Los 14,100 millones de barriles en potencial de crudo en esos yacimientos de menor calidad, ubicados casi exclusivamente en tierra firme, es mayor que la de cualquier país salvo Rusia e Irán, dijo la directora de investigación de exploración y producción de energía de la consultoría IHS Energy, Leta Smith.
“Lo que lo hace excitante es que el acceso a Rusia e Irán es muy limitado para la mayoría de las petroleras internacionales, pero México se está abriendo” al fracking, comentó.
México finalizó el año pasado una histórica reforma a su sector energético que acabó con el monopolio estatal en la industria de los hidrocarburos y que busca atraer miles de millones en inversiones privadas al país.
Las estimaciones de IHS, basadas en 158 yacimientos, surgen de un análisis de áreas con un factor de recuperación de menos de 20 por ciento, así como formaciones rocosas que son menos porosas y menos permeables.
Cerca de un 80 por ciento de la producción petrolera actual de México proviene de campos en aguas someras aglomerados en el sur del Golfo de México. Desde la aprobación de la reforma, el mayor interés ha estado en los vastos recursos en aguas profundas de México.
Smith enfatizó el potencial de los campos tierra adentro. “La gente primero tiene que ver costa adentro, y lo harán”, sostuvo.
Ese potencial podría ser alcanzado con técnicas desarrolladas por operadores de esquisto en Estados Unidos como la perforación horizontal, el “fracking” y la colocación de sensores en columnas de perforación.
La semana pasada México abrió la puerta a ofertas por un paquete de contratos costa adentro en 26 áreas, parte de la llamada Ronda Uno lanzada el año pasado para buscar interesados en explotar crudo en el país.
Se estima que esas 26 áreas contienen 2,500 millones de barriles de petróleo equivalentes, con un costo de producción promedio de entre 10 y 20 dólares por barril.
México es el décimo mayor productor de crudo del mundo, y se espera que los contratos de la Ronda Uno podrían ser adjudicados en julio.
Fuente: Reuters