Miente Anaya: Ocultó una empresa

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Por Álvaro Delgado

Ricardo Anaya, quien trabaja para ser candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), publicó por decisión propia sus declaraciones patrimonial, fiscal y de interés, pero cuando la ley sí lo obligaba a declarar todos sus bienes, como funcionario de Felipe Calderón, mintió.

Así es: En febrero de 2012 finalizó su gestión de un año como subsecretario de Turismo para irse a la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota y, por mandato legal, presentó ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) su declaración de situación patrimonial, la última como servidor público.

En ella, Anaya Cortés –a quien sus propagandistas llaman “joven maravilla” por la veloz acumulación de cargos que debe a Gustavo Madero– describe sus bienes: Una casa de 5 millones que le regaló su mamá, en 2005, y seis cuentas bancarias e inversiones bursátiles por 5 millones 800 mil pesos.

Pero ahora que ha difundido sus declaraciones de bienes, fiscal y de interés, como parte de las acciones que prometió tomaría en sus primeros 100 días como presidente del PAN –que hoy lunes se cumplen–, Anaya da a conocer datos que revelan que no sólo mintió, sino que podría haber incurrido en uno o más delitos.

La novedad es que Anaya declara ser accionista de dos empresas del sector inmobiliario: Cintla de S de RL de CV y Juniserra S de RL de CV, socio con 50% y 42% de las acciones, respectivamente, y que administran locales comerciales y bodegas industriales.

Según su declaración pública de intereses, disponible en la plataforma tresdetres.mx, es accionista de la inmobiliaria Cintla desde hace “cuatro años”, es decir, desde 2011, año en que de presidente del PAN en Querétaro pasó a subsecretario de Turismo en el gobierno de Calderón.

En la declaración patrimonial correspondiente a 2011, Anaya no quiso hacer públicos sus bienes, pero en la del año siguiente, que puede ser consultada en el portal servidorespublicos.gob.mx, no aparece la empresa Cintla S de RL de CV, que debió declarar como servidor público que era.

¿Por qué no lo hizo? Él deberá explicarlo. Pero esa omisión podría ser violatoria de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y, quizá, pudo incurrir también en falsedad de declaración ante autoridad distinta a la judicial.

En el comunicado emitido por el PAN el sábado 28, se afirma que Anaya redujo su salario de 124 mil 624 mil pesos a 48 mil pesos, como adelantó Apro, la agencia de noticias del semanario Proceso, el 13 de octubre, justo cuando apareció en la sección de “transparencia” del portal de ese partido.

¿En verdad redujo Anaya su sueldo en 76 mil pesos? ¿Es cierto, también, que todos los vuelos que ha utilizado han sido vuelos comerciales, en clase turista? No hay manera de saberlo. Salvo que haga público su recibo de nómina y que exhiba también copia de los boletos.

El boletín del PAN emitido el sábado asegura también que Anaya “ha utilizado con frecuencia medios de transporte alternativos”, pero no dice cuáles ni en dónde.

Afirma además que puso en marcha el plan para reducir a la mitad la nómina del CEN, durante los 3 años de su gestión y que en sus primeros cien días ya la redujo 18%. Pero tampoco hay forma de comprobarlo.

Si en su declaración oficial como servidor público, que por ley debió presentar completa, omitió ser copropietario de una empresa, los panistas –y sobre todo los ciudadanos– tienen derecho a no creerle a quien ya anda en campaña como “Anaya, presidente”…

Apuntes

Como sea, Anaya ya publicó sus declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses, luego de que también lo hizo Agustín Basave, su similar perredista. El que debe actuar de manera análoga es Andrés Manuel López Obrador, flamante presidente de Morena y confeso aspirante a la Presidencia de la República. Ni modo que diga que no. ¿Y Manlio Fabio Beltrones? De él ya se sabe que lo suyo es el ocultamiento…

Twitter: @alvaro_delgado

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