La iniciativa presidencial de legalizar los matrimonios gay, congelada incluso por los líderes priistas en el Congreso, así como un torpe manejo diplomático, provocaron el enfriamiento de las relaciones con el Vaticano y el apoyo del Papa a las crecientes protestas eclesiásticas por una medida que consideran aberrante. Un signo inequívoco del distanciamiento: ambas representaciones diplomáticas están acéfalas. Para el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, “no había un encontronazo tan fuerte entre el gobierno y la Iglesia” desde los regímenes de Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
Por Rodrigo Vera/ Proceso
La iniciativa presidencial de legalizar los matrimonios gay, congelada incluso por los líderes priistas en el Congreso, así como un torpe manejo diplomático, provocaron el enfriamiento de las relaciones con el Vaticano y el apoyo del Papa a las crecientes protestas eclesiásticas por una medida que consideran aberrante. Un signo inequívoco del distanciamiento: ambas representaciones diplomáticas están acéfalas. Para el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, “no había un encontronazo tan fuerte entre el gobierno y la Iglesia” desde los regímenes de Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
Las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede atraviesan por una grave etapa de enfriamiento que ya dejó acéfalas a sus respectivas embajadas y cuyo principal detonante es la iniciativa presentada por el presidente Enrique Peña Nieto en mayo pasado, encaminada a legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En medio de esta crisis diplomática, el Papa Francisco y el episcopado mexicano están apoyando al Frente Nacional por la Familia, conformado por más de mil organizaciones de laicos católicos y de otras Iglesias, que ya tiene programadas dos grandes manifestaciones de rechazo a la iniciativa de Peña Nieto. La primera se realizará el sábado 10 en los 32 estados del país y la segunda será el sábado 24 en la Ciudad de México.
Rubén Rebolledo, vocero del Frente Nacional por la Familia, adelanta sobre esta manifestación de fuerza:
“En estas marchas participarán millones de personas para repudiar la iniciativa presidencial. Será un acontecimiento histórico. No recuerdo un fenómeno semejante en los últimos años.”
–¿Participarán algunos obispos, como lo han hecho en otras marchas?
–Aún no lo podemos precisar. Eso se verá en su momento. Por lo pronto, aquí en las oficinas del frente a diario recibimos muchísimas llamadas telefónicas y correos electrónicos de gente que quiere participar en las marchas y nos pide información. En estos momentos, en 80 ciudades ya se confirmó que habrá marchas, entre ellas las capitales de los estados.
Hasta el Papa Francisco acaba de dar su aval a las manifestaciones contra la iniciativa presidencial: el pasado martes 30 recibió en el Vaticano a un representante del Frente Nacional por la Familia, Rodrigo Iván Cortés, quien le detalló personalmente las acciones a seguir y las propuestas legislativas de su organización, centradas en pedir que sólo se reconozca el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Elio Masferrer, especialista en asuntos religiosos, considera clave este encuentro con el pontífice:
“Ni más ni menos, representa la aprobación papal no sólo para que los millones de fieles católicos mexicanos se movilicen, sino también para que lo hagan los obispos en sus respectivas diócesis, así como sacerdotes, monjas y miembros de congregaciones religiosas. Es como si Bergoglio les hubiera dicho a todos: ‘Duro contra Peña’.”
Asegura Masferrer que, en el contexto de la visita del Papa a México en febrero pasado, el gobierno mexicano y la Santa Sede pactaron intercambiar favores. Entre ellos, Peña Nieto prometió no legalizar las bodas gay, cosa que ahora intenta hacer con su polémica iniciativa. Dice el investigador:
“Peña Nieto traicionó al Papa, incumplió su palabra. De ahí que ahora el pontífice esté muy molesto y apoye no sólo al frente, sino que a nivel diplomático está implementando una política de distanciamiento. Por ejemplo, a la Nunciatura Apostólica aún no ha enviado al nuncio que nombró hace dos meses, Franco Coppola. Y creo que la mano papal también se esconde detrás de la reciente renuncia de Mariano Palacios Alcocer a la embajada de México en la Santa Sede. En suma, las dos representaciones están acéfalas. Eso es muy evidente. Hay un enfriamiento en las relaciones entre los dos Estados, inducido por la experimentada diplomacia vaticana, que simplemente quiere mantenerse alejada del gobierno de Peña Nieto.”
