No hay liga en el mundo que no sustente su poderío en algún mito fundacional. Tras la derrota, los nuestros se encuentran ahora a prueba.
Creo que hay consenso respecto a los nuestros: la Virgen de Guadalupe, la Selección Mexicana y el equipo favorito de cada quien en el campeonato nacional. Los tres viven momentos cruciales en nuestra creencia futbolera. Antes teníamos también a uno que otro boxeador, pero hace ya muchísimos años que no surge una verdadera figura. El famoso “Canelo” simplemente es una caricatura.
Como mexicanos, casi o casi todo, estamos de acuerdo en cuanto al asunto de la Virgen de Guadalupe. Una buena porción de la población mexicana se asume como guadalupana, aunque en los últimos años su devoción no vaya en ascenso, pero ahí sigue y creo, me parece, los mexicanos no tenemos mayores problemas con este tema.
En el caso de nuestros equipos de futbol, la situación sí que es polarizante. Aquí de plano no hay consenso posible. Cada uno de nosotros tiene su propio equipo favorito, y como así es el futbol, no hay manera de reconciliación alguna. Y sin llegar a los extremos de otros países, es muy difícil que alguien llegue a cambiar de equipo a lo largo de su vida, aunque llega a suceder. Lo que no veremos, es que cambie de equipo y se pase al odiado rival. Así que prácticamente en México se nace y se muere con los colores de un solo equipo. Sea cual sea éste.
Según Consulta Mitofsky –y me refiero a ella porque en los últimos años se ha encargado de hacer este tipo de mediciones-, en México los dos deportes que se encuentran en el gusto de la afición son el futbol y el box. Así en ese orden. En el caso del balompié, en 2014 el equipo más popular en México es el América, seguido de las Chivas del Guadalajara, que es el que más seguidores ha perdido en los últimos años –casi el 20%- y van montados en un tobogán que ya desde hace algunos años los llevó a dejar de ser el más querido en nuestro país. ¿Vale la pena seguir fiel a las Chivas?, se plantearán muy seguramente sus seguidores. Cruz Azul, el eterno subcampeón y “ya merito” de nuestro campeonato, aparece en tercer lugar, y aquí sus seguidores son más fieles, y es de lo que más se parece a la selección, que pese a los fracasos que acumulan, ahí siguen y siguen. Habrá que preguntarles qué hacer para mitigar tanto dolor, ellos que ya están acostumbrados. Y luego están los Pumas de la UNAM. El campeón León aparece en quinto lugar, desbancando a Santos que estaba en ese lugar el año pasado, según las estadísticas de Consulta Mitofsky.
Y como en México nada es a medias. O queremos o bien odiamos, entonces el América aparece también como el equipo más odiado del país y sorprendentemente todos los equipos conservan las mismas posiciones. Chivas es el segundo equipo más odiado, seguido por Cruz Azul y Pumas.
La cosa cambia cuando se trata de la Selección Nacional. Aquí prácticamente el apoyo es unánime. Sólo aquellos villamelones, que normalmente no les gusta el futbol, no apoyan ni sufren con el Tri, al que cuantas más decepciones nos da, más lo amamos.
En torno a la selección nacional se conjugan muchos de los deseos y ambiciones de los mexicanos. Al apoyo casi generalizado que recibe el equipo en nuestro país, se suma otro fenómeno social muy curioso, por decir lo menos: el Tri nos hace sufrir, el Tri es sufrimiento. Con el Tri no hay victoria sin sufrimiento alguno.
Les damos la más cordial de las bienvenidas a este fenómeno –el sufrir con el futbol- al creciente número de mujeres aficionadas a este deporte. Siempre de acuerdo con Mitofsky, en 2014, entre la población varonil que gusta del fut, el 89.5 por ciento goza con este deporte; mientras que hay un 52 por ciento de mujeres que gusta de él. El mayor porcentaje de aficionados entre hombres y mujeres, se encuentra en la franja de los 18 a los 29 años; seguidos por los de 30 a 49, y en un porcentaje menor, los de 50 años o más. El mayor número de aficionados se encuentra en el Occidente del país, con el 74.8 por ciento, seguido por el Noroeste, el Sureste, el Centro, y finalmente el porcentaje más bajo se encuentra en el Noroeste.
