El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, ha fallecido hoy a los 79 años como consecuencia de un ataque al corazón, según ha comunicado la entidad financiera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
“Banco Santander lamenta comunicar el fallecimiento de su Presidente Emilio Botín”. Con esta escueta línea el banco informaba del fallecimiento del hombre que comandó la entidad en los últimos 28 años y que lo convirtió en el mayor banco de la zona euro. La muerte del banquero ha cogido por sorpresa al mundo financiero y político. Las reacciones no se han hecho esperar y, salvo alguna excepción, todo han sido loas al banquero que creó, segun Financial Times “un imperio bancario”.
Los restos mortales de Botín serán trasladados este mismo miércoles a la localidad cántabra de Puente San Miguel, donde serán enterrado mañana en la finca familiar de los Botín. Según fuentes próximas a la entidad, el banquero reposará en el panteón familiar, donde reposan los restos de su padre, Emilio Botín-Sanz de Sautuola López, el que le dio el relevo al frente del Banco Santander.
Ahora, el Santander tiene que encontrar un sucesor. De acuerdo con lo previsto en el artículo 24 del reglamento de su consejo, hoy mismo se reunirán la comisión de nombramientos y retribuciones y el propio consejo de administración para designar un nuevo presidente. Todo apunta a que será su hija Ana Patricia la que le suceda en el sillón presidencial. Sería lo lógico, ya que la familia Botín se ha consolidado en el último siglo como una estirpe de banqueros y varios de sus miembros se han sucedido en la presidencia del Banco de Santander.
Botín cumplía su mandato al frente de la entidad en junio del próximo año, si bien había garantizado su continuidad mientras mantuviera el respaldo del consejo y de los accionstas, algo que estaba fuera de toda duda. Durante su última rueda de prensa para valorar los resultados de Banco Santander, Botín aseguró que estaría “todo el tiempo que haga falta” al frente de la entidad, tras ser preguntado si se planteaba jubilarse. Botín cumplía 80 años el próximo mes de octubre.
Nacido el 1 de octubre de 1934 en Santander, Botín fue heredero de la tradición financiera de su familia: era bisnieto, nieto, hijo, sobrino, hermano y padre de banqueros. Desde la cuna estaba llamado a presidior el Santander: su abuelo y su padre también fueron presidentes del Banco Santander. Él comenzó a dirigir esta entidad bancaria en 1986, para posteriormente hacerse cargo de su expansión internacional.
Licenciado en Derecho y Economía por la Universidad de Deusto, Emilio Botín ingresó a los 24 años en el Banco Santander, donde ocupó los puestos de apoderado de los servicios centrales y de subdirector general.
Consejero del Banco Santander desde 1960, cuatro años más tarde fue nombrado director general y en 1971 fue elegido vicepresidente segundo del consejo de administración de la entidad financiera.
Miembro de la Comisión Ejecutiva del Banco Santander desde 1964, fue designado consejero delegado en 1977.
El 19 de noviembre de 1986 fue nombrado presidente del Banco Santander y se convirtió en uno de los pocos gestores financieros que además de asumir la presidencia de la entidad, era su principal ejecutivo y máximo accionista.
Su gestión se ha caracterizado por su estrategia en el mercado internacional y por un proceso de fusiones y adquisiciones nacionales para conseguir el liderazgo de la banca española.
Emilio Botín estaba casado con Paloma O’Shea Artiñano y tenía seis hijos, una de las cuales, Ana Patricia, se encarga actualmente de dirigir la filial británica del Grupo Santander, Santander UK.
Fuente: Público.es