En abril pasado, Bergoglio trasladó a Estados Unidos al nuncio que tenía en México, Christophe Pierre. Un mes después, el 17 de mayo, Peña Nieto dio a conocer en Los Pinos su iniciativa mediante la que intenta reformar la Constitución y el Código Civil Federal para que los matrimonios gay tengan pleno reconocimiento y puedan adoptar hijos, hecho que de inmediato crispó a los obispos mexicanos.
Ante esta sorpresiva medida, Bergoglio decidió esperar hasta el 9 de julio para nombrar a su nuevo representante diplomático en México, Franco Coppola, un italiano de 59 años que para entonces se desempeñaba como nuncio en República Centroafricana y Chad. Pero hasta la fecha Coppola no ha llegado a México. Nada se sabe de él. En la calle Juan Pablo II, en el sur de la Ciudad de México, hay poca actividad tras los blancos portones ribeteados en bronce de la Nunciatura Apostólica.
El lunes 29 de agosto, la agencia gubernamental Notimex anunció que Mariano Palacios Alcocer renunciaba a la embajada en la Santa Sede por motivos “estrictamente personales”, puesto que su esposa, Ana María González, se encuentra delicada de salud.
Notimex indicó que, temporalmente, en la embajada permanecerá como encargado de negocios Francisco de Paula Castro Reynoso, actual jefe de Cancillería.
Y señaló que el miércoles 31 Palacios Alcocer tendría una reunión con el Papa Francisco para despedirse personalmente de él, como lo marca el protocolo vaticano. Pero esa reunión no se realizó y ni siquiera figuró en la agenda papal.
Pecado inoportuno
El día anterior a la despedida formal de Palacios Alcocer, el 30, el portal de noticias Sin Embargo publicó una nota informativa sobre las relaciones extramaritales de Palacios Alcocer con Itzel García Muñoz, con quien tiene una hija de cinco años. La mujer interpuso una demanda contra el embajador por incumplimiento de la pensión alimenticia que debe entregarle a la menor.
El medio electrónico también publicó extractos de una carta que García Muñoz envió a la nunciatura apostólica, donde da cuenta del “adulterio” cometido por Palacios Alcocer, condenado como “pecado grave” por el Papa Francisco, por lo que el político queretano no podía sostenerse más al frente de la embajada.
Sobre la demanda por incumplir la pensión alimenticia, el diario La Jornada ya había difundido en su edición del 3 de julio el expediente judicial 1804/2014, radicado ante el juez 37 de lo Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
Hasta el momento, la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha confirmado formalmente la renuncia de Palacios Alcocer ni sus motivos; tampoco ha desmentido a la agencia noticiosa del gobierno.
Al respecto Masferrer opina: “En medio de tanto embrollo y misterio, lo único en claro es que Palacios Alcocer quedó descalificado. Es un cartucho quemado. Ya no tiene capacidad diplomática para intervenir en la interlocución de Bergoglio con el Frente Nacional por la Familia, un movimiento social de protesta que el sábado 10 hará su primera demostración de fuerza a nivel nacional”.
Ese frente surgió precisamente para oponerse a la iniciativa presidencial y, entre las más de mil asociaciones religiosas y civiles que lo conforman, destaca, tan sólo de su brazo católico, la poderosa coalición Juntos Por México, que aglutina alrededor de 70 organizaciones de laicos, como el Movimiento Familiar Cristiano, Acción Católica, Escuela de Pastoral, Cursillos de Cristiandad, Renovación Carismática y Adoración Nocturna.
Este movimiento empezó a gestarse en las primeras movilizaciones que se realizaron contra la iniciativa, como la marcha del 22 de mayo encabezada por el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, en esa ciudad; o la del 29 de ese mismo mes que lideró el obispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla, en la capital mexiquense (Proceso 2068).
Ya más consolidado, el frente pretende mostrar su poder de convocatoria en las marchas del 10 y del 24, respaldadas totalmente por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que aglutina a los más de 100 obispos del país.
En su comunicado de apoyo, emitido el 25 de agosto, la CEM elogia al frente porque defiende los “recursos más vitales” del país, “como son la familia y la educación”. En cuanto a las movilizaciones, lo respalda así:
“Deseamos felicitar a quienes, encabezando este esfuerzo, le brindan a la sociedad una magnifica oportunidad para unirse más allá de creencias religiosas, y hacer buen uso de la libertad de expresión, pensamiento, convicciones éticas, de conciencia y de religión, que son propias de todos los habitantes de este país y que se encuentran garantizadas en nuestra Constitución.”
