Por Marta González Borraz*
Cientos de desempleados mayores de 50 años se han unido para luchar contra un mercado laboral que les ha dado la espalda. Frente a la desesperación y el pesimismo, ellos apuestan por la ilusión y la unidad. Se apoyan unos a otros, se ayudan y buscan salidas. Con este objetivo se ha formado un buen número de asociaciones en los últimos meses. Carlos García fue el impulsor de la Asociación de Parados Mayores Activos (APMA) hace dos años y medio. Él tiene 60 años y cuando decidió dar el paso llevaba 3 en el paro. Poco a poco se unieron más personas y hoy son más de 200. Todos mayores de 50 años y sin empleo pero con muchas ganas de trabajar.
Entre todos revisan currículos, buscan ofertas de empleo y se prestan apoyo.
Desde 2007 la cifra de desempleados mayores de 50 años se ha cuadruplicado debido a la crisis económica. El 21% de los 6,2 millones de parados que hay en España supera esa edad. La última reforma laboral, que facilita el despido, unida a la falta de políticas que animen a la contratación ha castigado a los más veteranos y les condena a la exclusión laboral. La fecha de nacimiento, presente en los currículos que entregan en cientos de empresas, se ha convertido en un obstáculo y pocas están dispuestas a darles una oportunidad.
Las continuas reformas y recortes a las ayudas públicas han endurecido las condiciones para acceder al subsidio por desempleo. Las empresas, por su parte, han dejado de confiar en ellos a pesar de la experiencia y constancia que pueden aportar. Prefieren contratar a trabajadores más jóvenes por considerar a los mayores más caros, menos eficientes y más conocedores de sus derechos.
Javier, español de 55 años, lleva tres y medio sin trabajo. “Todos en este país lo estamos pasando mal pero nosotros somos uno de los colectivos más sufridos, maltratados y sin esperanza porque esto no lo aguanta ni el más optimista del mundo” afirma. Muchos como él se sienten indignados y desprotegidos. Para Sara de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco, “la preocupación sobre este colectivo debe ser prioritaria” ya que muchos viven “sin posibilidades de volver a engancharse al mercado laboral”. El 70% de los parados de este tipo son de larga duración, llevan más de un año sin trabajar. Muchos incluso han agotado todas las prestaciones sociales y no ingresan nada.
Además, esta asociación ha creado una empresa de servicios. Funciona como intermediaria entre Ayuntamientos, partidos políticos y empresarios con el fin de cubrir puestos vacantes en diferentes sectores (limpieza, hostelería, mantenimiento…) a través de los propios asociados. Su objetivo es transformar la experiencia de los desempleados mayores de 50 años en algo atractivo para las compañías, a las que hacen ver lo necesarios que son.
Afirman que son “desempleados pero no parados”, pues sostienen que ellos nunca paran. La energía y dinamismo de los asociados es fundamental y gracias APMA muchos encuentran oportunidades. Carlos, el creador de la asociación, hace dos meses comenzó a trabajar en un comedor universitario. La lucha y la constancia dan sus frutos y vuelve a sentirse útil.
Como él, algunos de los desempleados españoles mayores de 50 años ven este tipo de grupos como la única salida. En muchas ciudades ya han comenzado a funcionar otros similares como la Asociación de Mayores por el Empleo (Madrid), Proyecto Empleo 2.0 y Objetivo50. Todos parten del objetivo de reivindicar el derecho al trabajo y piden la implicación de los gobernantes en un problema que daña a toda la sociedad.
* Marta González Borraz. Periodista
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias
ccs@solidarios.org.es