Contrario a la tendencia en AL, México elevó gasto en armamento. De 2010 a la fecha repuntó 246.4%; más presupuesto militar que a ciencia, tecnología e innovación. Gasta 4 de cada 10 pesos de la región; en 2016 destinó $7 mil 500 millones: Banco Mundial
En una tendencia contraria a la de América Latina, México elevó el monto de los recursos destinados a la compra de armamento en el extranjero y aumentó el número de sus efectivos militares, reveló información del Banco Mundial.
El gasto militar del país, que comprende toda la operación, salarios y armamento de las Fuerzas Armadas es, en el caso de México, superior a los recursos públicos que el país destina para ciencia, tecnología e innovación.
En 2016, México concretó compras de armamento en el extranjero por 388 millones de dólares, cerca de 7 mil 500 millones de pesos, de acuerdo con el Banco Mundial. Esa cifra, en términos reales –descontado el efecto de la inflación– superó en 246.4 por ciento a las realizadas en 2010, según datos del organismo contenidos en los Indicadores del desarrollo mundial, actualizados esta semana.
La información del Banco Mundial se refiere exclusivamente a la importación de armas realizadas por el gobierno mexicano para sus Fuerzas Armadas y no considera las compras ilegales realizadas por grupos criminales en el mercado negro.
Al haber triplicado la importación de armamento en el lapso de referencia, México marca una tendencia contraria a la registrada en la región de América Latina y el Caribe, donde este tipo de comercio tiende a disminuir, de acuerdo con la información ofrecida por el organismo.
El conjunto de América Latina y el Caribe importó armamento, en 2016, por un monto de 991 millones de dólares, reportó el Banco Mundial. Esta cifra resultó menor en 38.6 por ciento, también en términos reales, a la de 2010, añadió.
Así, en el último año, México –con sus compras por 388 millones de dólares– fue responsable del gasto de cuatro de cada 10 dólares que los gobiernos de la región destinaron a la importación de armamento, de acuerdo con la información del organismo.
Brasil, una economía con mayor tamaño que la mexicana, realizó en 2016 importaciones de armamento con valor de 125 millones de dólares, caída de 60.5 por ciento en comparación con las de 2010, cuando sumaron 317 millones de dólares, de acuerdo con los datos del Banco Mundial.
Argentina, la tercera economía de América Latina por tamaño, importó el último año armamento por 19 millones de dólares, 72 por ciento más que en 2010, cuando las compras alcanzaron 11 millones de dólares, según los datos del Banco.
México ha incrementado el tamaño de sus Fuerzas Armadas de manera notoria en años recientes.
El personal de las Fuerzas Armadas llegó el último año a 336 mil, lo que representa un incremento de 61.7 por ciento en comparación con 2000, cuando fue de 207 mil 800 efectivos, de acuerdo con los datos del organismo.
Equivale a 0.6% del PIB
La tendencia a elevar el personal y el gasto en armamento se ha reflejado de manera natural en el presupuesto destinado a las Fuerzas Armadas.
El Banco Mundial reportó que en 2016 el gasto militar –efectivos, personal operativo, instalaciones, armas, instalaciones– fue equivalente a 0.6 por ciento del producto interno bruto (PIB), unos 120 mil millones de pesos.
Esa proporción es menor que el promedio para América Latina y el Caribe, región cuyo gasto militar fue equivalente el año pasado a 1.3 por ciento de su PIB, de acuerdo con el Banco Mundial.
En el caso específico de México, el gasto militar es, proporcionalmente al tamaño de la economía, mayor al destinado a ciencia, tecnología e innovación.
El gasto público en ciencia y tecnología en el periodo de 2013 a 2016 fue equivalente a 0.46 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo con datos del último Informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
La cantidad de recursos, respecto del tamaño de la economía, empleada para el rubro de ciencia y tecnología fue menor a la destinada a financiar el gasto militar y, a la vez, inferior a uno por ciento del PIB enunciado en el artículo 25 de la Ley General de Educación, en relación con el artículo 9 BIS de la Ley de Ciencia y Tecnología.
Existe una relación directa entre el crecimiento de la actividad económica de un país con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, ya que los factores tradicionales (tierra, trabajo y capital) incrementan su productividad ante la presencia de un mayor gasto en I+D
, de acuerdo con un reporte del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, que analiza el gasto destinado a este rubro en los años recientes.
Fuente: La Jornada