El presidente Enrique Peña Nieto habló por primera vez sobre el plagio de su tesis de Licenciatura en Derecho por la Universidad Paramericana y sostuvo que no fue un plagio. “Puede haber incurrido en un error metodológico, no lo niego”, pero no lo hice con el ánimo de apropiarme ideas de otro. “En aquellos tiempos no había computadoras como ahora y había que hacerlo todo a máquina”, cito en el encuentro con jóvenes con ocasión de su IV Informe de Gobierno.
Después de las 20:00 horas inició el encuentro programado entre el presidente Enrique Peña Nieto y 300 jóvenes destacados, esto como parte de una nueva dinámica propuesta en el contexto de la entrega del Cuarto Informe de Gobierno.
Entre las preguntas dirigidas al mandatario –unas planteadas por los asistentes y otras enviadas desde redes sociales– destacaron los temas como la visita de Trump al país, el presunto plagio de sus tesis, el matrimonio igualitario y los llamados “gasolinazos”.
Sobre la invitación a Donald Trump, el mandatario explicó que “ante las posturas y posicionamientos de Donald Trump que claramente son una amenaza, había que dialogar”, pero que personalmente le dijo al candidato republicano que “México de ninguna manera pagará el muro que usted está planeando construir”. Además, recordó que también se había extendido una invitación a la demócrata Hillary Clinton.
Al hablar sobre el tema de su tesis, mencionó que “yo hice mi tesis, recuerdo como la realicé entonces”, por lo que “nadie me puede decir que plagié mi tesis”, aunque reconoció que pudo haber “mal citado” y que eso es más bien “un error metodológico”.
Sobre el matrimonio igualitario, admitió que “es una iniciativa que ha generado polémica y ha polarizado”, no obstante, “creo que es un derecho reconocer que cada persona elija con quién quiere hacer su vida en pareja”.
Al cuestionarle el por qué no cumplió su palabra en el tema los “gasolinazos”, el jefe del Ejecutivo consideró que “ha habido distorsiones” pues “nunca comprometí que no aumentaría el precio, sino que no sería mensualmente”
Recordó que México es un país con un precio fijo de la gasolina y eso hace que el gobierno la subsidie. “La caída en el precio del petróleo ha hecho que ajustemos el gasto (público)”.
El diálogo fue transmitido en televisión abierta, sistemas estatales de radio y TV y a través de internet. Palacio Nacional lució con un discreto dispositivo de seguridad.
Como era de esperar en el #4toInforme de @EPN la reunión fue a modo con las juventudes priistas. Lástima de gente. pic.twitter.com/hzNgA7y7bO
— Juan Carlos (@vicuyaze) September 2, 2016
El perfil de los participantes
A media tarde, los grupos de jóvenes arribaron a Palacio Nacional revelando su identidad en redes sociales. Algunos fueron convocados al set erigido en el Patio Central, otros ubicados en el salón Tesorería, donde se colocó un mobiliario moderno repleto de computadoras.
Los grupos avanzaron en orden y a lo largo del encuentro mantuvieron la compostura, incomparable el silencio con el de las movilizaciones estudiantiles de 2012 y menos aun con las que protestaban por la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa. Para ellos, apenas si hubo una mención presidencial por una pregunta de Facebook que incluyó otros casos de violencia de Estado. Esos casos están en las instancias correspondientes y si de derechos humanos se trata, la voluntad del mandatario se expuso en su apertura a la cooperación internacional con la OEA y la ONU.
Algunos de los jóvenes eran identificables: la oaxaqueña Tania Eulalia Martínez, premio Nacional de la Juventud 2016, en compañía de un grupo al que llamó “mis compañeros”.
Otro fue el caso de Diana Hernández, funcionaria del Instituto Nacional del Emprendedor, quien, a bordo de un vehículo tipo todo terreno, presumió acudir a Palacio Nacional en compañía de emprendedores.
