La competitividad se ha introducido en nuestra sociedad como la forma más habitual de interacción, pero su eficacia es más que discutible. Está demostrado que, en las relaciones interpersonales, la cooperación es la que ofrece mejores resultados. Las personas con síndrome de Down parecen inmunes a la fuerte tendencia social a la competitividad.
Si se suman a una competición deportiva o a una lucha por conseguir algún objetivo, suele ser empujados por otros, dejándose llevar por las pautas que les marcan. Pero ellas no sienten necesidad de vencer al contrario para sentirse mejor, y les cuesta ver el oponente que parece que nosotros presuponemos escondido en los demás. Es más que sorprendente la falta de ambición y de competitividad de las personas con síndrome de Down, en especial en un mundo que presiona para que compitamos.
Se conocen multitud de experiencias de chicos con síndrome de Down que en una carrera o en un torneo de natación, se han parado a esperar a quien se quedaba rezagado, animándole y ayudándole incluso; o, sencillamente, se han detenido porque no le veían el interés a seguir corriendo para quedar por encima del resto de los competidores. Les preocupa más estar a bien con sus compañeros, con sus rivales, que superarlos.
Esta sencilla filosofía de vida, trasplantada a la sociedad en la que nos hayamos inmersos, nos ayudaría a superar muchos de los graves problemas que padecemos. En realidad, es por medio de la colaboración como se alcanzan las grandes metas; y todas las cotas importantes que la humanidad ha ido superando a lo largo de los tiempos se han sustentado en el apoyo mutuo. El conocimiento científico actual se sustenta en el esfuerzo de generaciones y generaciones previas, que nos han legado su experiencia y su saber. Es increíble que, sabiendo que la colaboración es la que produce los mejores resultados, sigamos empeñados en competir y en vencer. El sentido común deja claro que en cualquier competición, el ganador es uno, y todos los demás pierden, mientras que en una perspectiva de colaboración todos pueden llegar a ser los ganadores.
* Emilio Ruiz Rodríguez. Psicólogo español
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias