Negocia la DEA con narcos mexicanos

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Agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos y fiscales del Departamento de Justicia se reunieron y negociaron, en secreto y en territorio nacional, con miembros de cárteles del narcotráfico para obtener información de organizaciones rivales, situación que incrementó la violencia en todo el país, concluye una investigación de El Universal.

Durante un año, El Universal obtuvo documentos oficiales y judiciales de México y de Estados Unidos, entrevistó a más de un centenar de funcionarios en activo o retirados de ambos países; a detenidos, familiares de detenidos, especialistas, aunque sólo se incluye aquí a los que aceptaron ser identificados.

Ninguna autoridad mexicana reportó al Congreso de la Unión esos encuentros. Hasta ahora tampoco se ha abierto en México alguna investigación sobre dichas reuniones en territorio mexicano.

La DEA, el Departamento de Justicia, así como otras agencias estadounidenses consultadas por este medio sobre las reuniones de sus agentes con narcotraficantes, declinaron hacer comentarios al respecto.

Documentos judiciales, cuya copia tiene este medio, indican que el gobierno de Estados Unidos conocía y autorizó las reuniones, así como las negociaciones con miembros de cárteles mexicanos, especialmente con el de Sinaloa, para obtener información de sus rivales, y con ella se lograron aseguramientos de cargamentos, así como detenciones, lo que detonó la violencia en México durante el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Coincidiendo con los dos sexenios panistas, fiscales de Estados Unidos como Steve Fraga, así como agentes de la DEA como Manuel Castañón, David Herrod y Carlos Mitchem, quien era asistente del director regional, se reunieron con traficantes de droga en México.

David Gaddis, entonces director regional de la DEA con sede en el Distrito Federal, así como otros directivos de la agencia en EU, autorizaron que sus agentes se reunieran con miembros de cárteles sin informarlo al gobierno mexicano y permitieron, bajo acuerdos por escrito, que los narcotraficantes siguieran operando.

“En gran parte porque estamos ahí [México] en operación para recabar datos de inteligencia para apoyar las investigaciones en Estados Unidos. En ese sentido, he entrevistado a varios miembros de cárteles y narcotraficantes como Zambada-Niebla en México. No es como entrevistar a un fugitivo que camina en mi oficina en San Diego. En San Diego puedo arrestar al fugitivo. En México no puedo”, afirmó el agente de la DEA Manuel Castañón en su declaración por escrito integrada al proceso de Vicente Zambada Niebla en Chicago.

Al respecto, Rusty Payne, vocero de la agencia antidrogas de Estados Unidos señaló que “la DEA no hará comentario sobre estos reportes en curso. El señor (David) Gaddis no trabaja ya para la DEA”.

En Colombia la DEA así como otras agencias estadounidenses obtuvieron información de organizaciones rivales en contra de Pablo Escobar, trabajando de manera cercana con la policía colombiana, un trabajo que fue calificado como muy importante y un gran éxito por Myles Frechette, ex embajador de Estados Unidos en Colombia.

“El problema del narcotráfico sigue en Colombia, pero se logró la reducción del tráfico de cocaína y otras drogas”, agregó Frechette en entrevista con éste medio.

La DEA ha operado de la misma manera en Colombia desde los ´80s, en Cambodia, en Thailandia, y desde hace más de 10 años también en Afganistán es el estándar modus operandi de la agencia, explicó Edgardo Buscaglia, catedrático de la Universidad de Columbia.

“Claro que este modus operandi implica una violación del derecho internacional público, además de representar más gasolina al fuego de la violencia, con violaciones al debido proceso y a derechos humanos”, destacó Buscaglia.

En éste sentido, agregó que lo hecho y deshecho por la DEA viola la convención de la Organización de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada “ya que exige que toda investigación transnacional de un Estado, dentro del territorio soberano de otro Estado, siempre se sujete al marco jurídico vigente en el territorio en donde la técnicas de investigación se implementen”.

