Maestros disidentes que demandan la abrogación de la reforma educativa cumplieron su amago y no iniciaron clases este lunes en escuelas de Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) confirmó que mantiene el ‘‘paro nacional magisterial’’ y que no participa en el inicio del ciclo escolar 2016-2017, este lunes, además de que emplazó a la Secretaría de Gobernación (SG) a reanudar la mesa de diálogo. ‘‘Nosotros estamos dispuestos hoy mismo, de ser necesario’’, dijo Enrique Enríquez, dirigente de la sección 9 de la Ciudad de México.
En conferencia de prensa, varios de los dirigentes de la CNTE dieron a conocer los resolutivos alcanzados en su Asamblea Nacional Representativa (ANR), realizada la víspera, en los cuales también se encuentra el ‘‘fortalecimiento’’ de los bloqueos carreteros y de puentes y garitas, así como la realización de marchas y movilizaciones en diversas entidades del país.
Sin embargo, ninguno de los dirigentes presentes –de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Ciudad de México– se comprometió a dar el número de escuelas que participarán en el paro de labores en el inicio de este ciclo escolar, así como la cifra de alumnos que podrían verse afectados por esta acción de la disidencia magisterial.
‘‘Seguimos en la lucha’’
‘‘Nosotros no les vamos a decir cifras ni estadísticas; en la práctica les vamos a demostrar que la CNTE sigue en lucha’’, dijo Enrique Enríquez, mientras Daniel López Castellanos, de la sección 7 de Chiapas, advirtió que ‘‘aunque el gobierno asegure que somos unos cuantos, el descontento magisterial está en todo el país’’. A su vez, Gonzalo Martínez Villagrán, también de la sección 9, dijo: ‘‘Es mejor perder unos días de clases que la educación pública’’.
En diversas oportunidades, los dirigentes descalificaron las críticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el sector empresarial y algunos otros grupos sociales, que han orquestado una ‘‘tremenda campaña mediática’’ en contra del movimiento disidente. Asimismo, los mentores insistieron en la abrogación de la ‘‘mal llamada reforma educativa’’.
Incluso, anunciaron que buscarán un encuentro con el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, y el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, quienes se han expresado sobre el tema, a fin de explicarles que los ‘‘derechos de los niños deben ser compartidos por todos’’, y que ir a la escuela no es el único modo de defender a la niñez, sino también darle las mejores condiciones de vida y de desarrollo.
Enríquez arremetió contra el gobierno federal, pues ‘‘después de ser incapaz de resolver el conflicto, donde sólo se ha dedicado a administrarlo, en todos estos meses no ha presentado una sola propuesta seria de solución. Pero ahora, en medio de esta campaña mediática y con el apoyo empresarial, los únicos responsables son los maestros’’, dijo.
Durante la conferencia, realizada en las instalaciones de la sección novena, los dirigentes señalaron que durante este mes ha sido la CNTE la que ha puesto el tema verdaderamente educativo a debate, mientras que el gobierno ha tenido que reconocer por una parte que ha sido una reforma administrativa y laboral, y por el otro ha tenido que aceptar que algunos cambios son necesarios.
Pero el tema, añadieron, permanece trabado, pues la CNTE continúa en su exigencia de abrogar dicha reforma y construir una nueva desde la participación y colaboración de todos los sectores que participan en el proceso, y el gobierno se niega a esta demanda.
Para este lunes, la SEP ha anunciado que un total de 25.7 millones de alumnos deben iniciar el ciclo escolar 2016-2017 en todo el país. Sin embargo, ante el anuncio de la CNTE de mantener su paro indefinido de labores, el regreso a clases se vería afectado principalmente en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, donde la coordinadora tiene fuerte presencia.
Así, unos siete millones de escolares de educación básica no contarán este lunes con un maestro, de acuerdo con las estimaciones de algunos profesores disidentes.
Fuente: La Jornada