Perseguido por pasada terroristas, el militante anticastrista cubano en el exilio Luis Posada Carriles falleció el miércoles en el sur de la Florida, dijo su abogado. Tenía 90 años.
“Puedo confirmar. A las cinco de la mañana falleció”, expresó a la AP el abogado Arturo Hernández.
Hernández dijo que Posada Carriles padecía desde hace años cáncer de garganta y hace dos años fue operado. Dijo que falleció en el sur de la Florida.
Desde hace tiempo permanecía en un lugar de cuidado de personas mayores del gobierno para veteranos de guerra en el condado de Broward.
Posada era miembro de un grupo de exiliados cubanos que la CIA entrenó en los años 60 para derrocar el incipiente gobierno comunista de Fidel Castro. A diferencia de la mayoría de sus camaradas, nunca regresó a la vida civil ni renunció a la violencia como medio para provocar un cambio de régimen en la isla.
Perseguido por sus actos terroristas
Posada Carriles salió de su país de origen, Cuba, con la sola intención de acabar con la Revolución de la isla, y para ello, emprendió actos de terrorismo de la que fueron víctimas personas inocentes como los que viajaban en el avión que hizo explotar en 1976.
Para intentar derrocar el Gobierno legítimo del expresidente Fidel Castro, el 6 de octubre de 1976 materializó un atentado en contra del vuelo aéreo 455 de Cubana de Aviación que dejó como resultado 73 personas fallecidas, entre ellos jóvenes deportistas.
Posada Carriles organizó numerosos ataques con explosivos a varios hoteles en La Habana en 1997, acciones que él mismo reconoció públicamente un año después en una entrevista con el diario estadounidense The New York Times.
En 1971 y en el año 2000, protagonizó atentados fallidos contra el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Más allá del sombrío atentado de 1976, otros crímenes que también se le adjudican fue planear en colaboración con otros compañeros la colocación de bombas en misiones diplomáticas cubanas; sabotear naves cubanas y soviéticas; secuestrar al embajador cubano ante las Naciones Unidas y matar al funcionario cubano Carlos Rafael Rodríguez en Lisboa.
Medios locales reseñan que este terrorista, al ser recibido en Estados Unidos y librarse de pagar sus crímenes, recibió un premio a la impunidad.
Posada Carriles reconoció todos estos crímenes hasta el punto de vanagloriarse, pero murió sin ser presentado ante la Justicia.
Familiares de los fallecidos por sus crímenes continúan reclamando justicia mientra que Posada Carriles en una entrevista que concediera señaló que dormía “como un bebé”.
Dedicó su vida a cometer actos de terrorismo de la que fueron víctimas personas inocentes y murió este miércoles bajo el refugio de Estados Unidos.
Fuente: AP/ TeleSur