Al respecto, el penalista Juan Velázquez destacó que los tratados internacionales celebrados por México y otros países permiten que los agentes extranjeros estén, en México, supeditados a los nuestros y simplemente como cooperantes recabando información, entre otros, sin que puedan actuar independientemente.

“Ni los acuerdos bilaterales de cooperación ni otras ‘cosas’ están por encima de la Constitución, que es la ley suprema. Si nuestras autoridades permiten lo contrario actúan ilegalmente y son sujetas de responsabilidad, pero ¿cómo se les exigiría si tales acuerdos y el actuar de todos es secreto y por eso nada se sabe al respecto?”, expresó.

La guerra secreta

Al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto en el gobierno de Estados Unidos se sucedían las críticas sobre el temor de que la nueva administración priista pudiera negociar con los cárteles del narcotráfico, entre otras razones, para acabar con la violencia. Sin embargo, el gobierno estadounidense ya había negociado con los cárteles.

Entre el año 2000 y el 2012, coincidiendo con los sexenios panistas, pero en especial entre el 2006 y 2012 durante el gobierno de Felipe Calderón el gobierno de Estados Unidos estableció con el gobierno mexicano convenios de colaboración, sin precedentes en la historia del país, para el combate al narcotráfico; y en paralelo creó una guerra secreta en México a través de sus agentes que se reunieron directamente con miembros de los cárteles.

Las reuniones de los agentes de la DEA, de los agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), así como de los fiscales del Departamento de Justicia con narcotraficantes en México fueron autorizadas desde Estados Unidos, de acuerdo con documentos judiciales.

En junio de 2009 un acuerdo entre el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos permitió que agentes de la DEA como del ICE tuvieran autoridad para investigar a sospechosos de narcotráfico en la frontera como a nivel internacional, terminando con ello una disputa de años entre esas agencias.

Sin la presencia de alguna autoridad mexicana, como lo establecen los acuerdos binacionales; sin informar al gobierno de México, los agentes de la DEA se reunieron con los miembros de los cárteles, en territorio mexicano, para obtener información de sus rivales y al mismo tiempo construyeron una red de informantes de narcotraficantes quienes firmaban acuerdos de cooperación, sujetos a resultados, para que pudieran obtener beneficios futuros, entre ellos la cancelación de cargos en Estados Unidos.

En algunas ocasiones los agentes de la DEA o el gobierno de Estados Unidos proporcionaron datos obtenidos de esas reuniones, sin citarlas, al gobierno de México para que los policías o militares mexicanos realizarán detenciones. En el sexenio de Calderón 12 de las importantes detenciones de narcotraficantes fueron producto de la DEA, esto último de acuerdo con reportes de la agencia antidrogas.

Uno de los casos que comenzó a delatar las negociaciones entre agentes estadounidenses y cárteles mexicanos se registró a finales de noviembre del 2006, finales del sexenio de Vicente Fox, cuando el cuerpo de un hombre fue arrojado en el parque “El Chamizal” ubicado cerca del puente internacional Córdoba-Las Américas que comunica Ciudad Juárez, Chihuahua con El Paso, Texas.

En la cara del hombre fueron pegadas, con cinta adhesiva, las tarjetas de presentación de los agentes antinarcóticos del ICE Raúl Bencomo y Tod Johnson, así como un dedo índice en la boca del difunto.

Los dos agentes del ICE fueron señalados durante el proceso, en Estados Unidos, de Guillermo Eduardo Ramírez Peyro, ubicado como informante pagado del ICE así como miembro del cártel Juárez, quien condujo a una residencia del fraccionamiento Las Acequias en Ciudad Juárez donde se encontraron 12 cadáveres en enero de 2004, la cual fue conocida como “la casa de la muerte”, reportó en su momento éste medio.

