Los monjes budistas son ahora populares entre partes de la élite económica china.
John Sudworth/ BBC
¿Puede China estar rehabilitando al budismo tibetano?
Hay nuevas señales que muestran que, pese a que sigue la represión contra el nacionalismo tibetano, el Estado ateo parece estar suavizando su posición frente a la religión, e incluso con respecto al Dalái Lama.
La mayoría de los periodistas extranjeros en China encontrarían poco probable que un ex alto funcionario del Partido Comunista invitase a la BBC a su casa.
Especialmente si se rumoreaba que ese funcionario tenía vínculos cercanos con la dirigencia china y había trabajado de cerca con los servicios de seguridad del país.
Pero más difícil de creer resulta que ese funcionario invite después a la BBC a verlo rezando en frente de un retrato del Dalái Lama.
Sin embargo, eso fue exactamente lo que Xiao Wunan hizo.
Dentro del apartamento de lujo de Xiao en Pekín, en un lugar prominente en medio de su oratorio budista privado, hay una foto del líder espiritual tibetano exiliado, un hombre odiado por el gobierno chino que lo ve como un peligroso separatista.
Para los monjes tibetanos, incluso poseer una foto del Dalái Lama conlleva riesgos.
Exhibir su retrato en los monasterios está prohibido.
Pero ahí, bajo la misma imagen, estaba Xiao con el gurú budista tibetano Geshe Sonam.
El gurú dejó en claro que no estaba dispuesto a hablar sobre política o el Dalái Lama.
Pero para Xiao, de 50 años, no había mayor problema.
“En cuanto a los problemas políticos entre el Dalái Lama y China… casi no le ponemos cuidado”, asegura.
“Es muy difícil para nosotros juzgarlo desde ese ángulo. Como budistas, solo le ponemos atención como parte de nuestra práctica religiosa”.
Atracción para los pudientes
Xiao fue presentado a la BBC por un empresario chino, Sun Kejia, de 36 años, uno de un número supuestamente creciente de chinos pudientes atraídos en años recientes al misticismo del budismo tibetano.
La creciente popularidad de la religión en general en China ha sido bien documentada y es frecuentemente explicada en términos de la rápida expansión económica china.
Puede que millones de chinos tengan hoy la riqueza que generaciones anteriores ni soñaban, pero el crecimiento económico ha sido acompañado por cambios sociales sísmicos.
Xiao, un destacado exfuncionario, no oculta sus contactos con los monjes.
“Alguna vez me vi confrontado por grandes problemas en mi negocio”, dice Sun.
“Sentí que no podían ser superados por el esfuerzo humano, y que solo me podrían ayudar Buda, los espíritus y Dios”.
De modo que Sun se hizo creyente de los monjes tibetanos. Desde entonces, ha amasado una fortuna que estima en más de US$100 millones.
Ahora administra una cadena de clubes budistas y paga de su propio bolsillo a gurúes tibetanos como Geshe Sonam para que vengan a predicar.
Tras la influencia
Los invitados de Sun, que incluyen a empresarios y funcionarios del partido, encuentran espiritualidad. Él busca algo distinto.
“Lo que quiero es influencia”, asegura.
“Mis amigos que vienen aquí se sienten atraídos por este lugar. Yo puedo usar los recursos que aportan para mi otro negocio. Desde ese punto de vista, también es mi contribución para difundir el budismo. Esto trae buen karma y así yo consigo lo que quiero”.
Y parece estar funcionando.
Hace años, el que un ex alto funcionario se dejara retratar rezando ante una imagen del Dalái Lama habría sido impensable.
Sun nos invita a conocer a otros individuos bien conectados que utilizan su club.
Sentada en el suelo con Gueshe Sonam está una mujer que, según Sun, está emparentada con integrantes de los niveles más altos de la política china.
Ella y su acompañante están colocando relojes, rosarios y collares en medio de un círculo para que Gueshe Sonam los bendiga.
Después de la ceremonia religiosa viene un banquete de lujo.
Más tarde el monje admite estar un poco incómodo con todo el asunto.
Promoción activa
“A veces toma tanto tiempo y realmente siento que estoy perdiendo el tiempo. Pero esto también puede ser una manera de predicar. Si no voy aquí, o no voy allá, ¿sería mejor si me quedo en una cueva y nunca salgo?”, asegura.
Los monjes budistas necesitan el dinero y decenas, tal vez cientos, están ahora a la caza de fondos en las grandes ciudades de China.
Teniendo en cuenta que China es todavía, oficialmente, un país ateo, eso puede parecer extraño, sobre todo debido a los vínculos entre el budismo y el activismo político en el Tíbet.
