El expresidente argentino Carlos Saúl Menem murió este domingo a los 90 años, tras estar varias semanas internado en el Sanatorio Los Arcos por complicaciones de salud. Alberto Fernández y otros miembros de la clase política compartieron sus condolencias para el exsenador, quien fue presidente de la Nación entre 1989 y 1999.
Su fallecimiento cierra un capítulo en la historia política argentina, ya que este abogado, que el pasado 2 de julio cumplió 90 años, encabezó un gobierno que consolidó el modelo neoliberal con una cadena de privatizaciones que quedaron marcadas por escándalos de corrupción y la deformación de una economía que se basó en la ficticia equivalencia de un peso con un dólar estadounidense.
Tras pasar algunos días internado en el sanatorio Los Arcos, donde había sido ingresado por una infección urinaria, murió el ex presidente Carlos Saúl Menem. En julio del año pasado, el ex mandatario había pasado 15 días internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, por una neumonía bilateral.
El emblema del neoliberalismo
Menem asumió la Presidencia cuando el país padecía una grave crisis económica que se había traducido en una hiperinflación. El paliativo de la crisis fue la llamada “convertibilidad” que implicó que el peso argentino valdría lo mismo que un dólar.
Además, privatizó alrededor de 60 empresas estatales, incluidas algunas que prestaban servicios esenciales como distribución de gas, electricidad, agua, gas, transporte urbano, trenes, Aerolíneas Argentinas, el Correo, los aeropuertos, minas, astilleros, fábricas militares y la empresa petrolera nacional Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
En política internacional, su alineamiento con Estados Unidos fue incondicional, tanto, que el canciller menemista aseguró que eran “relaciones carnales”.
Con respecto a la política interna, indultó a los miembros de las juntas militares que habían sido condenados por delitos de lesa humanidad y a los exlíderes guerrilleros, lo que frenó por completo el proceso de justicia que buscaban los organismos de derechos humanos.
Con la economía estable y dolarizada, lo que permitía a miles de argentinos viajar al exterior, más la ilusión de las millonarias inversiones extranjeras que se quedaban con el control de compañías estatales y una inicialmente drástica reducción de la pobreza, la popularidad de Menem subió, pero su mandato vencía en 1995 y él quería permanecer en el poder, así que impulsó una reforma constitucional para recortar de seis a cuatro años el periodo de gobierno presidencial pero con posibilidad de una reelección.
Su gestión, sin embargo, había quedado empañada por múltiples escándalos de corrupción. “La Ferrari es mía, mía, mía”, dijo Menem al resistirse a devolver un lujoso auto que le había regalado una empresa privada, lo que está vedado por la ley de ética de servidores públicos. La ostentación de los lujosos viajes de los políticos era habitual, así como el exhibicionismo de su riqueza en las llamadas “revistas del corazón”. El presidente jugaba tenis, manejaba autos deportivos, bailaba en programas de televisión, se sacaba fotos con los Rolling Stones. Y se volvía cada vez más rico.
El esplendor de “la fiesta menemista”, como bautizó la prensa a esta época, quedó opacada por los ataques terroristas que sufrieron en 1992 la embajada de Israel en Argentina, y en 1994 la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), con un saldo de 107 muertos, centenares de heridos y plena impunidad, porque casi tres décadas después no hay un solo detenido por los atentados.
Carlos Menem asumió como presidente el 8 de julio de 1989 sucediendo a Raúl Alfonsín, tras vencer en las elecciones presidenciales de 1989. Ocupó el cargo hasta el 10 de diciembre de 1999.
El 23 de octubre de 2005 obtiene la banca por la minoría en la elección para Senador Nacional por su provincia La Rioja. De esta forma, Menem volvió a ocupar un cargo público seis años después de dejar la Presidencia.
En 2007 se presentó como Gobernador de su provincia, pero perdió las elecciones.
En el año 2008 la empresa Siemens AG manifestó que entre 1998 y 2004 había pagado sobornos a distintos funcionarios, entre los cuales estaba Menem, a fin de obtener un contrato multimillonario con el Estado para fabricar los documentos nacionales de identidad.
En 2008 votó en contra del proyecto de ley con respecto a la interrupción voluntaria del embarazo.
En diciembre de 2019 se unió a la coalición Frente de Todos.
Fuente: Filo.News