La Agencia Fides, órgano de información de las obras misionales pontificias, clasificó hoy a México como el país más peligroso de América Latina y del mundo para ejercer el ministerio sacerdotal. De 1990 a 2014: un cardenal, 34 sacerdotes, un diácono, tres religiosos, cinco laicos y una periodista católica.
Según el reporte, que recoge datos de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), en 2014 el país registró por sexto año consecutivo el número más alto de agentes pastorales asesinados, con cinco de un total de 14. Le siguieron Venezuela, con tres; Estados Unidos, con dos, y Canadá, Colombia, Nicaragua y Perú, con uno.
“La mayor parte de los agentes pastorales asesinados en el 2014 ha encontrado la muerte como resultado de intentos de robo o hurto, y en algunos casos agredidos con ferocidad, una señal del clima de decadencia moral, de pobreza económica y cultural, que genera violencia y desprecio por la vida humana”, dice.
Enuncia luego los homicidios de Rolando Martinez Lara, asesinado por robo en su parroquia en Jilotepec, Estado de México; el seminarista Samuel Gustavo Gómez Veleta, secuestrado y asesinado durante Semana Santa en Chihuahua; José Acuña Ascensión Osorio, cuyo cadáver fue encontrado en las aguas del Río Balsas; John Ssenyondo, hallado en una fosa común junto a otros cadáveres en Guerrero, y Gregorio López Goroztieta, secuestrado y asesinado también en Guerrero.
Ninguno de los religiosos asesinados, dice la Agencia en su reporte, “ha realizado acciones atroces o gestos increíbles, pero han vivido con perseverancia y humildad”.
“Algunos fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban, otros abrieron la puerta a quienes pedían ayuda y fueron atacados, otros fueron asesinados durante un robo, para otros el motivo de los asaltos y secuestros que terminaron trágicamente no está claro, y tal vez nunca se sepa las verdaderas causas”, subraya.
En los últimos 24 años, prosigue, en México se han cometido 47 ataques contra miembros de la Iglesia Católica, de los cuales 45 fueron delitos menores y dos corresponden a sacerdotes desaparecidos de los que no se tiene ninguna noticia.
“Estos datos indican, por desgracia, que México se ha convertido en el país más peligroso de América Latina, donde ejercer el ministerio sacerdotal”, dice.
Y apoya su juicio con la lista de los agentes pastorales muertos de maneta violenta en México de 1990 a 2014: un Cardenal, 34 sacerdotes, un diácono, tres religiosos, cinco laicos y una periodista católica.
El reporte resalta también el incremento de crímenes en el sexenio del actual presidente Enrique Peña Nieto. Sólo en 2014, dice, se cometieron tres asesinatos de sacerdotes, y un ataque contra un laico que acompañaba a un sacerdote. Este último sobrevivió a un tiroteo, tras un intento de secuestro fallido.
En los últimos 12 meses, dice, dos sacerdotes de la Archidiócesis de Acapulco, Guerrero, han pagado con su vida el secuestro por parte de grupos violentos. Otro sacerdote de la Diócesis de Atlacomulco, Estado de México, fue asesinado durante un robo perpetrado en la iglesia de la que era párroco.
Fuente: Proceso