Por Francisco Rodríguez/ Índice Político
Corre en las redes sociales una petición al Presidente Enrique Peña Nieto –como esa hay muchas otras dirigidas a los líderes políticos de prácticamente todo el mundo– para detener a la transnacional Monsanto en nuestro país. Es importante, desde mi punto de vista, si se contextualiza dentro de la Cruzada Nacional contra el Hambre que la presente Administración federal impulsa.
Más de 45 mil firmantes –esperan llegar a 50 mil en las próximas horas– le expresan al Presidente que “México es la cuna de miles de variedades de maíz, identificadas científicamente. Las empresas Monsanto, DuPont y Dow han solicitado al gobierno plantar más de 2 millones 400 mil hectáreas de maíz transgénico, un área sin precedentes para una liberación en centro de origen. Más de la mitad de esa solicitud es para el maíz Mon603, el mismo tipo de maíz que ha causado tumores terribles, de acuerdo a un reciente estudio científico en Francia.
“Como los mexicanos consumen mucho más maíz en su dieta diaria que cualquier otra cultura, esto convertiría a la población mexicana en un enorme grupo de conejillos de Indias bajo alto riesgo.
“Los expertos coinciden en que a través del polen y el trasiego de granos, la contaminación de las variedades será inevitable, causando daños graves a las variedades campesinas e indígenas del maíz, que han sido seleccionadas y adaptadas a los ecosistemas mexicanos durante miles de años por los campesinos y campesinas durante milenios.
“Hasta ahora, nuestro país se ha podido mantener en gran medida libre de la infiltración de organismos modificados genéticamente (OGM). Si estas solicitudes de sembrar maíz transgénico se aprueben, los propios campesinos mexicanos podrían encontrarse en la trampa que conocemos muy bien en Estados Unidos: se les podría hacer responsables de pagar por infracción de patentes, como consecuencia de que sus campos se contaminarán con transgénicos, tecnología bajo patente.
“En palabras de Silvia Ribeiro, Directora para América Latina del Grupo ETC:
“‘Sería una injusticia monumental para los creadores del maíz –que tanto han beneficiado a la humanidad– que les obligaran a pagar regalías a corporaciones trasnacionales, que son explotadoras de ese conocimiento ancestral.”
El alma de México, on sale
“Aún más grave es la posibilidad de que los campesinos mexicanos vieran la extinción de sus propias semillas, que han creado y alimentado por más de 7 mil años, y con ello la destrucción de su legado cultural y sus formas de vida. Esto es más allá de lo criminal, más allá de lo triste, más allá del atropello. Sería imperdonable que se destruyeran miles de años de trabajo de campesinos e indígenas mexicanos.
“Le pedimos –dicen a Peña Nieto– que no venda el alma de México a las corporaciones, que no piensan en los intereses ni el bienestar de la población de su país. Le pedimos que rechace las solicitudes de Monsanto, Dow, DuPont y otras empresas para plantar maíz transgénico en suelo mexicano. Le pedimos que proteja el honor y el trabajo milenario de los hombres y mujeres de su país para conservar el legado del maíz, por medio de rechazar el maíz transgénico ahora y en el futuro.
“Tenemos que detener esto ahora. México cuenta con alternativas no transgénicas para cubrir con creces todas sus necesidades de producción y consumo de maíz. Por los riesgos al ambiente, la salud y la biodiversidad, al ser centro de origen para todo el mundo, México no debe permitir la siembra de maíz transgénico. Los ojos del mundo están puestos en esto.”
¿Firmaría usted esta petición?
Yo ya lo hice. Me preocupa que, con el buen propósito de eliminar el hambre… acabemos todos cancerosos.
Índice Flamígero: En las vísperas del llamado Día del Amor y la Amistad, los magnates Carlos Slim y Bill Gates “donaron” –otros dicen que invirtieron—25 de sus muchos miles de millones de dólares para un instituto de investigación del afamado Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, ubicado en Texcoco, Estado de México. Antes que alegrar, la noticia debe preocuparnos. Gates tiene una inversión similar en Monsanto. Y otra más en Cargill, abocada a los productos cárnicos que, se ha revelado recientemente, engorda a su ganado con una droga producida por Merck, llamada zilpaterol, prohibida para consumo humano. ¿Acompañará Slim al fundador de Microsoft en estas mismas “inversiones”? Dinero es dinero, pues. Lo demás no importa.
Fuente: Vanguardia de Saltillo