China, sin embargo, no sólo está permitiendo que esta evangelización budista tenga lugar, sino que ahora puede estar promoviéndola activamente.
La relación del gobierno chino con los monjes tibetanos ha sido conflictiva.
Ha habido informes de que el presidente Xi Jinping es –en términos relativos– más tolerante de la religión que sus predecesores, con la esperanza de que eso va a ayudar a llenar el vacío moral de China y frenar el descontento social.
Y hace tiempo circulan rumores de que miembros de la élite chinos han estado interesados en el budismo, entre ellos la esposa de Xi Jinping, Peng Liyuan.
Se dice que el mismo padre del presidente, Xi Zhongxun, un revolucionario y líder del Partido Comunista, tenía una buena relación con el Dalái Lama antes de que éste último huyera de China en 1959.
Y ahí es quizás donde entra Xiao Wunan, porque otro rumor sin confirmar cuenta que su padre también era cercano al padre del presidente.
Mucho de esto es especulación, por supuesto, pero la pregunta importante es si el permiso que Xiao concedió a la BBC para ser testigo de sus rezos ante un altar budista tiene la intención de enviar una señal.
Bajo la manga
Xiao tenía otra sorpresa bajo la manga, entregando a la BBC algunas imágenes de video de una reunión que tuvo con el Dalái Lama en India –su lugar de exilio– en 2012.
Es una inusual evidencia de conversaciones entre el Dalái Lama y alguien cercano al gobierno chino.
En un momento de la conversación, el Dalái Lama le dice a Xiao que está preocupado por las actividades de monjes falsos en China.
Las reuniones de funcionarios chinos con el Dalái Lama son muy inusuales.
“Yo también estoy preocupado por esto”, Xiao responde. “Por lo tanto, estamos realmente necesitados de un líder budista y por eso creo que Su Santidad puede desempeñar un papel tan importante”.
En otro momento de la conversación, el Dalái Lama se queja de todo el planteamiento de China en Tíbet.
“Seamos honestos, el gobierno chino ha estado pensando como un loco en referencia a su política tibetana”, dice.
“Esta política de mano dura no es beneficiosa para China o para los tibetanos y también crea una imagen internacional muy mala de China”, agrega.
¿Significado?
El papel exacto de Xiao Wunan cuando estaba en el gobierno no es muy claro. “Solo descríbame como un ex alto funcionario”, dice.
También insiste en que él no estaba actuando como un enviado del gobierno chino cuando se reunió con el Dalái Lama.
Dice que estaba en India, en su calidad de vicepresidente ejecutivo de una organización llamada la Fundación de Cooperación e Intercambio del Asia Pacífico (Apecf, por sus siglas en inglés).
Apecf es frecuentemente descrita como una organización respaldada por el gobierno chino.
De cualquier manera, parece poco probable que cualquier exfuncionario chino podría visitar al Dalái Lama en India, o dejarse filmar rezando ante su imagen, sin algún apoyo muy poderoso en Pekín.
Entonces, ¿qué podría significar todo esto? Le hice esta pregunta a Robbie Barnett, un especialista de Tíbet en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Barnett pide no buscar demasiado significado en la reunión de Xiao Wunan con el Dalái Lama, pero dice que es, al menos, simbólico.
“No puedo detectar ninguna actividad políticamente significativa en esa reunión”, dice, “pero es importante como indicador simbólico, una visión de un cambio que podría estar siendo contemplada en, o cerca de, los altos estamentos del gobierno chino.
Karma
No cabe duda de que la prohibición del retrato del Dalái Lama y el endurecimiento del control chino en las últimas dos décadas han aumentado las tensiones en el Tíbet.
A lo largo de ese período ha habido conversaciones entre las dos partes, tanto formales como informales, pero poco ha cambiado.
Algunos piensan que la actitud de China frente a los monjes tibetanos puede estar cambiando.
En los últimos meses, sin embargo, algunos informes sugieren que el diálogo no oficial se ha vuelto más sustancial, incluso aumentando la posibilidad de que al Dalái Lama se le permita regresar del exilio para una visita histórica.
Así que, ¿debe la difusión del video por Xiao Wunan ser vista como evidencia de que Xi Jinping realmente está cambiando el enfoque de China frente al budismo tibetano, o es simplemente una cortina de humo?
En cualquier caso, Xiao Wunan y su oratorio budista parecen ser la prueba de que los miembros bien conectados de la élite chinos están tomando un interés activo en el budismo tibetano. Y que a los monjes ahora se les está dando licencia para animarlos.
“Puede que no sean capaces de comprar su entrada al Nirvana”, dice Gueshe Sonam, “pero en el budismo, se puede obtener más recompensa kármica mientras más dinero se gaste en rituales”.
Fuente: BBC Mundo