El escritor ecuatoriano Miguel Donoso Pareja falleció hoy, 16 de marzo de 2015, a los 82 años en su ciudad natal, Guayaquil. Su actual esposa Isabel Huerta de Donoso dijo al diario El Comercio que el escritor estuvo hospitalizado desde el viernes, 13 de marzo, y que murió en el establecimiento de salud.
Donoso Pareja, quien vivió exiliado en México durante 18 años tras la publicación del libro de cuentos ‘Krelko’ (1962), trabajo como crítico, escritor y defensor de la literatura y de la cultura ecuatoriana.
Además, trabajó como supervisor nacional de talleres literarios para el Instituto de Bellas Artes y fue profesor en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“La mayor virtud que puede tener un escritor o un artista es estar descontento con lo que ha hecho”, es uno de los principales pensamientos que deja el reconocido escritor guayaquileño Miguel Donoso Pareja, quien falleció la tarde de este lunes a sus 83 años, debido a problemas respiratorios.
“La literatura ecuatoriana pierde a un grande”, señaló el Ministerio de Cultura en su cuenta de Twitter y lamentó en su web “la partida de uno de los mejores y más prolíficos escritores ecuatorianos contemporáneos”.
Donoso Pareja, quien vivió exiliado en México durante dieciocho años tras ser desterrado por la dictadura militar en 1963, se destacó como poeta, narrador, ensayista, crítico literario y periodista.
En tierras mexicanas formó parte de un grupo de escritores que editó la revista “Cambio”, que la integraron también Juan Rulfo, Pedro Orgambide, Julio Cortázar y José Revueltas.
Tras un paso también por España, en 1981 regresó a Ecuador, donde dirigió la Casa de la Cultura Ecuatoriana en su natal Guayaquil y en 2007 obtuvo el Premio Nacional de Cultura “Eugenio Espejo”, el mayor reconocimiento en su país.
Entre sus publicaciones constan Henry Black, en 1969; Sin ánimo de ofender, 1986; Última canción del exiliado, 1989, Todo lo que inventamos es cierto, 1991; Ecuador: identidad o esquizofrenia, 1998; A río revuelto, 2001; y Leonor, 2006.
También ejerció el periodismo y la crítica literaria en Ecuador y México. En 1987 fue presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.
Uno de los oficios que más disfrutó fue ser profesor. Donoso enseñó literatura, desde la década del setenta, a jóvenes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En una entrevista realizada por EL UNIVERSO en el 2012 expresó que trabajar con jóvenes lo mantenía vivo.
“Lo que más me ha ayudado en la vida es mi contacto con la gente joven. A ser curioso, a no perder la curiosidad. Sigo siendo tan curioso como cuando era joven. Mientras no pierda la curiosidad, estoy vivo”, afirmó.
Y justamente uno de sus alumnos, el escritor y periodista mexicano Juan Villoro, participó en un homenaje en noviembre pasado en la Feria Internacional del Libro, en Quito. Donoso lamentó no haber asistido, ya que sus médicos se lo prohibieron por su delicado estado de salud.
El escritor guayaquileño recibió diversos reconocimientos. Uno de ellos fue el Premio Nacional Eugenio Espejo, en el año 2007. Asimismo, el doctorado Honoris Causa de las Letras le fue otorgado por la Universidad Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), en el 2012, por su trayectoria literaria y por el trabajo formativo desarrollado en sus talleres literarios.
“Me es grato que me reconozcan, aunque reconocimientos a los 81 años huelen a cementerio. Pero me siento contento”, indicó en la entrevista del 2012.
Su última esposa fue Isabel Huerta. Tiene dos hijos, uno de ellos también escritor: Miguel Donoso Gutiérrez.
Sus restos están siendo velados en el camposanto Parque de la Paz (km 13,5 de la vía León Febres-Cordero).
Otras obras
En 1961 recibió una mención por su poemario Los Invencibles. En ese mismo año publicó Krelko y otros cuentos.
Fue autor de obras como “Henry Blak”, “Día tras día”, “Cantos para celebrar una Muerte”, “Lo mismo que el olvido”, “Todo lo que inventamos es cierto”, “Hoy empiezo a acordarme”, “El Otro lado del Espejo”, “A río revuelto”, “La Muerte de Tyrone Power López en el monumental Barcelona”.
Fuente: El Universo