Por R. Andrew Chesnut*
(David Metcalfe, autor, investigador y fundador de Liminal Analytics – Investigación Aplicada Colaborativa – es co-autor de este articulo. Traducido del inglés por Fabiola Chesnut).
La temporada de la muerte ya se acerca. Halloween y la trinidad de la muerte Mexicana; el Día de los Muertos, Catrina Calavera (La Dama esquelética), y la Santa Muerte atraen a millones de norteamericanos y sudamericanos en los rituales que nos reconectan con nuestra propia mortalidad. Dejando a un lado las calabazas iluminadas y el “trick or treat” de nuestra propia infancia en los EE.UU., se busca responder a una de las dos preguntas que siempre surgen durante nuestras presentaciones sobre la Santa Muerte. ¿Cuál es la relación, si la hay, entre la Santa Muerte, Catrina Calavera, y el Día de los Muertos? La otra pregunta que siempre surge es “¿Cree usted en ella?”
Santa Muerte
Primero vamos a echar un vistazo al miembro del trío de la muerte mexicana que ha estado en el foco de atención durante los últimos cuatro años, sobre todo con su papel brillante en la serie televisiva aclamada por ls críticos, Breaking Bad. Santa Muerte es una santa popular mexicana que personifica la muerte en forma de un esqueleto femenino. Ya sea con una veladora votiva, un medallón de oro o una estatua, que está normalmente representada como una segadora de la muerte, empuñando la misma guadaña y con una cubierta similar a la Parca española. Los santos populares, que a diferencia de los católicos oficiales, son los espíritus de los muertos considerados santos por sus poderes milagrosos. Sin embargo, lo que realmente diferencia a la Huesuda de otros santos populares es que para la mayoría de los devotos ella es la personificación de la muerte misma y no de un particular ser humano fallecido.
En México y América Latina en general, estos santos populares como Jesús Malverde, Gaucho Gil y San La Muerte (el primo argentino de Santa Muerte) atraen a millones de devotos y con frecuencia son más solicitados que los santos oficiales. Estas figuras de santos populares se unen a sus devotos por nacionalidad y por tanto a menudo por localidad y clase social. Una vendedora ambulante en la Ciudad de México me explicó el atractivo de la santa esqueletica diciendo: “Ella nos entiende porque ella es una cabrona como nosotras.” En contraste, los mexicanos jamas se referirían a la Virgen de Guadalupe como una cabrona. Todos los grandes santuarios en México y los EE.UU. celebran días anuales de fiesta con la fecha específica variada. El santuario histórico de Doña Queta en el notorio barrio de Tepito conmemorará su décimo cuarto aniversario en Halloween.
Día de los Muertos
Mientras que en los Estados Unidos, Halloween ha tomado una imagen más oscura, con casas embrujadas, temas de películas de terror y los muertos que regresan a espantar en vez de la tradición, en América Latina y Europa, donde las influencias católicas han seguido siendo fuertes, el primero y dos de noviembre continúan manteniendo sus lazos ancestrales a los festivales asociados a la memoria sagrada de las influencias que se encuentran en el pasado que aún viven. En México, el Día de los Muertos, que se celebra el 1 y el 2 de noviembre , es uno de los momentos más esperados del año. Es un tiempo para volver a conectarse con los amigos fallecidos, familiares y antepasados en un espíritu festivo de la conmemoración y celebración.
Antes de la conquista española, los aztecas dedicaban la mayor parte del mes de agosto a su diosa de la muerte, Mictecacihuatl. Como parte de la supresión general de la religión indígena, la Iglesia Católica exorcizó a Mictecacihuatl y trasladó la fecha para que coincidiera con el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), que también es conocido en México como el Día de los Inocentes, ya que se centra en los bebes fallecidos y los niños, y Día de los Difuntos (2 de noviembre), que se centra en los adultos difuntos. Las visitas al cementerio para traer ofrendas a los muertos, como velas, flores y comida, son comunes, junto con las ofrendas dejadas en altares caseros, y acompañan las celebraciones más festivas que incluyen las llamativas calaveras de azúcar, que se han convertido a un familiar icono de la tradición. Inscrita con el nombre de un familiar fallecido, los cráneos se comen como un recordatorio de que la muerte no es un final amargo, sino más bien una dulce continuación de los ciclos naturales de la vida.
Nacida alrededor de 1910, de la pluma del famoso ilustrador mexicano José Guadalupe Posada, Calavera Catrina es otro esqueleto que se ha vuelto central para la identidad cultural de México. Como una caricatura satírica creada para burlarse de clases altas mexicanas del siglo 20, Catrina lleva una semejanza notable a las imágenes de Carmen Romero Rubio, la segunda esposa de Porfirio Díaz, cuya presidencia turbulenta fue uno de los principales objetivos de la sátira mordaz de Posada.
Las ilustraciones populares de Posada fueron profundamente arraigadas en el contexto cultural de la Revolución Mexicana (1910 a 1920), el primer gran levantamiento popular del siglo XX, lo que llevó a una nueva apreciación del pasado indígena. El simbolismo del esqueleto, que en las tradiciones indígenas en las Américas representa la continuación del giro cíclico de la vida, resultó ser una imagen potente y resonante para la independencia cultural mexicana de su elite eurocéntrica.
Aunque las ilustraciones de Posada muestran esqueletos vestidos de gala europea como una crítica de sus compatriotas de la élite, en el momento en que el famoso muralista mexicano, Diego Rivera, incluyó la Calavera Catrina en su obra conocida como, Sueño de un domingo por la tarde a lo largo de Alameda Central, en 1948, se había convertido en un símbolo de la integración de los ideales prehispánicos y poscoloniales. Hoy sigue siendo un icono importante de la identidad nacional mexicana, y se integra al diálogo cultural único y fructífero que continúa en América Latina.
Los Ciclos de la Vida y de la Muerte
La cultura de México no está sola en el recuerdo de la muerte, pero es única en cómo la recuerdan, la mayoria de las veces, estas conmemoraciones son más festivas que sombrías. Ya sea bajo la guadaña de la Santa Muerte durante las festividades del Día de los Muertos, o con la ‘elegante’ imagen de la Calavera Catrina, la muerte desempeña un papel central en la vida cotidiana de los mexicanos, y sigue ofreciendo una imagen potente para los ciclos inevitables de la vida. Permeando todo esto son un sentido del humor y fortaleza que toma las duras lecciones de la muerte y las acepta con una plenitud que sorprende a aquellos que no estan familiarizados con estas tradiciones.
A nivel personal, la muerte se convierte en una imagen de renacimiento y renovación, mientras que en la cultura más amplia las imágenes y prácticas asociadas con estas tradiciones mantienen viva la memoria de la turbulenta historia de la nación. Para una nación con tales disparidades impresionantes entre ricos y pobres, la muerte también se convierte en el gran igualador, donde incluso el multimillonario Carlos Slim finalmente sucumbe a la nivelación de la guadaña de la Santa Muerte. Como dicen en México, “la muerte es justa y pareja para todos ya que todos vamos a morir.” Para muchos, esta verdad inalterable proporciona una fuerte razón para celebrar la vida, mientras todavía haya tiempo.
Fuente: Huffinton Post