Este domingo 27 de octubre, Argentina decide quién será su próximo presidente. El opositor Alberto Fernández es el candidato a sucederlo en un contexto latinoamericano que vuelve a rebelarse contra los ajustes. El próximo gobierno recibirá un país con un desempleo que supera el 10% y más de 35% de la población en la pobreza.
Argentina se encamina a las elecciones presidenciales en medio de una profunda crisis económica y social. Las encuestas de opinión coinciden en que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, será elegido como nuevo presidente probablemente en primera vuelta este 27 de octubre sin necesidad de segunda vuelta, lo que marcaría la vuelta del peronismo al poder tras cuatro años de mandato de la coalición de centro-derecha Cambiemos.
Para el presidente Mauricio Macri resulta casi imposible dar vuelta a los resultados de las elecciones Primarias, Abiertas y Simultáneas (PASO) del 11 de agosto pasado que le dieron un contundente triunfo a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner con más del 47% de los votos. El apoyo masivo en las urnas durante las primarias que recibió la fórmula peronista fue un claro mensaje popular contra el ajuste que viene llevando adelante el Gobierno argentino y que se ha profundizado tras las devaluaciones que se sucedieron desde la disparada del dólar en 2018 y 2019.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el aumento de precios acumulado entre enero y septiembre de este año fue del 37,7%, y en 12 meses la inflación fue del 53,5%
La última gran devaluación se produjo precisamente al día siguiente de las elecciones PASO, cuando los grandes especuladores financieros hicieron escalar la divisa en más del 20% con el visto bueno del Gobierno, quien dejó correr un verdadero golpe de los mercados contra el voto popular que no acompañó a su candidato favorito.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el aumento de precios acumulado entre enero y septiembre de este año fue del 37,7%, y en 12 meses la inflación fue del 53,5%. Los pronósticos no son los mejores en un país en donde a la inflación se le suma una marcada recesión que golpea fuertemente a la industria que podría culminar el 2019 con una caída de más del 11%.
La herencia que recibirá el próximo gobierno
Los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri dejan más de 16 millones de personas pobres en el país, de los cuales 3,4 millones están en una situación de absoluta indigencia, según los últimos datos oficiales del Indec. En términos porcentuales la pobreza alcanzó al 35,4% de las personas que habitan la Argentina, mientras que el número de indigencia se ubicó en el 7,7%. Entre los menores de 14 años el índice de pobreza trepó al 52,6%. Por su parte, la tasa de desempleo alcanzó el 10,6% en el segundo trimestre del año y afecta a más de 2,1 millones de personas.
Pero la herencia que dejará el gobierno de Macri tiene un elemento extra de magnitud: un endeudamiento récord en un corto plazo con el FMI, que marcó la vuelta de la Argentina a una relación estrecha con el desprestigiado organismo de crédito como no se veía desde la catastrófica crisis de 2001, cuando en medio de protestas callejeras, cacerolazos y saqueos, el gobierno de Fernando de la Rúa debió dejar el poder anticipadamente. El próximo Gobierno deberá afrontar vencimientos por 223.000 millones de dólares, de los cuales, 173.000 millones están nominados en moneda extranjera. De estos, algo más de 50.000 millones de dólares deberán ser devueltos al FMI, a menos que se refinancien. En ese sentido, Alberto Fernández ha planteado como modelo para su plan una salida “a la uruguaya”, en referencia al plan de refinanciación de su deuda que hizo el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle con el FMI en 2003 y que implicó un alargamiento de los plazos de pago pero sin quita. “La salida puede ser diferir las obligaciones, ganar tiempo, no hacer una quita. De tal manera que la curva de exigencias de 2022 y de 2023 suba pero de modo más amesetado y que nos permita a nosotros crecer”, explicó Fernández.
El futuro argentino presenta más incertidumbres que certezas sobre las decisiones que deberá tomar el próximo Gobierno, el cual deberá lidiar por un lado con las nuevas imposiciones que plantee el FMI
Sin embargo, el futuro argentino presenta más incertidumbres que certezas sobre las decisiones que deberá tomar el próximo Gobierno, el cual deberá lidiar por un lado con las nuevas imposiciones que plantee el FMI en materia de reforma laboral, reforma jubilatoria y baja del déficit fiscal. Por el otro lado, se pondrán en juego las expectativas de su electorado esperanzado en que la ferocidad del ajuste llevado adelante por el Gobierno de Macri tenga un freno. En tal sentido, la revuelta popular e indígena en Ecuador contra el aumento del precio de los combustibles, o el estado de insurgencia que viven las calles de Chile contra las medidas de aumento del transporte por parte de Sebastián Piñera, son dos espejos muy cercanos a la historia argentina donde el movimiento sindical en particular y los movimientos sociales en general acumulan un concentrada experiencia de lucha y movilización en las calles.
Fuente: ElSaltoDiario