México no ha logrado reducir la pobreza en los últimos 20 años. Ahora, el Gobierno anuncia modificaciones en el programa de subsidios para evitar que el país mantenga una tasa de pobreza del 53,3%
Por Verónica Calderón
El Gobierno mexicano presentó este viernes Prospera, el programa que subsidia a los más pobres del país, una estrategia que la presidencia de Enrique Peña Nieto (del Partido Revolucionario Institucional, PRI) considera crucial para su mandato. El diagnóstico no es alentador. En 20 años, el nivel de pobreza apenas ha variado pese a los altibajos macroeconómicos de la segunda economía más grande de América Latina. Solo un punto porcentual. De un 53,1% de mexicanos que vivían bajo la línea de la pobreza en 1992 a un 52,1% en 2012. En México viven 53.3 millones de pobres y, de continuar la tendencia, en 2018, en el último año de Gobierno del presidente Peña, la cifra alcanzaría los 55 millones de personas.
Rosario Robles, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), reconoció este miércoles en un encuentro con periodistas que no se han alcanzado las metas deseadas, pero subrayó que se ha revisado por qué no ha funcionado el programa, que ha inspirado en otros países medidas similares (como la Bolsa Familia que impulsó Lula da Silva en Brasil), pero que en México han fallado en conseguir similares resultados. A pregunta expresa, declinó ofrecer una meta exacta en cuanto al número de pobres que esperan reducir al final del Gobierno de Peña Nieto. “Eso depende del crecimiento de la economía”, explicó.
Los cambios en el programa incluyen una mayor colaboración entre las distintas entidades gubernamentales (por ejemplo, en la nueva subsecretaría de Prevención al Delito, otra de las estrategias fundamentales de la presidencia de Peña Nieto), la Secretaría de Educación y Economía para el aumento de becas y créditos. El programa actualmente alcanza a 6,1 millones de familias en México. Para finales de la administración del presidente actual, el Gobierno espera haber logrado llegar a 400.000 más: 6,5 millones.
Robles destacó la importancia de las reformas que ha impulsado el presidente en la estrategia. “Ya tenemos a los jóvenes en las aulas, pero no tenemos la garantía de que estén recibiendo la mejor educación”, dijo. Mencionó la reforma educativa, una del ambicioso paquete aprobado durante el primer año del presidente.
Los cambios se resumen en un reforzamiento de la estrategia de subsidios a los más pobres: aumento de becas, empoderamiento de las mujeres (que son las principales beneficiarias del programa, que anteriormente se ha llamado Progresa y Oportunidades), mitigar la deserción escolar y la inclusión financiera (que además tiene por objetivo crear un historial crediticio para los más pobres, según explicó Robles).
El Gobierno cuenta con 25.000 mesas de información repartidas en todo el país para la atención de los beneficiarios de este programa, informó Paula Hernández Olmos, coordinadora nacional de Prospera. Detalló también que otro de los principales objetivos es llevar estos programas a círculos urbanos pues, hasta ahora, se habían concentrado solamente en zonas aisladas y rurales.
Los programas de ayuda gubernamentales en México han sido en más de una ocasión objeto de escándalos políticos. Uno de ellos incluso hizo temblar al propio Pacto por México, el acuerdo político que Peña Nieto utilizó de piedra fundacional para su paquete de reformas. Siete funcionarios de Sedesol, la institución que encabeza Rosario Robles, fueron destituidos en abril de 2013 después de que el líder del PAN, Gustavo Madero, acusara al gobernador de ese esado de utilizar las ayudas gubernamentales con fines políticos, Robles respondió esta mañana que no hay programa más revisado que este. “Aquí todos nuestros padrones están publicados. No escondemos información”, zanjó.
Fuente: El País