En marzo de 2010, Jesús Manuel Fierro Méndez miembro del cártel de Sinaloa y ex capitán de la policía de Ciudad Juárez, testificó en El Paso que fue portavoz” del Chapo Guzmán en numerosas conversaciones telefónicas y en reuniones personales con agentes del ICE.

“Había dos de nosotros que éramos, digamos, como portavoces. Nosotros pasábamos toda la información. Pero esta información la recibíamos, obviamente, de niveles más altos”, declaró Fierro Méndez, quien afirmó que fue “El Chapo” quien le autorizó reunirse con el ICE e informar de las actividades de los cárteles rivales.

La Oficina de Inmigración y Aduanas abrió una investigación sobre manejo inapropiado de fuentes por parte de agentes del ICE que se reunieron y negociaron con miembros del cártel de Sinaloa para obtener información de grupos rivales. No se hicieron públicos los nombres de los agentes.

Entre 2009 y 2011 agentes de la DEA en la oficina de Houston establecieron contactos directos con miembros importantes del cártel del Golfo y de “Los Zetas” para obtener información de organizaciones rivales, pero los nombres de los agentes y de los informantes no se han hecho públicos tampoco.

“El gobierno de Estados Unidos y sus varias agencias tienen una larga historia de proporcionar beneficios, permisos, e inmunidad a criminales y sus organizaciones para cometer crímenes, incluyendo asesinato, en pago por recibir información en contra de otros criminales, y otras organizaciones”, destacó la defensa de Zambada Niebla en el documento 94.

Dicha táctica, menciona, ha sido extensivamente usada por el Departamento de Justicia y su varias agencias en “la guerra contra las drogas” sin preocupación por la pérdida de vidas tanto en México como en Estados Unidos, y sin preocuparse por el continuo tráfico de drogas a territorio estadounidense o que se termine su consumo.

“Esta estrategia, la cual ellos llaman ´Divide y conquista´ usando una organización del narcotráfico en contra de otras, es exactamente lo que el Departamento de Justicia y sus varias agencias han implementado en México”, indicó la defensa de Zambada-Niebla.

En opinión Edgardo Buscaglia la estrategia de inteligencia de un país donde sus tácticas apunten a usar a un grupo criminal para eliminar a otro, no es inapropiado en la medida en que esa estrategia se implemente desde un Estado que posea controles judiciales, patrimoniales y de corrupción política medianamente efectivos.

“Pero si Estados Unidos intenta aplicar ésta estrategia en un país como México, en donde los tres tipos de controles antes dichos brillan por sus vacíos de Estado, entonces lo que resultará será que el grupo criminal ´usado´ para eliminar a otros se transformará de facto en la principal concentración de fuerza de poder. Me temo que sea el caso de la organización criminal de Sinaloa”, resaltó.

El caso que ha establecido a detalle las tácticas de los agentes de la DEA para reunirse en México y negociar con miembros de los cárteles del narcotráfico es el proceso judicial que se le sigue en una corte en Chicago, Illinois a Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa.

Las declaraciones y documentos que se han exhibido desde el 2009 en el proceso contra Zambada Niebla han generado la presión de autoridades de Estados Unidos sobre su principal informante, la solicitud de la información sobre las reuniones de los agentes de la DEA con narcotraficantes en México, sobre los acuerdos a los que han llegado, la profundización de parte del Congreso de Estados Unidos sobre la operación de “Rápido y Furioso” y la negativa del gobierno estadounidense a dar conocer los detalles de los operativos en México.

Lo que ha quedado claro es que las reuniones de los agentes de la DEA con miembros de alto nivel del cártel de Sinaloa se realizaron en más de 50 ocasiones en territorio mexicano, de acuerdo con documentos de la Corte en donde se incluyen declaraciones de los propios agentes y funcionarios estadounidenses.

Acuerdos secretos

El 18 de marzo de 2009 en una habitación del Hotel Sheraton, a las 12:05 de la noche, los agentes de la DEA Manuel Castañón y David Herrod se reunieron por 30 minutos con Vicente Zambada Niebla y el abogado Humberto Loya-Castro, estos últimos ubicados en Estados Unidos y en México como miembros del cártel de Sinaloa.

