Por Martín Moreno
+Desde un helicóptero le dispararon a José Luis +La bala que mató a JL, habría matado a RMV
Al mediodía de ayer, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, aceptó, de manera tácita y simbólica, que su agresiva #LeyBala en contra de manifestantes, fue la causante de la muerte del niño José Luis Tehuatlie por una bala de goma. ¿Por qué lo decimos? Porque ordenó la abrogación, en unas cuantas horas, de ese salvaje ordenamiento legal.
Es decir: a disculpa no pedida, culpa manifiesta.
Dicen el gobierno poblano y el secretario de Seguridad Pública local, Facundo Rosas –quien fuera brazo derecho de Genaro García Luna el sexenio pasado- que a José Luis no lo mataron balas de goma utilizadas por policías. Se insiste en que fue un “cohetón” lanzado por los manifestantes en San Bernardino Chalchihuapan, el causante del deceso del menor.
Moreno Valle, Rosas y el gobierno poblano, mienten.
¿Por qué?
1) De acuerdo a la necropsia practicada al cadáver de José Luis, no hay rastro de pólvora ni en el cráneo ni en el cuerpo; su muerte fue provocada por un objeto contundente que le provocó la lesión cerebral. Estas pruebas son oficiales y echan por tierra la versión del gobierno de Moreno Valle de que el niño fue victimado por un cohetón.
2) El informe del neurólogo Luis Felipe Loria Rosado, enviado por el Senado de la República –Alejandro Encinas y Ricardo Monreal apoyaron a Elia Tamayo, madre del menor asesinado- indica que el cadáver “no tiene huella de quemada alrededor de la cicatriz. Se sabe que fue algo contuso, algo fuerte…”.
Aún más:
Pobladores de Chalchihuapan mostraron públicamente las balas de goma que se usaron para dispersar a la manifestación el pasado 9 de julio, matando a José Luis y dejando heridas a 5 personas. Los disparos llegaron desde un helicóptero. “La Policía Estatal no cuenta con capacitación para el uso de armamento. Hay varias latas de gas lacrimógeno que están cerradas, están selladas, ni siquiera les quitaron el sello, así las arrojaron directamente a las personas”, aseguró el activista Misraim Hernández Fernández.
“Aquí están las pruebas”, dijo Misraim, mostrando con sus manos las balas de goma disparadas contra los manifestantes. Y contra José Luis.
Si te manifiestas, te mato.
Ese parece ser el nuevo lema del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
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Un galimatías llamado “Ley para Proteger los Derechos Humanos y que Regula el Uso Legítimo de la Fuerza de los Elementos Policiales”, fue aprobado el pasado 19 de mayo por el Congreso de Puebla a iniciativa del gobernador panista Moreno Valle – en realidad, un priista vestido de azul por conveniencia política-, cuyo fin era justificar la disolución de manifestantes en la entidad… ¡a balazos!
De inmediato, se le bautizó como la #LeyBala.
“Es decir: en Puebla se protegerá a balazos. Como en el viejo Oeste”, escribí en la Red Pública del 21 de mayo (Ver columna “Moreno Valle, Velasco, Borge y el fascismo”).
En ese texto, advertimos del riesgo que se corría al autorizar a las policías poblanas, “en legítima defensa”, el uso de armas de fuego en contra de quienes efectuaran manifestaciones, protestas o marchas. Poco tiempo transcurrió, desgraciadamente, para que cayera la primera víctima de la intolerancia de Moreno Valle. Y fue un niño.
En todo este caso, lo lamentable, sin duda, es la muerte del niño José Luis Tehuatlie. Nada es más grave que su fallecimiento.
Sin embargo, el contexto cobra una dimensión colateral, y es de carácter político.
¿Por qué?
Resulta que Moreno Valle es el candidato número uno del PAN que encabeza Gustavo Madero, para la Presidencia de la República. Moreno trae entre manos un proyecto gemelo al que utilizó, en su momento, Enrique Peña Nieto para llegar a Los Pinos. ¿Cuál es esa estrategia? Primero cuidar la imagen. Lugo cuidar la imagen. Y al último… cuidar la imagen.
Pero Moreno Peña… ¡perdón, Moreno Valle!, ya se ha manchado las manos de sangre. En la frente llevará tatuado siempre el nombre del niño José Luis Tehuatlie Tamayo. Lo mató una ley impulsada por el gobernador “pri-anista”. Hay pruebas y no hay vuelta de hoja.
En este punto, el político, se abren algunas interrogantes que podrían derrumbar la carrera de Moreno Valle y sus ambiciones presidenciales.
Primero: ¿Le convendría al PAN tener a un candidato presidencial con la muerte de un niño a cuestas?
Segundo: ¿Qué garantías tendría el PAN de volver a la Presidencia, con un candidato como Moreno Valle, con las manos ensangrentadas, representando no al verdadero panismo, sino al PRI más nocivo, y rechazado, seguramente, por buena parte de los panistas tradicionales?.
Tercero: de aquí al 2018, ¿podrá aguantar Moreno Valle el estigma de ‘gobernador asesino’ que ya cuelga en mantas y pancartas por varios rumbos del estado de Puebla? En Puebla habrá elecciones para gobernador en junio de 2016. El poder se le acabaría a Moreno Valle dos años antes de la presidencial.
Y por mucho que quieran Gustavo Madero y compañía imponer a Moreno Valle, seguramente habría rechazo hacia el poblano no sólo entre los propios panistas, sino también entre la población en general.
Los sueños presidencialistas de Rafael Moreno Valle, entonces, parecen haberse diluido para el 2018.
Paradoja merecida: la bala que mató a José Luis, también habría matado a Moreno Valle.
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El intento de Moreno Valle y de su equipo de comunicación por imponer la censura y la manipulación en torno a la muerte de José Luis Tehuatlie en los medios locales, y en no pocos medios nacionales, no surtió el efecto que buscaban, a pesar de que el lunes pasado, el gobernador reunió a algunos medios para dictarles línea y repetir hasta la saciedad: al niño lo mató un cohetón lanzado por los habitantes de Chalchihuapan.
Entre los medios afines al gobernador, prestos para dar a conocer la versión oficial sin cuestionarla ni mucho menos recurrir a otras fuentes de información, estaban Televisa, Síntesis, Cinco Radio, El Sol de Puebla, Sexenio, y Oro Noticias. (Fuente: Periódico Central). A los medios no alineados simplemente no los dejaron pasar.
Hay que destacar –y es un reconocimiento que hago como periodista y colega-, la labor del Periódico Central, cuya información desde el alto riesgo que encerraba la #LeyBala, y la forma precisa y profesional como cubrió todas las circunstancias que rodearon a la muerte de José Luis, nos permitió siempre tener mayores elementos informativos para conocer a fondo este penoso caso. La tarea de su coordinadora Viridiana Lozano y de su equipo de trabajo, ahí queda como ejemplo de periodismo con ética.
No es fácil enfrentar a la censura. Vaya que si lo sabremos. Y de ahí parte este reconocimiento a estos colegas poblanos.
Twitter: @_martinmoreno
Fuente: Sin Embargo