El anuncio llegó por parte del ministro de Juventud y Deporte, Abdolhamid Ahmad, que dijo a la agencia de noticias IRNA que las mujeres y sus familias podrán presenciar la mayoría de eventos deportivos en los estadios. Eso sí, habrá excepciones, como en deportes que denominó “masculinos”, tales como la lucha libre y la natación.
A lo largo de los próximos meses, su ministerio pondrá en marcha esta nueva medida. Según informa The New York Times, las mujeres ocuparán probablemente en los estadios espacios separados para ellas, mientras que habrá zonas reservadas para que las familias con miembros de ambos sexos puedan sentarse juntas. Esta decisión implica un cambio sustancial en la política llevada a cabo hasta ahora, que prohíbe a las mujeres estar presentes en acontecimientos deportivos donde también haya hombres. La conservadora clase religiosa iraní es de la opinión de que los estadios deportivos no son lugar para mujeres, dado que presuponen en los hombres un comportamiento inmoral y vulgar.
El papel clave del fútbol
El pasado mes de marzo, los Emiratos Arabes Unidos se hicieron con la organización del Campeonato de Fútbol de Asia de 2019. Irán tuvo que irse a casa con las manos vacías. El presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter, había descrito la situación en Irán como “intolerable” e instó al país a levantar la prohibición de que las mujeres asistieran a los estadios de fútbol.
Poco después, Ali Kafaschian, presidente de la Liga de Fútbol iraní, accedió a revisar la prohibición, aunque recordó que la entrada para partidos internacionales no está prohibida a las extranjeras. Desde hace tiempo, los activistas por los derechos de las mujeres reclaman que los estadios deportivos se abran también para ellas. Para los observadores internacionales, el levantamiento de la prohibición para las mujeres iraníes podría tener que ver con la firma del acuerdo marco sobre el programa nuclear al que Irán llegó el pasado 2 de abril con el Grupo 5+1.
Ya en 2006 el entonces presidente Mahmud Ahmadineyad propuso permitir que las mujeres pudieran acudir a los estadios deportivos, aunque fuera en una zona reservada para ellas. El clero iraní se opuso entonces con vehemencia a aquella propuesta.
Fuente: New York Times