La reunión que fue planeada con tres meses de anticipación y desautorizada de último minuto por David Gaddis, director regional de la DEA con sede en la embajada de Estados Unidos en México, debido a una filtración a un periódico, finalmente no pudo ser evitada por los agentes antidrogas cuando Vicente Zambada arribó con Loya Castro. Cinco horas más tarde Zambada Niebla fue detenido por el Ejército mexicano.

Pero la historia comenzó años antes cuando en 1995 el gobierno de Estados Unidos abrió un proceso en el Distrito Sur de California en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y el abogado del “cártel de Sinaloa” Humberto Loya Castro.

Hacia finales de los ´90s en un esfuerzo por resolver los cargos en su contra el abogado Loya Castro se reunió en Monterrey, Nuevo León con agentes estadounidenses, de acuerdo con documentos de la defensa y de la fiscalía en el proceso contra Vicente Zambada.

“El Chapo dio su aprobación y el señor Loya-Castro comenzó a entregar información que recibía de El Chapo a los agentes”, indicó en su declaración del 24 de Octubre de 2011 el abogado Fernando A. Gaxiola, quien fungió como interprete legal para la defensa de Vicente Zambada-Niebla.

Loya-Castro se negó a dar información del cártel de Sinaloa, pero continuó proporcionando información de los cárteles rivales, y a mediados de la década del 2000 él se reunió con agentes de la DEA con quienes discutió los cargos en su contra.

“Los agentes también le dijeron al señor Loya-Castro que fuera cuidadoso cuando hablaba por teléfono con El Chapo porque ellos podrían ser escuchados por autoridades mexicanas, y aún más no debería ser explícito sobre la información que le daba al El Chapo por teléfono”, reveló Gaxiola.

Pero el primer acercamiento que se tornó en un acuerdo de colaboración por escrito entre Loya-Castro y la DEA se registró hasta mediados del año 2005 a través del agente de la DEA Manuel Castañón, y quien posteriormente ubicaría a Loya-Castro en diversos documentos como “fuente cooperante” o CS, por sus siglas en inglés.

“En 2005, cuando comencé a trabajar en Hermosillo, una de mis primeras tareas que me asignó mi supervisor fue firmar con una fuente de información quien tenía entendido había proporcionado información intermitentemente a la DEA e ICE por varios años”, detalló el agente Castañón en su declaración por escrito con fecha 2 de diciembre del 2011, y entregada a la corte de Chicago en el caso Zambada-Niebla.

El 3 de Junio de 2005 Loya-Castro firmó un “Acuerdo Confidencial de Cooperación” con el Departamento de Justicia de Estados Unidos a través de la DEA teniendo como firmantes a los agentes Manuel Castañón, David Herrod y Greg Garza.

En el documento 109 que presentó la fiscalía estadounidense con fecha 9 de septiembre de 2011 se indica que Loya-Castro firmó múltiples acuerdos confidenciales de cooperación con la DEA entre el año de 2005 y el año de 2011.

Los acuerdos confidenciales de cooperación, cuya copia tiene este medio, señalan que Loya-Castro se comprometía incondicionalmente a ofrecer información, actuar con supervisión del gobierno estadounidense, realizar actividades ilícitas específicamente autorizadas por su investigador controlador y todo sin esperar nada a cambio.

“Loya continuó sus actividades con el cártel de Sinaloa, con el conocimiento del gobierno de Estados Unidos, sin ser arrestado o procesado”, destacó la defensa de Zambada Niebla en el documento no 94, de 16 hojas, con fecha 29 de julio de 2011 en el proceso que se le sigue al hijo de Ismael Zambada con el número de caso 09-CR-00383.

