Las autoridades mexicanas detuvieron el sábado la exportación ilegal a Hong Kong de más de cuatro toneladas de aletas de tiburón y vejigas de pez destinadas a convertirse en sopa.
La mercancía, decomisada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en un contenedor en el puerto de Manzanillo, en el Pacífico, incluye 3.559 kilos de aleta de tiburón oceánico y 529 de vejigas natatorias de pez curvina. Tanto las aletas como las vejigas habían sido deshidratadas para facilitar su transporte.
La empresa que pretendía exportarlas no contaba con licencia para la pesca ni para la explotación de ambos productos, regulados por una convención internacional que regula el comercio de especies protegidas.
El tiburón oceánico es un escualo de gran tamaño que vive en aguas profundas y ha sido categorizado como vulnerable debido al fuerte decrecimiento poblacional al que la especie se ha visto sometida en los últimos años. Mide entre tres y cuatro metros, se caracteriza por sus aletas largas, blancas y de punta redondeada y tiene un alto valor comercial debido a los altos niveles de consumo de la sopa de aleta de tiburón en el mercado asiático. Es un depredador peligroso.
El pez curvina, en peligro de extinción, también tiene un alto valor comercial. México ha exportado curvina a China desde hace más de un siglo.
Su vejiga, también conocida como “buche” sirve para el control de la flotabilidad y para hacer un sonido que atrae a la hembra durante el acto reproductivo. Se explota tanto en mar abierto, sobre todo en el golfo de California, como en cautividad. Se convierte en sopas y aceites.