El ex mandatario superó al candidato oficialista por casi 14 puntos al obtener el 36,66% de los votos, con más del 84% de las mesas escrutadas. Beatriz Sánchez (20,34%) finalizó tercera
El ex presidente Sebastián Piñera lideraba este domingo la elección para suceder a la socialista Michelle Bachelet con el 36.67% de los votos escrutados, insuficientes para evitar un balotaje con el candidato oficialista Alejandro Guillier, en segundo lugar.
Con el 81.75% de las mesas escrutadas, la gran sorpresa es el resultado obtenido por la candidata Beatriz Sánchez, del Frente Amplio (izquierda radical), que se encarama con el 20.34% a la tercera posición a solo dos puntos de Guillier, el aspirante de Nueva Mayoría, que obtiene el 22.64%.
Además del resultado inferior a lo esperado de Piñera, el candidato de Chile Vamos (derecha), José Antonio Kast, quien reivindica el legado de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), obtuvo el 7.88% de los votos escrutados.
Le siguen la candidata de la Democracia Cristiana Carolina Goic con el 5.91% y Marcos Enríquez-Ominami (izquierda) con el 5.68%.
Este resultado “reconfigura completamente el paisaje político chileno”, dijo René Jara, analista de la Universidad de Santiago.
La votación lograda por Sánchez, la candidata del equivalente al Podemos español, le dan un “poder negociador muy fuerte para la segunda vuelta”, dice el analista.
Aunque hasta ahora se habían mostrado reticentes para dar su apoyo a Guillier, “están obligados a hacerlo porque si no serán los responsables de una vuelta de Piñera” al poder, agrega.
Unos 14.3 millones de ciudadanos estaban citados a las urnas para votar en unos comicios que podrían llevar por segunda vez desde la vuelta de la democracia en 1990 a la derecha al poder de la mano de Piñera, que ya presidió el país en 2010-2014, si triunfa en el balotaje.
Ocho candidatos presidenciales, de ellos seis de centro-izquierda, aspiraban a suceder a la socialista Michelle Bachelet a partir del 11 de marzo próximo en La Moneda.
“Los chilenos vamos a tomar una decisión que va a afectar a nuestras vidas por muchas décadas”, dijo Piñera, de 67 años, tras emitir su voto en Santiago donde le increparon algunos jóvenes.
“Lo que está en juego es el bien del país”, dijo por su parte el senador y candidato oficialista Alejandro Guillier, de 64 años, quien emitió su voto en Antofagasta (norte).
Ante la imposibilidad de que ninguno de los candidatos consiga en esta primera vuelta el 50%+1 de los votos, el balotaje, el 17 de diciembre, parece inevitable.
Sobre los comicios de este domingo, desarrollados sin incidentes relevantes, reina el fantasma de la baja participación en un país campeón de América Latina de la abstención. En los últimos comicios electorales participó un 36% del censo.
En este sentido, se sucedieron los llamados a acudir a las urnas, empezando por el de la presidenta.
“Es importante que la gente asista (a votar), que ejerza su derecho ciudadano y que vote por quien sienta que representa lo que ellos quieren para Chile”, dijo Bachelet, que evitó hacer pronósticos sobre la participación -uno de los fantasmas de la jornada- pero advirtió que espera una segunda vuelta, prevista para el 17 de diciembre.
En su cuenta Twitter, hizo un homenaje a un chileno de 82 años que votó en Barcelona. “La emoción de don Óscar me conmueve. Para que él pudiera votar tras 47 años y una vida lejos de la Patria, fue que luchamos tanto”, reza el tuit de la presidenta.
Pese a que en muchos colegios la mayoría de los votantes era gente mayor, Daniel Concha, de 31 años, aseguró que siempre vota. “Creo que es importante votar y así uno puede influir en el proyecto político que quiere para su país”.
Paula Salas, 35 años, votó en el colegio instalado en la Universidad Autónoma en la comuna de Providencia por Beatriz Sánchez, la candidata del Frente Amplio (izquierda radical) para que haya una “distribución más general y más justa de los recursos del país”.
Al igual que en países como Perú o Argentina o Brasil, Chile parece acercarse a un giro a la derecha en un ambiente de total normalidad.
Con un respaldo de 23% en las encuestas, muchos consideran que estos comicios son en cierto modo un plebiscito sobre la gestión de la propia Bachelet, que ya entregó en 2010 el poder a Piñera, rompiendo la hegemonía del centro izquierda desde la recuperación de la democracia en 1990 tras 17 años de dictadura militar.
Su batería de reformas para tratar de desmantelar el legado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), entre ellas, la ley del aborto terapéutico, la unión civil de las parejas del mismo sexo, la reforma laboral y tributaria y el proyecto de reforma de las pensiones, han generado controversia en uno de los países de más crecimiento de la región.
“Quiero ser el presidente de la unidad, de la clase media, de los niños y de los adultos mayores, de las regiones y del mundo rural”, ha dicho el empresario multimillonario con una fortuna de 2.700 millones de dólares, según la revista Forbes, que ha prometido llevar a Chile al pelotón de los países desarrollados en ocho años.
Guillier, tras pasar de puntillas durante casi toda la campaña sobre el legado de Bachelet, al final prometió continuar las reformas que han quedado a medias, como la de la Constitución que data de la época de la dictadura.
“La historia demostrará que se tomaron las decisiones correctas”, dijo el candidato oficialista en el cierre de su campaña.
Además de presidente, los chilenos eligieron a 155 diputados y la mitad del Senado (que desde ahora tendrá 43 miembros), en unos comicios en que debutó el nuevo sistema electoral proporcional, el voto en el extranjero y la ley de paridad.
Fuente: ElNuevoHerald/ Infobae