Estados Unidos incluyó oficialmente al cuerpo militar de élite de Irán, los Guardianes de la Revolución Islámica, en su lista de organizaciones “terroristas” extranjeras, anunció el lunes el presidente Donald Trump.
Es la primera vez que una organización “que hace parte de un gobierno extranjero” es designado de esta manera, precisó en un comunicado el mandatario estadounidense, afirmando que esta medida permitirá aumentar la “presión” contra Teherán.
“Esta medida sin precedente, encabezada por el Departamento de Estado, reconoce la realidad de que Irán no es solamente un estado patrocinador del terrorismo, sino que la Guardia Revolucionaria Iraní participa, financia y promueve el terrorismo como herramienta política“, dijo Trump en un comunicado.
Las autoridades gubernamentales han dicho que la acción aislará más a Teherán y dejará claro que Estados Unidos no tolerará el continuo apoyo del país a grupos rebeldes y a otras organizaciones que desestabilizan al Medio Oriente.
Pero la designación también podría tener amplias implicaciones para el personal y las políticas estadounidenses en la región y en otros sitios debido a que Irán ha amenazado con tomar medidas en represalia.
La medida permite a Estados Unidos negarle la entrada al país a quien haya dado apoyo material a la Guardia Revolucionaria, y le permite procesar a quien haya violado las sanciones que pesan sobre Irán. Ello podría afectar a compañías o empresarios europeos o asiáticos que tengan contacto alguno con las diversas filiales de la Guardia.
Además, la medida complicará gestiones diplomáticas. Al no aceptar excepciones, la medida implica que militares y diplomáticos estadounidenses no podrán interactuar con autoridades iraquíes o libanesas que hayan tenido algún contacto con la Guardia Iraní o entidades afines.
El Pentágono y las agencias de inteligencia estadounidenses han expresado inquietudes por la medida al no poder entrar en contacto con funcionario alguno que se haya reunido o que se haya comunicado con algún miembro de la Guardia. Esas inquietudes han sido en parte la razón por la que presidencias anteriores se han abstenido de tomar ese paso.
Fuente: AFP/ AP