Por Jenaro Villamil
En Los Pinos se prendieron los focos de alarma cuando la semana pasada se confirmó que el entonces coordinador general de la campaña electoral más importante de este año (y del sexenio) estaba llevando al enemigo azul a la estrategia interna del candidato priista Alfredo del Mazo Maza.
Enrique Jacob Rocha, viejo operador del priismo mexiquense, abandonó el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), de la Secretaría de Economía, para incorporarse como coordinador general de Del Mazo desde hace varias semanas. El problema es que con Enrique Jacob llegaron varios operadores del PAN que trabajaban con él o que están ligados con la exvocera calderonista Alejandra Sota o con el exalcalde de Tlanepantla, Ulises Ramírez.
Jacob Rocha llevó a algunos personajes como Juan Pedro García Martínez, quien trabajó con el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, y también en las campañas panistas de Francisco Xavier Buganza, en Hidalgo, y con el actual alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar.
Otro personaje panista que se sumó en el periodo de precampaña fue Pablo Basáñez, exalcalde panista de Tlanepantla (2012-2015), territorio del “cinturón azul” comandado por Ulises Ramírez.
Del equipo de Alejandra Sota se incorporaron personajes como Omar Bayardi y Manlio Gutiérrez en la estrategia de comunicación que comandaba América Rodríguez Peña.
Estas pistas obligaron a que desde el mando máximo del PRI (léase el presidente de la República) se decidiera cambiar el diseño de la coordinación de la campaña de Alfredo del Mazo, primo de Enrique Peña Nieto.
En Los Pinos se acordó que no podían darse el gusto de perder ante una oposición “dócil” como sería la panista Josefina Vázquez y mucho menos darle la victoria a Morena, con la profesora Delfina Gómez. Como nunca, está en juego el bastión del Grupo Atlacomulco y el futuro de las elecciones presidenciales de 2018.
Este lunes tomó posesión, en lugar de Jacob Rocha, Ernesto Nemer Álvarez, quien fungía como titular de la Profeco. Nemer fue precandidato a la gubernatura en 2011, al igual que Eruviel Ávila y el propio Del Mazo Maza. Aconsejado por su padrino Emilio Chuayfett, Nemer Álvarez decidió pactar con Eruviel Ávila y fue su secretario de Gobierno durante el primer periodo del mandato del político de Ecatepec.
Peña Nieto incorporó a Nemer Álvarez a su gabinete. Su paso por la Profeco fue más bien una antesala a la candidatura priista del Estado de México de este 2017, que nuevamente perdió ante la dinastía familiar de Atlacomulco.
Junto con Ernesto Nemer fue incorporado como vicecoordinador general Erasto Martínez Rojas, político vinculado al actual mandatario estatal Eruviel Ávila.
De esta manera, dos personajes relacionados con Emilio Chuayfett (Ernesto Nemer) y con Eruviel Ávila (Erasto Martínez) se incorporan al equipo de Del Mazo ante el riesgo real de que puedan perder electoralmente “la joya de la corona” del poder priista y del grupo que llegó a Los Pinos con Enrique Peña Nieto.
También se incorporaron operadores priistas de larga experiencia como el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, quien será el delegado del CEN del PRI, y el exgobernador de Durango Ismael Hernández Deras.
A Jacob Rocha le dieron una salida “elegante” al nombrarlo jefe de la Oficina del candidato priista a la gubernatura.
Sin embargo, todos estos movimientos, a 75 días de las elecciones, reflejan que desde Los Pinos hay una profunda preocupación por una campaña priista que no despega y por una oposición que crece en las preferencias electorales.
La encuesta publicada hace cinco días por el periódico Reforma reveló que el aspirante priista tiene apenas el 29% de las preferencias, a pesar de estar apoyado por una coalición del Partido Verde, Nueva Alianza y el Partido Encuentro Social.
Muy cerca de él se encuentra la profesora Delfina Gómez, de Morena, con 28% de las preferencias. Gómez se ha vuelto la gran sorpresa de la campaña y cuenta con apoyos insospechados, como buena parte de los sacerdotes católicos de la entidad que han decidido optar por la alternancia, además del aval de Andrés Manuel López Obrador, el líder de Morena e imbatible aspirante presidencial para 2018.
Con 25% de preferencias se encuentra Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN, que vuelve a repetir la historia de una campaña donde los principales enemigos están adentro de su propio partido y con una percepción general de debilidad.
El aspirante del PRD, Juan Manuel Zepeda, registró un 11% de la votación (antes de ser designado como candidato). Desde Los Pinos se hará todo lo posible para evitar una alianza de éste con Morena o con el PAN.
El Estado de México ya se convirtió en el desafío más importante para la presidencia de Peña Nieto. No están dispuestos a repetir el trago amargo de 2016, cuando el PRI perdió siete gubernaturas.
La misma encuesta de Reforma reveló que el 79% de los consultados piensan que “debe cambiar el partido en el gobierno”, contra 18% que apoya la continuidad del PRI. Curiosamente el mismo porcentaje de quienes aprueban el gobierno del “hijo predilecto” de Atlacomulco.
Fuente: Homozapping