Por Armando Tejeda
“Los que hoy estamos aquí hemos venido para gritar bien fuerte y con una sola voz: No tengo miedo”, con estas palabras recogidas en el manifiesto se resumió el clamor que recorrió hoy las calles de Barcelona, que se convirtieron en un grito unánime y rotundo contra la violencia y a favor de la convivencia y la paz.
“No tinc por” (No tengo miedo, en catalán) fue el lema espontáneo que se ha convertido en el símbolo de la resistencia de la ciudad que hace sólo una semana vivió el peor atentado de su historia a manos de una célula yihadista, supuestamente vinculada al Estado Islámico (Daesh) y que dejó un saldo de 15 personas muertos y más de 130 heridos.
Medio millón de personas, según la Guardia Urbana, se concentraron en el centro histórico de Barcelona, en las calles aledañas a la Plaza Cataluña -donde finalizó el recorrido-, pero también a lo largo y ancho del Paseo de Grácia, una de las arterias principales.
El objetivo era convertir a Barcelona en la capital de la resistencia contra la violencia y la barbarie, pero también en el escenario para reivindicar una añeja característica de la capital catalana: su pluralidad, su espíritu abierto y su respeto a la diversidad.
La marcha iba encabezada por una inmensa pancarta en la que se resumía el sentir de la ciudadanía en la última semana, desde los brutales atentados de Barcelona y Cambrils, que decía: “No tinc por” (No tengo miedo), que fue acompañada con miles y miles de pancartas en las que se repetía sin cesar la misma idea, en singular y en plural (“No tenem por”).
La marcha también es un reconocimiento a los profesionales que socorrieron a los heridos y las personas afectadas en los instantes después de los ataques, en este caso los bomberos, los profesionales sanitarios, los agentes de los Mossos d´Esquadra (policía autonómica catalana) y los comerciantes de la zona. Una representación de 75 de ellos encabezaron la manifestación e iban ataviados con sus uniformes, pero también portaban en la mano una rosa roja o amarilla y muchos de ellos llevaban en brazos a sus hijos pequeños.
Abuchean a Rajoy y el rey Felipe
En segundo plano había otra cabecera integrada por representantes de las principales instituciones del Estado, encabezados por el Rey Felipe VI, quien a su llegada a la concentración recibió una sonora pitada y rechifla, al igual que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. Además estuvieron presentes, entre otros, el presidente del Senado español, Pío García Escudero, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, todo el gabinete del gobierno español, con la excepción del ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, una nutrida representación de presidentes de gobiernos autonómicos y numerosos alcaldes de todo el país. También acudió a la cita el ex presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Esta es la primera manifestación en la historia del país en la que acude el Rey de España, lo que demuestra también que con esta manifestación a sólo una semana de los atentados se pretende buscar la unidad política. Para reiterar el mensaje de conciliación y paz, entre el Rey Felipe VI y el presidente Rajoy situaron a una niña musulmana, precisamente para invocar al respeto a la diversidad religiosa. De hecho entre las pancartas más numerosas era una que decía: “La mejor respuesta es la paz”.
Después de marchar durante unos 45 minutos, finalmente leyeron el manifiesto la actriz catalana Rosa María Sardá y la activista musulmana Mírim Hatibi, quienes señalaron que “los que hoy estamos aquí hemos venido para gritar bien fuerte y con una sola voz: No tengo miedo. Nos sentimos protegidos por nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad y confortados y también orgullosos de la rápida respuesta de los equipos de emergencia, bomberos, personal médico y hospitalario, servicios sociales, trabajadores públicos”.
Y añadieron que “no tenemos miedo porque una vez más el comportamiento de nuestros conciudadanos, los taxistas, los comerciantes que dieron refugio a quienes huían, a todos aquellos que llenaron los hospitales para donar sangre han demostrado que somos una sociedad solidaria. Con la determinación de vivir en paz. No tenemos miedo y no dejaremos que nos venza el terrorismo porque nos van a encontrar más unidos que nunca en la defensa de la libertad y la democracia desde nuestra diversidad de culturas y creencias.
“No conseguirán dividirnos. Somos muchas las personas que rechazamos la violencia. Si su ideología es la muerte, la nuestra es una apuesta por la vida”.
A lo largo de la manifestación también hubo numerosas pancartas y mensajes críticos contra la figura del Rey Felipe VI y el gobierno español por sus relaciones políticas y comerciales con las principales monarquías árabes que financian, supuestamente, al Estado Islámico. Incluso le apelaban de forma directo con mensajes como este: “Felipe, quien quiere paz no trafica con armas. No tienen vergüenza”.
A la concentración también acudieron representantes de las religiones con presencia en España y ciudadanos y representantes diplomáticos de más de 50 países y que tuvieron especial relevancia los cónsules y embajadores de los países que sufrieron víctimas mortales en el doble atentado.
Marcha alternativa
Dos horas antes del inicio oficial de la manifestación se llevó a cabo una marcha alternativa por las mismas calles del centro histórico de Barcelona, que protagonizaron miembros de la sociedad civil y colectivos vinculados al independentismo y a la coalición política Candidatura de Unidad Popular (CUP), que utilizaron el lema de “Sus políticas, nuestros muertos”, en referencia a los acuerdos e intercambio comercial entre las autoridades españolas, incluida la Casa Real y el gobierno español con las monarquías árabes que según ellos financian a estos grupos yihadistas y que han provocado el caos geopolítico en la región. fin del segundo avance.
Fuente: La Jornada