que alcanzó el 8, 13%, y en el político, por lo cual ha tenido que ceder mucho poder al partido PMDB, principal aliado del PT en la coalición de gobierno.
Fuente: AFP