El señor Loya-Castro “declaró que proporcionó a los agentes significativa información que él retransmitió de El Chapo, El Mayo y el señor Zambada-Niebla, la cual resultó en numeroso arrestos de principales figuras de organizaciones del narcotráfico rivales”, explicó Gaxiola.

De acuerdo con el abogado Gaxiola, Zambada-Niebla le proporcionó información a Loya-Castro sobre uno de los principales narcotraficantes de un cártel rival, para que se la entregara a los agentes de la DEA y eso ayudara a la aprehensión de esa persona.

“El señor Loya-Castro declaró que bajo ese acuerdo con el gobierno los cargos en su contra fueron desechados en 2008”, señaló el abogado Gaxiola quien fue interprete durante una reunión de los abogados estadounidenses de Zambada con Loya en el hotel “Four Seasons” de la ciudad de México el 9 de marzo y el 14 de julio de 2010.

Al respecto el agente de la DEA Manuel Castañón confirmó que en el 2008 sus supervisores de la DEA recomendaron al fiscal de Estados Unidos que la acusación en contra de Loya-Castro fuera.

“Estuve a favor de desechar los cargos por la extraordinaria cooperación que la CS (Loya-Castro) había proporcionado por muchos años y porque la CS no era un narcotraficante operacional (en oposición a alguien como Zambada-Niebla, a quien veo de manera diferente)”, afirmó el agente Castañón.

Además, mencionó, que él sabía que la decisión final de recomendar el desechar la acusación era de su jefe David Gaddis, y la decisión de actuar para desechar los cargos era de la oficina de la fiscalía de Estados Unidos.

“Después de desechar la acusación la CS continuó proporcionándome información a mí. Yo continué trabajando con él/ella”, indicó el agente Castañón quien en sus declaraciones trataba de evitar dar detalles que ubicarán a Loya-Castro como hombre.

En tanto Loya Castro informó al cártel de Sinaloa que él seguía en contacto con Manuel Castañón y la DEA regularmente, así como les seguía proporcionando información acerca de grupos rivales.

“El declaró que él se reunió con agentes de Estados Unidos por lo menos en 50 ocasiones, que hizo cientos de llamadas telefónicas, y numerosos correos electrónicos con agentes”, mencionó el abogado Gaxiola.

Posteriormente al acuerdo, Loya-Castro arregló que Vicente Zambada-Niebla se reuniera hacia marzo del 2009 con agentes de Estados Unidos para que él directamente proporcionara información a la DEA y lograra un acuerdo de cooperación con el gobierno estadounidense como el que Loya-Castro tuvo y con el que logró desechar los cargos contra él.

DEA-Zambada

En enero del 2009, Loya-Castro se reunió con agentes de la DEA para abordar la posibilidad de presentarles a Vicente Zambada-Niebla quien estaba interesado en cooperar con el gobierno de Estados Unidos, señala el documento 109 de la Fiscalía estadounidense.

La reunión con Zambada-Niebla tuvo su origen en un contacto que realizó el agente de la DEA Manuel Castañón con Loya-Castro el 30 de Enero de 2009 en la ciudad de México, de acuerdo con la declaración del propio agente Castañón.

“Durante la reunión con CS (Loya-Castro), creo también estaban presentes el agente Herrod y Carlos Mitchem asistente del director regional, la CS me dijo que él/ella había sido instruido por Joaquín Guzmán Loera de reunirse con Zambada-Niebla. A la CS le dijo Guzmán Loera que Ismael Zambada-García estaba interesado que su hijo, Zambada-Niebla, cooperara con la DEA”, explicó Castañón.

En aquel tiempo el agente Castañón se enteró que Zambada-Niebla había sido acusado en la Corte de Distrito de Columbia, por lo que le dijo a Loya-Castro que vería la posibilidad de una reunión con Zambada, pero que no le podía hacer promesas de que valiera la pena la cooperación.

