El ganador del Premio Cervantes de Literatura ve un México decadente, con políticos codiciosos e ineptos y con sus ciudadanos dormidos, en la abulia total
El escritor mexicano Fernando del Paso, quien el sábado recibirá el Premio Cervantes de Literatura 2015, afirmó que en México hay “mucho gobernante inepto y codicioso”, y la “profunda abulia y el escepticismo del pueblo” lo han convertido en “un país en decadencia”.
Del Paso fue inquirido sobre los problemas de violencia, corrupción y decadencia que enfrenta México, a lo que respondió, crítico: “Ya no creemos en nuestro país en la misma medida que antes. El pueblo tiene que reaccionar. Me preocupa esa inmensa pobreza desde tantos siglos de independencia. Tenemos la mentalidad de los países colonizados y hay que deshacerse de ella”, subrayó.
Sus declaraciones las hizo durante una conferencia de prensa en la Biblioteca Nacional de España, que acoge una exposición como parte de los actos conmemorativos por los 400 años de la muerte del autor de El Quijote, Miguel de Cervantes Saavedra.
El autor de ‘Noticias del Imperio’ también depositó un legado en la Bóveda de las Letras del Instituto Cervantes –en la calle Alcalá de Madrid– que se abrirá dentro de 100 años, y prometió que intentará volver a escribir “hasta que se acabe la vida”.
En la caja de las letras 1501, Del Paso depositó las primeras ediciones mexicanas de su primer libro ‘José Trigo’ y de ‘Palinuro de México’, cuya portada fue ilustrada por él mismo, así como un disco compacto en el que el propio autor interpreta fragmentos de sus novelas, además de una antología de sonetos y una camisa que perteneció a su amigo el poeta José Carlos Becerra, quien murió en un accidente de tráfico en Italia mientras disfrutaba de una beca en Londres.
Recordó el enorme significado que para él tiene esa camisa de Becerra, que encontró en la misma casa en donde él también se hospedó cuando llegó becado a Londres.
Se convirtió en su objeto fetiche que le ayudaba a superar aquellos momentos en los que Del Paso sentía “pereza, desánimo o escepticismo”. Por ello, prometió que se volverá a poner esa camisa de manera metafórica para escribir.
“Depositar esto aquí no significa que no vaya a escribir, me pondré la camisa una y otra vez hasta que se acabe la vida”.
En su mensaje resaltó que quizá su mayor legado que deja hasta ahora es “el respeto a las letras, la disciplina de sentarse a escribir, aunque no se tenga que decir y leer mucho”.
Con su singular sentido del humor, el escritor mexicano y uno de los primeros colaboradores de la revista Proceso, bromeó sobre el “extraño deseo” que sintió al entrar a esa vieja cámara de lo que fue el Banco Español del Río de la Plata y que hoy conserva el legado de muchos escritores, músicos y creadores que antes recibieron el Cervantes.
“Estar aquí me trae un extraño deseo: que me depositen de cuerpo entero y me dejen tranquilo con mis ilustres predecesores”, bromeó.
También se refirió a la lengua hispana al señalar que pese a “haber sido impuesto a sangre y fuego hace ya muchos siglos”, ahora es tan español como mexicano. “Tenemos tanto derecho como ustedes para decir que este es nuestro idioma”.
En relación a su discurso de este sábado 23, cuando reciba el galardón de manos de los reyes de España, Fernando del Paso volvió a bromear al decir que “habrá de todo como en botica”. Explicó que hablará “un poquito de política y mucho de literatura”.
Por último, al hablar de Cervantes y su obra El Quijote, el escritor mexicano señaló que lo ha leído varias veces, la primera a los 12 años, y destacó “la riqueza del lenguaje y la seriedad de un libro que se lleva tan bien con el humor”.
También habló de los escritores españoles que lo han influenciado, y si bien se refirió a Machado, Goytisolo, Gómez de la Serna o Valle-Inclán, reconoció que el escritor que “desató mi vocación de escritor” fue Miguel Hernández.
Fuente: Proceso