En un discurso que ha provocado controversias políticas en los dos países, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo el martes ante una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos que las negociaciones que adelanta Washington con Irán serían “casi una garantía” de que Teherán llegue a tener armas nucleares, un paso que, dijo, el mundo debe evitar a toda costa.
“Irán ha probado una y otra vez que no merece confianza”, sin importar lo que diga sobre permitir la verificación de los términos de cualquier acuerdo creado con el fin de evitar que tenga armas nucleares, dijo.
“El mayor peligro que enfrenta el mundo es la unión del islam militante con las armas nucleares”, dijo en la Cámara de Representantes, que estaba abarrotada.
Netanyahu habló poco después que el secretario de Estado norteamericano John Kerry se reunió durante más de dos en Suiza con el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, con la esperanza de acordar un marco internacional para un acuerdo más adelante es mes que reduzca las ambiciones nucleares de Teherán.
La exhortación del líder israelí ocurre dos semanas antes de las parejas elecciones en su país, donde aspira a un nuevo período, y después de que la invitación de dirigirse al Congreso extendida por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, provocara una tormenta política en Estados Unidos. Más de 48 representantes y senadores demócratas dijeron que no asistirían al discurso, algo muy poco común dados los estrechos lazos entre ambos aliados.
Muchos de los planteamientos de Netanyahu fueron recibidos con fuertes aplausos por parte de los legisladores federales, y no sólo republicanos. Pero la retórica no persuadió a todos.
Nancy Pelosi, representante por California y líder de la minoría en la Cámara, hizo un esfuerzo visible por no aplaudir en varias ocasiones. Y cuando el líder israelí pidió un mejor acuerdo con Irán, abrió los brazos a manera de exasperación e hizo un gesto negativo con la cabeza.
La Casa Blanca expresó de palabra y hecho su disgusto con el discurso, y despachó al vicepresidente Joe Biden a un viaje al extranjero, lo que significó que no ocupó su lugar tradicional en la tribuna de la Cámara durante la alocución. Netanyahu tampoco se reunió en la Casa Blanca con Obama.
El primer ministro fue recibido con una estruendosa ovación cuando caminó por el mismo pasillo que recorren en la Cámara los presidentes antes de los discursos del Estado de la Unión.
También trató de limar asperezas agradeciendo profusamente a Obama por la asistencia que ya dado a Israel desde que llegó a la presidencia. En un gesto de agradecimiento, mencionó al líder demócrata del Senado, Harry Reid, quien acaba de regresar al trabajo tras sufrir varias lesiones en un accidente en su casa.
Pero al mismo tiempo, Netanyahu se mostró inflexible en su condena a las negociaciones que el gobierno estadounidense adelanta con Teherán, afirmando que las concesiones que Washington estaba preparado a conceder a Irán no sólo le permitirían adquirir armas nucleares, sino que a final de cuentas lograría que ese país logre salirse de las sanciones económicas. Como resultado, dijo, Teherán se sentiría incentivado a financiar más actividades terroristas en el Medio Oriente y el mundo.
Fuente: AP