Negocian reforma energética radical

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El gobierno de Enrique Peña Nieto y el PAN  negocian una reforma energética más profunda de lo que contempla la iniciativa original. De hecho, las empresas extranjeras podrían controlar la producción de petróleo, que en la primera propuesta se quedaba en manos del Estado, según el ‘Wall Street Journal’

El Gobierno de Enrique Peña Nieto y el partido Acción Nacional (PAN, derecha) podrían estar cocinando una verdadera revolución energética. Una información publicada en el diario The Wall Street Jorunal asegura que los políticos están negociando una reforma mucho más ambiciosa y profunda que la presentada por el presidente hace unos meses, en la que el objetivo era el abrir la explotación de la estatal Petróleos Mexicanaos (Pemex) a la inversión extranjera. Entre los puntos que están en estudio, se baraja la posibilidad de permitir que las empresas extranjeras accedan al control de parte o de la totalidad de la producción petrolera, algo que hasta ahora se había desestimado.

La medida, que si bien haría que la inversión en México resultara mucho más atractiva para el exterior, podría exaltar aún más a los detractores de la reforma. Decenas de miles de personas, animadas por el líder la izquierda mexicana Andrés Manuel López obrador, han participado en varias manifestaciones, defendiendo la “propiedad mexicana del petróleo” y denunciando lo que consideran “el mayor robo del siglo”.

The Wall Street Journal, que cita fuentes anónimas, dice que la negociación está muy avanzada, “aunque sigue habiendo obstáculos”, para llegar a un modelo de contratos que permita compartir no solo las ganancias, como originalmente se propuso en agosto, sino la producción petrolera y conceder licencias completas sobre la producción en casos puntuales, como la explotación de crudo en aguas profundas.

El presidente había descartado estas opciones en la primera iniciativa presentada en favor de contratos de ganancias compartidas, que “son convenios inusuales y complejos en los que las empresas privadas comparten los riesgos y las ganancias de un proyecto petrolero, pero son remuneradas en efectivo en lugar de crudo. Algunos países como Ecuador han usado estos contratos pero no son considerados muy atractivos por los inversionistas”, dice el diario.

De salir adelante las negociaciones, los cambios resultarían significativos. Peña Nieto acabaría, a través de un cambio en la Constitución, con el monopolio estatal sobre el gas y el petróleo, que comenzó en 1938 con el expresidente Lázaro Cárdenas, y las empresas extranjeras podrían explotar y producir hidrocarburos por su cuenta en el país.

La reforma enérgica es el siguiente paso del Pacto por México, la agenda de reformas suscrita por los tres principales partidos de México —PRI, PAN y PRD—. El izquierdista PRD ya se ha mostrado manifiestamente en contra de abrir la producción petrolera, por lo que son el conservador PAN y el partido del Gobierno -PRI- los encargados de sacar adelante el texto antes de que acabe el año.

Fuente: El País

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