Además, el agente de la DEA Castañón señaló que sabía que el asistente del procurador de Estados Unidos, y el agente Steve Fraga de la Corte de Distrito de Columbia le pedían no hacer promesas a Zambada-Niebla, pero si escuchar lo que quisiera decir.

“A partir de entonces contacté a mi jefe, al agente residente a cargo en la oficina de Tijuana. El agente Herrod también contactó a su supervisor. Finalmente, la dirección de la DEA autorizó una reunión inicial entre los agentes, la CS (Loya-Castro) y Zambada Niebla para determinar la información que pudiera proporcionar”, refirió el agente Castañón.

Basado en sus conversaciones con el agente Fraga y la Dirección de la DEA, el agente Castañón dijo que la reunión inicial con Vicente Zamba-Niebla sería estándar, y buscaría explorar una cooperación potencial.

“Es común que en un encuentro inicial con potenciales acusados cooperantes, nosotros intentemos obtener la admisión de la mayoría de sus conductas criminales posibles, explorar que tipos de información podría proporcionar acerca de la conducta criminal de otros, no hacer ninguna promesa a él, y hablar lo menos posible, así como escuchar lo más posible”, precisó el agente Castañón.

El 10 de marzo del 2009, Castañón habló con Loya-Castro “discutimos varios lugares para la reunión, pero insistí que cualquier reunión debería realizarse en la ciudad de México”. Loya confirmó que Zambada-Niebla estaba de acuerdo, y el 15 de marzo se estableció que la reunión se efectuaría el 18 de marzo.

“Agentes de la DEA en México buscaron y obtuvieron permiso de los agentes de la DEA y fiscales en Washington, DC para conducir una reunión preliminar introductoria con el defendido (Zambada-Niebla) con el propósito de determinar su interés en cooperar con el gobierno de los Estados Unidos y su viabilidad. Los agentes arreglaron reunirse con Loya-Castro y Zambada-Niebla en la ciudad de México el 18 de marzo de 2009”, detalló la Fiscalía.

La tarde del 17 de marzo de 2009 los agentes de la DEA Manuel Castañón y David Herrod volaron a la ciudad de México y se reunieron con los agentes de la DEA de Washington D.C, y de la embajada de Estados Unidos en México para hacer los arreglos para reunirse con Loya-Castro y Vicente Zambada-Niebla, agregó.

“El 17 de marzo de 2009, aproximadamente a las 3:30 p.m., llegué a la ciudad de México con el agente Herrod. Después nos reunimos con el agente Fraga (quien creo estaba con otro agente) y agentes de la DEA operando fuera de la ciudad de México”, refirió el agente Castañón.

Durante la reunión, recordó, “uno de los supervisores en la ciudad de México nos preguntó si habíamos visto un artículo recientemente publicado en el periódico mexicano ´El Porvenir´ acerca de agentes de la DEA de Estados Unidos viajando a México para reunirse con altos miembros de narcotraficantes. Yo les advertí que no lo había visto”.

Al respecto, la Fiscalía declaró que una vez en la Embajada de Estados Unidos en México, David Gaddis, director de la región Norte y de Centroamérica de la DEA se reunió con los agentes Castañón y Herrod a quienes expresó su preocupación de que agentes estadounidenses se reunieran con un alto miembro del cártel de Sinaloa como Zambada-Niebla, y les ordenó no reunirse hasta no tener autorización.

En su declaración Loya-Castro le informó a la defensa de Zambada que Manuel Castañón lo llamó el día acordado para informarle que la reunión se cancelaba “porque un artículo publicado en un periódico indicaba una posible filtración relacionada con la reunión”.

El artículo al que se refería Gaddis era una nota del viernes 13 de marzo de 2009 del diario “El Porvenir”, donde se informaba que un grupo especial de la DEA había sido enviado a territorio mexicano para buscar acercamientos con capos de la droga de distintos cárteles para negociar su entrega voluntaria a autoridades estadounidenses.

