Los 10 aspirantes mejor situados en las encuestas para ser el nominado del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de EU en 2016 protagonizaron su tercer debate televisado, que por primera vez no estuvo dominado por Donald Trump y en el que destacaron los “pequeños”.
El Senador por Florida Marco Rubio destacó hoy en un tercer debate republicano centrado en la economía, en el que los favoritos en la contienda, el neurocirujano Ben Carson y el multimillonario Donald Trump, estuvieron muy deslucidos.
“¿Trump? ¿Carson? Rubio robó el debate”, titulaba el diario online Político, resumiendo la buena actuación del joven senador republicano.
Rubio, de origen cubano, tuvo que jugar a la defensa durante todo el debate ante las preguntas incómodas de los moderadores y los ataques de contrincantes como el ex gobernador de Florida Jeb Bush. Pero el joven Senador supo defenderse bien y se presentó como una alternativa ante otros candidatos sin experiencia política como Trump y Carson.
Aunque Bush, hijo y hermano de ex presidentes, pasó durante el debate al ataque en un intento de remontar en las encuestas, no le fue tan bien como esperaba.
Bush atacó a Rubio por no estar haciendo su trabajo como senador al haber faltado a más votaciones que cualquier otro congresista este año y consideró que debería dimitir. ”Nos presentamos al mismo puesto y alguien le ha convencido de que atacándome a mí le va a ayudar”, se quejó Rubio, tercero en las encuestas.
Rubio también tuvo que defenderse de querer ir demasiado rápido en su carrera política. El Senador explicó que muchos le dicen que debería esperar. ”¿Esperar a que? A este país se le está acabando el tiempo. No podemos permitirnos otros cuatro años como los últimos años”, dijo el senador.
La buena actuación de Rubio, joven y latino, alimenta las dudas sobre el futuro de la candidatura de Bush. Cuando el ex Gobernador de Florida se presentó a las primarias republicanas partía como favorito, pero ahora se encuentra en quinto puesto en las encuestas y su campaña empieza a tener problemas económicos.
Como era de esperar, todos los candidatos defendieron impuestos bajos y atacaron el intervencionismo y la burocracia de Washington. Aunque el debate, retransmitido por la cadena CNBC desde la Universidad de Colorado en Boulder (Colorado), estaba centrado en la economía, todas las miradas estaban puestas en Trump y Carson.
Esta era la primera vez que Trump participaba en un debate republicano siendo segundo en las encuestas y no logró destacar entre sus adversarios y, en ocasiones, parecía aburrido.
Carson, con un 26 por ciento de apoyos, se sitúa a la cabeza en las encuestas nacionales de intención de voto, seguido de Trump con un 22 por ciento, según los resultados de encuesta de CBS News/New York Times publicada esta semana. El neurocirujano tampoco tuvo una noche brillante.
La ex consejera delegada de Hewlett-Packard Carly Fiorina, que al igual que Carson y Trump no tiene experiencia política, se presentó como alternativa a la ex secretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton, favorita en la carrera demócrata a la Casa Blanca.
“Soy la peor pesadilla de Hillary Clinton. Ganaré a Hillary Clinton”, aseguró Fiorina, que dijo estar cansada de tantas promesas incumplidas por los políticos y prometió que si es elegida presidenta ofrecerá resultados.
Otros candidatos, como el senador Ted Cruz, el Gobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el de Ohio John Kasich estuvieron más fuertes en esta ocasión que en debates anteriores, pero sin la fuerza y la frescura de Rubio.
Kasich se mostró preocupado porque el Partido Republicano ”estuviera a punto quizás de elegir a una persona que no puede hacer este trabajo”. Y atacó el plan de Trump de deportar a 11 millones de indocumentados y el de Carson de acabar con Medicare y Medicaid, la sanidad pública para los jubilados y pobres.