Muchas iglesias evangélicas también anuncian que se sumarán a estas movilizaciones en defensa de la familia, entre ellas las 2 mil aglutinadas en la Unión Nacional Cristiana por la Familia, organización que también se conformó en respuesta a la iniciativa de Peña Nieto.
Rubén Rebolledo, vocero del frente, aclara: “No nos limitamos a organizar marchas. Tenemos nuestra propia iniciativa ciudadana, respaldada por 220 mil firmas que presentamos ante el Senado, y va en sentido contrario a la iniciativa de Peña Nieto”.
–¿En qué consiste esta propuesta legislativa de ustedes? –se le plantea a Rebolledo.
–Básicamente, pedimos reformar el artículo cuarto constitucional para que ahí se estipule el derecho de los niños a crecer bajo la protección de una familia conformada por un padre y una madre, lo mismo en caso de orfandad. También debe asentarse el derecho de los padres de familia para decidir el tipo de educación que reciben sus hijos.
Valdemar y el “encontronazo”
Ante la embestida clerical, el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, César Camacho, como su homólogo en el Senado, Emilio Gamboa, prometen que van a retrasar la discusión de la iniciativa presidencial porque, dicen, en este momento no es un tema prioritario.
Aseguró Camacho el pasado 12 de agosto: “No está entre nuestras prioridades. En el cúmulo de asuntos, vamos a marcar prioridades. Por lo pronto, en este momento no lo es”.
El 23 de agosto Gamboa lo secundó: “No veo el tema como prioritario. Mi impresión es que hoy en el país no es un tema prioritario y no es un tema que esté presionando la sociedad de México para sacarlo adelante”.
Pero al Frente Nacional por la Familia no le convencen las promesas de los legisladores priistas. Quiere que Peña recule de manera contundente. Explica su vocero:
“Mire, el presidente no sólo propuso cambios legislativos para reconocer a los matrimonios gay, asunto que le compete al Congreso. ¡No!, eso es sólo la punta del iceberg. La propuesta de Peña es más amplia porque incluye una serie de medidas, como cambiar el contenido de los libros de texto gratuito para que a los niños se les inculque la llamada ideología de género y puedan cambiarse de sexo.
“Aparte, Peña decidió integrarse al bloque internacional de 19 países promotores de la ideología de género. Adoptó la agenda de este lobby gay con todas sus implicaciones, como la promoción de los llamados divorcios exprés, que no garantizan la custodia ni la pensión alimenticia para los niños. En fin, sus propuestas socavan a la institución de la familia.
“Al frente se están sumando laicos de distintas Iglesias precisamente porque nuestro punto en común es defender a la familia. Es lo que nos une. Y seguramente durante las marchas ni siquiera sabremos de qué denominaciones religiosas serán los participantes.”
En junio pasado el secretario general de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola, dijo a este semanario que finalmente los manifestantes “son nuestros fieles”, que tienen su “motor propio” y están “alzando fuertemente su voz”, por lo que al episcopado corresponde “orientarlos pastoralmente” (Proceso 2068).
Y el vocero de la arquidiócesis primada de México, el sacerdote Hugo Valdemar, dijo tajante: “No había un encontronazo tan fuerte entre el gobierno y la Iglesia desde que se promulgaron las leyes anticlericales de Plutarco Elías Calles y desde que el general Lázaro Cárdenas introdujo la educación socialista”.
Valdemar advirtió que la jerarquía católica puede incluso recurrir a medidas de protesta más fuertes, como el cierre de templos y santuarios, incluida la Basílica de Guadalupe. “Pero no estamos en ese plan, pues ya de por sí el gobierno vive una crisis institucional y se está tambaleando con las protestas de la CNTE” (Proceso 2074).
Rebolledo asegura que el frente tampoco está en el plan de instigar actos violentos durante sus marchas. Adelanta:
“Nuestras manifestaciones serán pacíficas, con sus pancartas y discursos. Nada de actos vandálicos ni cristalazos. Finalmente, muchos de los asistentes serán padres de familia que solo le están pidiendo sensatez a Peña Nieto.”
Fuente: Proceso