Ante las insistentes movilizaciones contra la violencia policiaca, fuerzas del orden a lo largo de todo el país han comenzado a cambiar sus procedimientos para reducir el uso de fuerza letal y aliviar la desconfianza pública
Con las tensiones elevadas por las muertes de varios hombres negros desarmados a manos de policías, los departamentos policiales en todo Estados Unidos están cambiando políticas y procedimientos para reducir el uso de fuerza letal, aliviar la desconfianza del público y proteger a los agentes de represalias.
La policía de la ciudad de Nueva York planea distribuir pistolas aturdidoras a centenares de agentes. El departamento de Milwaukee hizo obligatorio el entrenamiento de intervenciones en crisis. En Akron, Ohio, la policía comenzó a trabajar en parejas en todos los turnos, para su seguridad.
Los departamentos de policía actualizan constantemente sus entrenamientos, pero algunas de las medidas más recientes han sido motivadas por la creciente ira contra la policía. En algunos casos, los departamentos se están asegurando de informarle al público sobre esos cambios.
“No es un error ni una coincidencia que muchos de esos departamentos están informando de sus entrenamientos o quizás reformando sus directrices de entrenamiento a la luz de esos incidentes prominentes”, dijo Kami Chavis Simmons, directora del programa de justicia criminal en la facultad de derecho de la Universidad Wake Forrest, en Carolina del Norte y ex fiscal federal en Washington.
Protestas mayormente pacíficas han estallado en todo el país luego que jurados investigadores en semanas recientes declinaron presentar cargos contra policías blancos por la muerte a tiros de Michael Brown, de 18 años, en Ferguson, Misurí y la muerte por estrangulamiento de Eric Garner en Nueva York. Los dos hombres eran negros y estaban desarmados.
Lorie Fridell, profesora de criminología en la Universidad del Sur de Florida que tiene un negocio de entrenamiento policial, dijo que ha recibido casi dos pedidos diarios de jefes de policía desde el inicio de las protestas en agosto.
“Hay muchos jefes policiales con buenas intenciones que quieren hacer lo correcto y están buscando la forma de resolver no solamente problemas de uso de la fuerza, sino también de prejuicio”, dijo Fridell.
Dos incidentes recientes de muertes a manos policiales en Ohio comenzaron con reportes de personas con armas de fuego: la muerte el mes pasado de un niño de 12 años que tenía una pistola de balines en Cleveland y la muerte a mediados del año pasado de un hombre de 22 años que llevaba un fusil de aire comprimido en un Wal-Mart en Dayton.
En ambos casos, los agentes dijeron que pensaron que las víctimas tenían armas reales. El agente que baleó al niño de 12 años renunció de la policía de un suburbio de Cleveland en 2012luego que supervisores decidiesen que carecía de madurez para trabajar en su departamento.
El secretario de Justicia de Ohio respondió a la situación pidiéndole a la comisión de entrenamiento policial la semana pasada que estudie posibles mejoras en la forma en que los agentes aprenden su trabajo.
“Todo policía que sale a la calle cada día tiene el derecho de regresar a su casa cada noche”, dijo DeWine. “Al mismo tiempo, los ciudadanos del estado de Ohio tienen el derecho a esperar que los policías sean entrenados correctamente y examinados antes de ser puestos en las calles”.
El mes pasado en Misurí, un equipo federal realizó entrenamientos para la policía del área de San Luis, incluso los máximos comandantes de Ferguson, sobre cómo los prejuicios no intencionales afectan el trabajo policial. Además el jefe de la policía de San Luis, Sam Dotson, dijo que espera introducir un entrenamiento más amplio a los agentes sobre cómo reconocer el “prejuicio implícito” y tomar mejores decisiones sobre cuando disparar.
El gobierno federal emitió este mes directrices que limitan la capacidad de los agentes federales de tomar decisiones sobre la base de religión, origen nacional y otras características. El Departamento de Justicia espera que esas medidas se vuelvan un modelo para departamentos policiales locales.
Fuente: AP