Nombran a Evo jefe de campaña en Bolivia

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El sorprendente viaje de Evo Morales a La Habana ha sacudido de lleno el proceso de renovación que hoy vive el Movimiento Al Socialismo (MAS), oficialista durante 14 años y hoy en la oposición.

“Agradezco la confianza. Elegiremos a un candidato unitario y nuevamente ganaremos las elecciones en primera vuelta. Gracias por no abandonarme, yo siempre estaré con ustedes. Juntos seguiremos haciendo historia como hasta ahora. ¡Unidos venceremos!”, respondió Evo desde Cuba.

“Volveré y volveremos millones pronto al gobierno con nuestra revolución democrática y cultural. ¡Ahora es cuando!”, clamó hoy el líder aymara desde sus redes sociales, a la vez que saludaba “el gran encuentro de nuestros movimientos sociales y militantes” que se desarrolla en Cochabamba. Sus partidarios ya han tomado una decisión trascendental: nombrar a Evo jefe de campaña del MAS para el proceso electoral del 2020.

Pese a los diferentes mensajes lanzados a sus seguidores, Morales mantiene silencio en torno a su traslado a Cuba desde su exilio de México. Tanto la Cancillería del país norteamericano como su ex ministra de Salud, Gabriela Montaño, han confirmado que se trata de un viaje “temporal” para una “consulta médica”.

De momento, el cabecilla indígena no da pistas sobre cuáles serán sus siguientes pasos, si volverá a México o si se desplazará el martes junto a Raúl Castro a la toma de posesión del peronista Alberto Fernández en Buenos Aires. En la cumbre del MAS en Cochabamba se da por hecho que Evo se instalará en Argentina para desde allí dirigir a su partido en unas elecciones cuya primera vuelta se llevará a cabo entre marzo y abril.

Más allá de su intento de controlar al MAS desde la distancia, el pulso entre los dirigentes indígenas que quedan en Bolivia para alzarse con la candidatura presidencial y convertirse así en el sucesor del gran líder ha aumentado en Cochabamba, punto de reunión para decidir la estrategia de cara a los comicios generales de 2020.

Uno de los candidatos favoritos, el ex ministro de Economía Luis Arce, principal responsable del éxito económico de la revolución indígena, es la primera “baja” electoral: el viernes también partió hacia el exilio de México, señalado desde el gobierno provisional por presuntas irregularidades financieras.

Las acusaciones vienen y van entre los que disputan la sucesión, en medio de la indignación que buena parte del país ha sentido ante la aprobación, de madrugada y sin consenso, de la Ley de Garantías, empujada por el ala radical del MAS. Con esta iniciativa, los dirigentes revolucionarios pretenden blindarse de las acciones judiciales contra las acciones violentas y el asedio a las ciudades durante la crisis que estalló el 20 de octubre.

El gobierno provisional de Jeanine Áñez ya ha anunciado que vetará la ley, pero si los antiguos oficialistas insisten en su proyecto no quedaría otro remedio que acudir al Tribunal Constitucional (TC). “Si el MAS impone la ley para dar impunidad a Evo y sus amigos iremos al TC para anularla. La Constitución no admite impunidad. Una cosa es reconciliación política y social y otra, impunidad para los que cometieron los delitos”, denunció Samuel Doria, líder del Frente de Unidad Nacional.

La estrategia del MAS es someter a presión a Eva Copa, su presidenta en el Senado, que hasta ahora ha apostado por la concertación con el nuevo gobierno. Áñez y Copa protagonizaron el acuerdo para llevar adelante el proceso para las nuevas elecciones, que hoy viven otro momento trascendental con el cierre de postulaciones para el Tribunal Supremo Electoral (TSE). La auditoría realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA), que descubrió 12 acciones dolosas y 13 irregularidades graves durante el 20-O, entre ellas la “parcialidad” del TSE. Varios de los antiguos vocales permanecen encarcelados.

Fuente: El Mundo

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