La nota citaba “fuentes militares y gubernamentales de alto nivel” que participaron una semana antes en una reunión en la ciudad de México con el almirante Mike Mullen, entonces Jefe del Estado Mayor conjunto estadounidense y funcionarios mexicanos.

La nota iba más allá al afirmar que el gobierno de Felipe Calderón había autorizado que 62 agentes antinarcóticos de Estados Unidos operaran en México sin vigilancia de autoridades mexicanas y sin necesidad de reportar sus actividades al gobierno mexicano, además de que la información sobre los cárteles con los que se reunían era considerada reservada y que el gobierno estadounidense la consideraba de seguridad nacional.

Mientras que el agente Castañón insistió en cancelar la reunión, Loya-Castro pidió abordar el tema de manera personal y se trasladó al “Hotel Sheraton” para explicarle que Zambada-Niebla se había puesto en riesgo al viajar a la ciudad de México.

La reunión del Sheraton

A las 11 de la noche del 17 marzo de 2009, el agente Castañón y el agente Herrod esperaron en el lobby del “Hotel Sheraton”, en la ciudad de México, a Loya-Castro y lo condujeron a la habitación que estaban ocupando donde le mostraron el artículo periodístico publicado, reiterándole que no podían reunirse con Zambada-Niebla porque no tenían autorización.

Loya-Castro se puso nervioso y pidió que la reunión se efectuara porque él era personalmente responsable de Zambada-Niebla, así como se había comprometido a ello con Ismael Zambada-García, según declaración del agente Castañón.

Tras ello, indicó el agente, Loya-Castro les dijo a Castañón y Herrod que tendría que informar del cambio de planes a Zambada-Niebla, y dejó la habitación a las 12:15 de la noche del 18 de marzo prometiendo regresar en 20 minutos.

“A las 12:30 aproximadamente, el agente Herrod regresó a la habitación. Iba acompañado por CS (Loya-Castro) y Zambada-Niebla. El agente Herrod dijo que en lugar de entrar en una discusión en el lobby (y debido a que el agente Herrod no habla español), el agente Herrod fue hacia el elevador seguido de CS y Zambada-Niebla”, declaró Castañón.

Dentro de la habitación del “Hotel Sheraton” tanto el agente Herrod como el agente Castañón catearon a Loya-Castro y a Zambada-Niebla buscando armas y les quitaron los teléfonos celulares, de acuerdo con la declaración del agente Castañón.

“El 17 de marzo de 2009, me reuní aproximadamente 30 minutos en una habitación de un hotel en la ciudad de México con Vicente Zambada-Niebla, y otras dos personas-el agente de la DEA David Herrod y una fuente cooperativa (CS) con quien he trabajado desde 2005. En la reunión del 17 de marzo de 2009 hable a nombre de la DEA. El agente Herrod no habla español”, detalló el agente Castañón.

De entrada, el agente antidrogas les informó a Loya-Castro y Zambada-Niebla que no podía reunirse con ellos hasta que tuvieran la aprobación de la Dirección de la DEA, y les mostró el artículo periodístico.

“Zambada-Niebla me dijo que había manejado desde Guadalajara y que nadie sabía de la reunión más que su padre, la CS (Loya-Castro) y Guzmán Loera”, y que deseaba decir personalmente que hablaba en serio sobre la cooperación, así como deseaba hacer lo que fuera para alcanzar un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos”, mencionó Castañón.

Los siguientes minutos hablaron sobre la acusación de Zambada-Niebla en Washington-DC, del proceso legal que implica ser una fuente cooperativa en Estados Unidos, de un futuro encuentro en otro país o Estados Unidos, y que el agente Castañón no podía hacer alguna promesa o garantía, explicó el agente en su declaración ante la corte.

“Hacia el final de los aproximadamente 30 minutos regresamos al hecho de que se suponía de que no debería haberme reunido con él y eso podría provocarme problemas. Estaba preocupado sobre las repercusiones con la DEA porque se supone que no debería estar reunido con Zambada-Niebla. Le dije que yo contactaría a la CS (Loya-Castro) si queríamos una reunión.