Funcionarios como Antonio Crestani, director de Vinculación de la Secretaría de Cultura, tuiteó que había recibido a 14 jóvenes creadores que acudían al encuentro.
Y así, en general, los jóvenes fueron pasando para dejar su nombre en una urna que serviría para sortear quien podría preguntar algo al presidente. La coincidencia fue relevante en cuanto a los participantes, pues la mayoría de quienes expusieron sus inquietudes eran de estados gobernados por el PRI, dos de ellos oriundos de Campeche y tres de Hidalgo.
Casi por completo, el tono de las primeras preguntas fue con jóvenes que expresaban su reconocimiento al presidente y pedían más “buenas noticias”, alguno que se “sentía honrado” de estar ahí, y en fin, la mayoría fue soltando inquietudes sobre empleo, o de plano, peticiones de becas académicas y deportivas, apoyo para microempresas, y en algún caso para el programa Prospera.
Sólo al final, José Ramón, un joven que no salió sorteado pidió la palabra y le espetó a Peña Nieto su escasa credibilidad, los indicadores de popularidad, recordando que si bien el presidente decía no darle importancia a eso, tampoco la población veía concretar acciones. El joven le pidió una respuesta “no coreografeada”.
Fue la única vez en que la improvisación desarticuló a Peña Nieto, quien mezcló fragmentos de lo que ha dicho en los spots de estos días, con algunos datos estadísticos, citándose a sí mismo con su frase sobre las cosas buenas que no se cuentan y rematando con que obras, reformas y acciones están ahí para el que las quiera ver.
Aun cuando, en esa y otras preguntas, el aspecto de la corrupción fue mencionado (su conflicto de intereses y su conflicto académico, le espetó el joven José Ramón), Peña Nieto no asumió ningún señalamiento y en otros cuestionamientos, principalmente los extraídos de Facebook, presumió que como nunca hay políticos bajo proceso, pero remitió a las facultades de las procuradurías de justicia la sanción a los gobernadores corruptos.
Fin al día del Presidente
Antes de iniciar el encuentro, el presidente Enrique Peña Nieto pidió transmitir un video en el que dirigió un mensaje a la nación y a los asistentes. La transmisión oficial, reproducida en diferentes plataformas así como en los canales públicos Once y 22, reprodujo entonces lo que en las monumentales pantallas de Palacio Nacional se observaba.
Ahí recordó que, en el pasado, el 1 de septiembre era llamado el Día del Presidente, que era día inhábil y que durante horas debía escucharse al mandatario en turno hablar. Para Peña Nieto los tiempos cambiaron y llegó la hora de dejar hablar a los demás.
En su mensaje, Peña Nieto admitió que había descontento social, por la violencia, la mala educación, la pobreza y el escaso crecimiento económico. Luego, enlistó una serie de datos estadísticos sobre los beneficiarios de programas, la reducción de tarifas de luz y telefonía, así como de la implementación de las reformas.
Al finalizar su intervención, el mandatario delineó su objetivo para los dos años que le quedan al frente del gobierno, en cinco temas:
La educación de nuestros niños y jóvenes; la lucha en contra de la pobreza; la seguridad y la tranquilidad de los mexicanos; el combate a la corrupción, y el respaldo a la economía familiar.
Fuera quedaron de los cinco ejes, el interés por convertir a México “en un actor con responsabilidad global”.
Finalmente, Peña Nieto cerró su mensaje con una promesa:
“Pueden estar seguros de que cumpliré con mi responsabilidad, sin reparar en consideraciones de popularidad personal o costos políticos. Un mejor México se construye cada día, en equipo, a partir de lo mucho que hacemos bien todos los mexicanos. El futuro hay que construirlo desde hoy, hay que construirlo juntos, a partir del diálogo, las ideas y el trabajo de todos. Hay que seguir cambiando lo que tenga que cambiar. Hay que seguir mejorando lo que sea necesario mejorar”.
Con información de Proceso/ El Universal