Pese a la derrota y nueva eliminación de nuestra Selección Nacional, no creo que el apoyo de los mexicanos disminuya. En dos años iniciarán las eliminatorias para Rusia 2018, y todo comenzará de nuevo. Esto nos lleva a que el futbol seguirá como el principal deporte en nuestro país, con una liga de medio pelo deportivamente hablando, pero que mueve muchos, muchos millones de dólares.
Vendrán varios retos para demostrar que en verdad queremos ser grandes, como el acentuar nuestro dominio en la insignificante Conca-Champions, donde pese a que no tiene mucho peso en el concierto mundial, su conquista nos ofrece un boleto hacia el cada vez más influyente Mundial de Clubes, donde normalmente a lo único que hemos ido hasta el momento, es a pasear y hacer el ridículo. La otra cuenta pendiente es la antigua Copa Libertadores, que ahora cada año lleva el nombre de su patrocinador en turno, ya sea Toyota o Santander y que aquí nos pasa como en los mundiales, siempre nos quedamos a la orilla. Lo más cerca que hemos estado de conquistarla es con el Cruz Azul, pero en efecto, como usted ya adivinó, nos quedamos otra vez en la orilla y con otro subcampeonato para nuestros sufridos azules que no ven una desde hace muchos, muchos años. Igualito que la selección.
Y finalmente nos quedan la Copa América y la Copa de Oro, esta última nos da un boleto para la Copa Confederaciones, que aunque usted no lo crea, ya ganamos en 1999.
La Copa América es otro cantar, pues nos hemos quedado a la orilla en varias ocasiones. Todo eso antes de llegar al nuevo Mundial, para revivir angustias y más y más sufrimientos.
El banquete está servido, y si de verdad queremos trascender en el concierto mundial, deberemos que saltar estos obstáculos antes de llegar a la cita en Rusia 2018. Claro que antes habrá que liquidar una eliminatoria, que como se ve, cada vez se nos pone más y más difícil. De aquellos años en que “calificábamos caminando”, como lo decía el célebre Ricardo Lavolpe, al ¡uf!, pasamos de panzazo del “Piojo” Herrera, ya corrió mucha, mucha agua debajo del puente. Ya por lo pronto, y a la luz de los datos del presente Mundial, las cosas en Concacaf ponen a Costa Rica y Estados Unidos como los nuevos gigantes de la región, desbancando a México de ese sitio privilegiado que ostentó por muchos años.
Ojalá y el Tri entienda que el apoyo que recibe de la afición no es un cheque en blanco, aunque lo parezca. Es bonito el apoyo y apapacho de la afición cuando se pierde, y más de la forma en que ocurrió ante Holanda; pero la pregunta que se deben estar haciendo desde ya, cuerpo técnico, directivos y jugadores es:
— ¿Aguantará la afición otra decepción en Rusia 2018?, o bien, ¿cuántas decepciones más estamos dispuestos a soportar?
Si esto es así, el mítico “quinto” partido se ha convertido ya en una pesada losa que deberán cargar los jugadores que lleguen a Rusia 2018. ¡Vaya paquete! Porque allá sí, o llegan o llegan. La presión por tanto se incrementará. Ojalá y ahora sí la Virgen de Guadalupe esté de nuestro lado, porque en Brasil, “nomás” se distrajo poquito y ya ven como nos fue. Y es que la Virgen, en tratándose de un juego de México, no se puede dar el lujo de voltear para otro lado ni tantito, ¡qué caray! ¡Qué manera de hacernos sufrir!
Por eso doña Esperanza Rivera, “La Chata”, para más señas mi querida suegra, ya no ve los juegos de la selección. Y aunque es guadalupana, le encanta el futbol y ama a su selección, a sus casi 80 años ella quiere seguir viviendo muchos más, pero para ver mejor como se corona campeón otra vez su querido América, que según Mitofsky, lo conseguirá en este año, según el deseo de la mayoría de sus entrevistados —el 22%, que es el mayor porcentaje para este equipo en los últimos siete años—, desbancando en ese anhelo a los seguidores de las Chivas, que para este torneo, su mayor ruego es no descender.
Que así sea.
Hasta mañana, buen día y buena suerte.
