Los terremotos son capaces de reducir a escombros ciudades enteras y cobrarse miles de vidas. No obstante, su impacto no se limita a la destrucción directa, ya que en algunos casos pueden incluso mover montañas, afectar la gravitación terrestre y conmover la atmósfera.
Los terremotos pueden ser causados por distintas razones, pero los más destructivos, los terremotos tectónicos, son causados por el rozamiento entre placas litosféricas. Entre estas placas, al estar en contacto unas contra otras, se acumula tensión mecánica y, cuando esta supera la fuerza restrictiva del rozamiento, las placas se desplazan, y la energía emitida provoca olas sísmicas. Cuanta más energía se emite, más destructivo será el terremoto, provocando, en algunos casos, consecuencias para todo el planeta.
Se mueven montañas y países
De acuerdo con los datos de la Administración Nacional de Topografía, Cartografía y Geoinformación de China, el devastador terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Nepal el pasado mes de abril, desplazó la cima del monte Everest tres centímetros hacia el suroeste.
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Además, los científicos informan que el densamente poblado valle de Katmandú se movió más de 1,5 metros al sur y se elevó casi un metro durante el terremoto, según AFP. La misma situación se dio en Japón, cuando al terremoto de magnitud 9,0 de marzo de 2011 provocó que algunas partes del país se desplazaran hasta cuatro metros, según ‘The National Geographic‘.
Se mueve el eje de la Tierra
Los sismos suficientemente fuertes son capaces de influir en la velocidad de la rotación de la Tierra. En concreto, según las estimaciones del científico Richard Gross de la NASA, el terremoto de Japón de 2011 pudo haber acelerado la rotación de la Tierra y, en consecuencia, reducir la longitud del día unos 1,8 milisegundos. En comparación, el terremoto de 2008 de Chile causó otra pérdida de unos 1,26 microsegundos.
Un dato que es aún más interesante es que el terremoto de Japón también pudo haber desplazado el eje de simetría de la Tierra, alrededor del cual se equilibra la masa de la Tierra, unos 17 centímetros hacia 133 grados de longitud este. En consecuencia, este movimiento hará que la Tierra se desplace de manera un poco diferente al girar, pero esto no afectará al eje de la Tierra en el espacio. A su vez, el terremoto de Chile pudo haber movido el eje unos 8 centímetros.
Se conmueve la atmósfera
Los fuertes terremotos son capaces de afectar no solo a la tierra, sino también a su atmósfera. De acuerdo con estudios, los movimientos de la superficie y los tsunamis que generan los terremotos, pueden desencadenar olas en la atmósfera. En concreto, se estima que el terremoto de Japón causó las perturbaciones más grandes que se han visto hasta el momento, generando ondas en partículas con carga eléctrica que alcanzaban unos 350 kilómetros por encima de la Tierra, informa el portal científico Live Science.
Se cambia la gravitación
Los terremotos pueden alterar incluso una fuerza tan sólida como la gravitación. En concreto, datos recogidos por los satélites GRACE permitieron establecer que el terremoto de Japón fue lo suficientemente fuerte como para disminuir el campo gravitatorio en la región unos dos millonésimos de Gal, al reducir la corteza de la Tierra, según Live Science. Para comparar, la fuerza gravitatoria en la superficie de la Tierra, como promedio, es de 980 Gal.
Entre otras posibles consecuencias de los terremotos, algunos científicos hablan de las erupciones volcánicas, series de sismos de menor fuerza, posiblemente incluso en otras partes del mundo, así como la destrucción de glaciares y la aceleración del cambio climático.
Fuente: RT