Los salarios de los magistrados de la Suprema Corte son los más altos de América Latina y se encuentran al nivel de los países más desarrollados del mundo, asegura el magistrado Armando Maitret
Los jueces mexicanos, al menos los del Poder Judicial de la Federación, tienen estabilidad en el empleo y son los mejor pagados en América Latina, al nivel de los países más desarrollados del mundo, señaló el magistrado Armando Maitret.
El también secretario ejecutivo de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia advirtió que cuando un juez se corrompe las causas no deben buscarse en el diseño institucional, sino en su conciencia, donde se encuentra la única y verdadera garantía de su rectitud e independencia.
Maitret Hernández, magistrado de la Sala Regional del Distrito Federal del Tribunal Electoral del Poder Judicial, realizó un estudio sobre las condiciones de autonomía e independencia que tienen los juzgadores de América Latina para cumplir con su responsabilidad.
El maestro en Derecho expuso que México cumple con los parámetros establecidos por los organismos internacionales para asegurar las mejores condiciones institucionales, personales y materiales de los jueces, con el fin de que los gobernados puedan tener acceso a la justicia, desde el Poder Judicial.
Sin embargo, dijo, la experiencia ha demostrado que crear esas condiciones no garantiza la defensa de los derechos humanos, labor que sólo corresponde a los jueces.
“Ciertamente, los factores de diseño institucional ayudan y mucho, pero en última instancia los mecanismos más adecuados sólo facultan a que el juez pueda ser independiente, pero no garantizan que lo sea. La garantía proviene del propio juez. Sólo de la conciencia del juez depende actuar con verdadera independencia”, puntualizó.
En México, los tribunales laborales, administrativos (fiscal, agrario y militar) no gozan de autonomía institucional puesto que dependen del Ejecutivo y acuerdan con el secretario del ramo respectivo, pero sus resoluciones se pueden revisar por el Poder Judicial Federal, que sí es autónomo e independiente.
Maitret Hernández insistió en que el factor fundamental que explica el apego de un juez a la justicia y al derecho, es interno y no externo, puesto que muy probablemente se seguirán dando casos de corrupción y desviaciones de la ley, si el juzgador, en su persona, no es íntegro y honesto.
Lo importante, opinó, es que haya mecanismos de gobierno, vigilancia y disciplina que funcionen eficientemente, puesto que es inaceptable que juzgadores a los que se les creo el ambiente para que actúen con independencia y se les retribuya con decoro, defrauden esa confianza.
En su estudio comparativo, el magistrado encontró que, si se convierte a dólares los ingresos de los jueces para un mejor análisis, se observa que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de México, tiene ingresos mensuales por 24 mil 617 dólares.
Sus equivalentes de la región de América Latina que más se le acercan son los presidentes de las Cortes Supremas de Chile y Brasil, que obtienen ingresos mensuales equivalentes a 15 mil 35 dólares y 13 mil 299 dólares.
En contraste, los presidentes de las Cortes Supremas de países como Costa Rica, Guatemala, Ecuador, Honduras, Nicaragua Paraguay, República Dominicana, el Salvador, no superan los 7 mil dólares mensuales, y los de menos ingresos no llegan ni a 5 mil.
Entre los de ingreso medio, sólo el presidente de la Suprema Corte de Colombia supera los 10 mil dólares mensuales en ingreso, con una percepción de 12 mil 410, porque el resto si bien ganan poco más de 7 mil, no superan los 10 mil; es el caso de Argentina, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
Respecto a los jueces equivalentes a los magistrados de Circuito en México, nuevamente la comparación es favorable para los mexicanos, pues éstos ganan el equivalente a 15 mil 349 dólares al mes, más que cualquiera de los presidentes de las Cortes Supremas, y hasta tres o cuatro veces más que sus equivalentes de otros países de la región.
De este tipo de jueces, los que más acercan a los mexicanos son los chilenos, con ingresos equivalentes a los 10 mil 535 dólares mensuales y los brasileños con siete mil 241, mientras que en los países con menores retribuciones, apenas superan los tres mil dólares.
Fuente: Excélsior