Después les dije a Zambada-Niebla y a la CS que deberían irse y la reunión terminó”, agregó el agente Castañón.

Horas después de esa reunión el agente antidrogas se enteró de la detención de Vicente Zambada-Niebla por parte de elementos del ejército mexicano en la colonia Jardines del Pedregal en la ciudad de México.

“Al día siguiente otros tres agentes de la DEA y yo nos reunimos con Zambada-Niebla en la prisión donde fue recluido. El reiteró su deseo de cooperar. Él dijo que no quería estar en México. Esa fue la última vez que hablé con él”, relató el agente Castañón.

Para el agente era claro que con la autorización para reunirse con Zambada-Niebla en marzo del 2009, y aún antes de cancelarse la cita “fuimos encomendados para tener una reunión inicial con él, de escucharlo, y no prometerle nada”.

“La única cosa que autoricé relacionada a Zambada-Niebla fue que en el caso del agente Steve Fraga fuera a México en marzo del 2009 en un intento para entrevistar a Zambada-Niebla y obtener admisiones de él”, afirmó Patrick H. Hearn, entonces fiscal del Departamento de Justicia, división criminal de la sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas (NDDS, por sus siglas en inglés).

El fiscal Hearn dijo en su declaración a la corte de Chicago que él ubicaba a Zambada-Niebla como “un significativo narcotraficante y un importante miembro del cártel de Sinaloa”.

La autorización de la reunión se dio en parte porque el agente Fraga le dijo al fiscal Hearn que Loya-Castro “había proporcionado información que permitió el aseguramiento de 23 toneladas de cocaína, así como otros aseguramientos relacionados con la organización de narcotráfico de Vicente Carrillo-Fuentes, e información relacionada con la organización de Arturo Beltrán Leyva”.

Las amenazas

Tras la detención de Zambada-Niebla, los abogados estadounidenses de éste comenzaron a solicitar, entre otros, documentos sobre Loya-Castro y su relación con la DEA así como con otras agencias y el rol que éste tenía a nombre del cártel de Sinaloa.

Los abogados estadounidenses fueron advertidos por el agente de la DEA Manuel Castañón, vía Loya-Castro, que si seguían adelante “muchas personas serían expuestas y podrían causarle daño a Loya-Castro, a su familia, a Mayo, al Chapo e incluso los abogados estadounidenses estarían en riesgo”, de acuerdo con la declaración del abogado Gaxiola.

Adicionalmente les informaron que si Castañón “y su relación con el cártel de Sinaloa, y con el gobierno de Estados Unidos era expuesta, y si las actividades del señor Loya-Castro de proporcionar información sobre otros cárteles rivales era expuesta no solo sería malo para él, sino para el gobierno estadounidense ya que ellos no quieren que nadie sepa de su relación con los líderes del cártel de Sinaloa”, mencionó Gaxiola.

El uso de miembros de organizaciones criminales contra otras por parte de autoridades estadounidenses se realiza más de lo que se debería, explicó Robert Mazur, agente retirado de la DEA, quien participó como encubierto en una operación financiera en contra del cártel de Medellín.

“Debemos de ser muy cuidadosos cuando usamos gente de muy alto nivel en contra de otras organizaciones criminales”, señaló Mazur quien refirió el caso de Whitey Bulger, jefe de la mafia en Boston que manipuló a agentes federales estadounidenses a quienes proporcionó información de organizaciones rivales de la mafia italiana.

Al inicio del actual gobierno, el número de agentes de la DEA disminuyó en México, al igual que los policías mexicanos asignados a las “Unidades Sensitivas de Investigación” (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en territorio mexicano y son dirigidas por los agentes antidrogas. Sin embargo, se ignora si la DEA mantiene los contactos con los cárteles de la droga en busca de información sensible.

Fuente: El Universal

 

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